Tocar la luna, motivo de orgullo para los chinos

In by Simone

El domingo a la madrugada, a las cinco y cuarto hora de Pekín, el Conejo de Jade el primer vehículo lunar chino hizo contacto suavemente con el suelo lunar. Gao Bowen, un joven estudiante pekinés, vio con ojos azorados los lentos movimientos que se reproducían en la pantalla. Se levantó temprano exclusivamente para ver el alunizaje por internet. “Se ha logrado un progreso considerable. Esto tiene un efecto positivo en muchos campos. La exploración lunar y los datos experimentales obtenidos son valiosos para el desarrollo de toda la civilización”, explicó Gao a China Files.

China se ha convertido en el tercer país después de Estados Unidos y la desaparecida Unión Soviética en lograrlo. Y esto ha producido un fuerte sentimiento de orgullo y optimismo entre los chinos. Para muchos es un signo de realización política y hasta cultural, que muestra al mundo entero el progreso del país.

Para el Partido Comunista ha sido una gran oportunidad para festejar. "A diferencia de la carrera espacial del siglo pasado entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, el retorno actual de la humanidad a la luna se basa más en la curiosidad y la exploración del universo desconocido", dijo a la agencia oficial Xinhua Sun Huixian, ingeniero adjunto en jefe encargado de la segunda etapa del programa lunar de China.

El presidente Xi Jinping y el primer ministro Li Keqiang visitaron el centro de operaciones de la base de Xichang, en la provincia de Sichuan y felicitaron a los técnicos. El Comité Central del Partido Comunista de China, el Consejo de Estado y la Comisión Militar Central, enviaron un mensaje en donde catalogaba la llegada del conejo de jade a la luna como un "hito" y una "nueva gloria" para el país. El mensaje fue leído por el viceprimer ministro Ma Kai, agregando además que dichos logros no se hubieran logrado sin “el liderazgo comprometido del Comité Central del Partido Comunista de China”.

Wu Zhijian, portavoz de la Administración Estatal de Ciencia, fue más precavido. En una conferencia en Pekín el miércoles pasado expresó, que "pese a los actuales progresos, China aún está a la zaga de los gigantes espaciales como Estados Unidos y Rusia en muchos aspectos. Necesitamos trabajar más arduo y progresar con mayor rapidez". Wu también declaró que se trabajará de manera conjunta con otros países y que los datos obtenidos por el vehículo lunar chino, cuyo principal objetivo será llevar a cabo análisis geológicos y enviar a la base en la tierra imágenes en tres dimensiones de la luna, estarán disponibles para los investigadores del mundo entero. "En la próxima etapa del programa lunar habrá más cooperación internacional", dijo.

El mismo entusiasmo se vio reflejado en la gente. En Internet se ha vuelto un tema recurrente, donde mucha gente, además de debatir sobre la importancia de este logro, se ha vuelto casi especialista del tema.

“Llegamos a la luna: yes we can”, escribió “xiaohan” una microbloguera de Sina Weibo, en clara alusión a la campaña que llevó a Obama al poder. El comentario se unió a otros centenares que celebraban el primer contacto lunar. Incluso hubo algunos más moderados: “una prueba de progreso de la ciencia, pero demasiado lejos de los problemas cotidianos”, dijo la usuaria “Emilyyy”.

“Esto también puede verse como un nuevo paso del Made in China. Es un quiebre en nuestra historia. Muestra que a partir de ahora tenemos los mismos medios científicos y financieros que las naciones más importantes e incluso más”, dijo Lane, un periodista chino a China Files.

En la mitología china "Yutu" o conejo de jade es el compañero de la diosa Chang’e y juntos habitan la luna. El nombre de este vehículo se eligió a través de una encuesta en línea en la que participaron millones de personas que hablan mandarín del mundo entero.

En la carrera espacial, China se perfila como el país líder con capacidad de ir al espacio, de tener una estación espacial y potencialmente de llegar a la luna, luego de que Estados Unidos abandonara sus programas de Transbordador espacial y que Rusia presente un programa espacial cada vez más obsoleto.

“El programa Apolo fue impulsado por el deseo de vencer a los rusos. Después de su éxito, no había ningún motivo para sostener un gasto tan enorme. Para los chinos realizar una campaña espacial es una consolidación de su éxito reciente, es un proyecto que les otorga prestigio. China tiene los recursos, un gobierno dirigista y la voluntad de emprender un programa al estilo del Apolo”, dijo a China Files Martin Rees, astrónomo y profesor británico del Trinity College de Cambridge.

Más allá del progreso tecnológico, para China esto también es redituable en el campo del soft power y el prestigio internacional.

“El lanzamiento de una sonda lunar con éxito es una gran hazaña tecnológica, lo que subraya el progreso que China ha hecho en los últimos decenios en su ascenso a la condición de potencia regional e incluso mundial”, dijo a China Files David Kearn, especialista en Estrategia Internacional y Soft Power de la universidad St. John’s.

Para Kearn, el éxito del programa espacial tiene tanto intereses internos como externos. Ya que “dentro China, puede unir al público detrás de un gran avance tecnológico típicamente asociado con los estados más avanzados y por tanto es un verdadero golpe de propaganda en tiempos un tanto inciertos. Hacia el exterior se fortalece la percepción de China como una nación en rápido avance que ha creado con éxito sus propias capacidades en términos de tecnología y ciencia”.

El objetivo principal chino es poner un ser humano en la luna. El país quiere realizarlo para el 2020, después de más de 50 años del primer contacto de un ser humano con suelo lunar, según dijo Yang Liwei, el primer astronauta chino, en una entrevista concedida al diario del pueblo en 2010. Ya para ese año se planea tener en funcionamiento su estación espacial multimodular Tiangong.

“Si quiere hacer valer su condición de superpotencia en la carrera espacial, China tendría que apuntar a Marte, ya no sólo a la Luna. Volver a la luna 50 años detrás de los EE.UU. no es suficiente para proclamar la paridad entre los dos países en ese campo. Necesitamos de una China más ambiciosa”, enfatizó Rees.


[Crédito Foto: CCTV1]


Artículo producido para el diario La Nación de Argentina

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