Testimonios del día en que Beijing batió todos los récords de contaminación

In by Simone

Una densa capa de smog recubrió buena parte de las ciudades del noreste de China la semana pasada, alcanzando niveles récord de contaminación y causando la cancelación de cientos de vuelos en el aeropuerto de Beijing. El descontento ciudadano por la calidad del aire en la capital china crece cada vez más aunque el gobierno sigue insistiendo en que se trataba de neblina. Testimonios del día en que el aire de Beijing superó todos los índices de medición de contaminación.
Durante la mayor parte de la semana el aire de Beijing fue calificado como “muy nocivo para la salud” y “muy peligroso” por el monitor de aire de la Embajada de Estados Unidos, el indicador más fiable sobre contaminación aérea en la ciudad. Y el domingo alcanzó un nuevo récord: “fuera de los índices de medición”, al registrar 522 micrones de partículas contaminantes por metro cúbico de aire.

Más y más ciudadanos chinos -y no sólo extranjeros residentes en la capital- acuden a la cuenta de Twitter BeijingAir de la Embajada de Estados Unidos en busca de información precisa sobre la contaminación en Beijing, sobre todo desde que las autoridades chinas siguen describiendo la situación como “moderada” a pesar de la gruesa capa de smog -“niebla”, según ellas- que envuelve la ciudad. De hecho, las autoridades sanitarias de Beijign insisten en que el aire es perfectamente sano el 80% del tiempo, mientras que el monitor de aire estadounidense lo declaró bueno sólo 13 días este año.

Hay una razón de fondo que explica tal divergencia de opiniones: el monitor ubicado en el techo de la embajada de Estados Unidos mide las partículas finas de menos de 2,5 micras de diámetro (PM 2.5), consideradas por científicos como las más nocivas para la salud humana porque penetran con facilidad en los pulmones. En cambio, las autoridades locales sólo miden las partículas gruesas de 10 micras (PM 10) de tamaño y promedian los resultados de varios monitores, incluyendo uno ubicado a 20 millas de la ciudad.

La contaminación en Beijing se ha convertido en uno de los temas más álgidos en la red china, alimentada por noticias como la instalación de costosos purificadores de aire en oficinas gubernamentales. Las autoridades han intentado reducir la controversia prometiendo medir las partículas finas y abrir uno de los centros de monitoreo al público. Pero también están cuestionando la credibilidad del monitor de aire estadounidense.

No es la primera vez que la cuenta de Twitter BeijingAir genera polémica. Hace dos años, funcionarios chinos pidieron a la embajada que dejase de trinar sobre la contaminación en Beijing bajo el argumento de que la información era “confusa” y podía generar “consecuencias sociales”, según reveló un cable del Departamento de Estado hecho público por WikiLeaks.

“Es aconsejable no salir en este clima, pero al mismo tiempo tienes que trabajar”

Peter Zhang (nos pidió no utilizar su nombre real) es un traductor en Beijing.

“Todo el mundo alrededor mío ha estado hablando de la contaminación en Beijing, porque está afectando nuestra vida cotidiana. La situación es muy grave: muchísimos pacientes están siendo diagnosticados con asma y cáncer de pulmón. Es aconsejable no salir en este clima, especialmente cuando hay esta neblina, pero al mismo tiempo tienes que trabajar. Desde hace varios años uso un barbijo cada vez que salgo a la calle o voy al trabajo.

Se habla mucho de cómo la situación ha mejorado desde los Olímpicos en 2008, pero yo no veo ninguna diferencia. Creo que hay dos razones de peso que lo explican: primero, hay más de cinco millones de carros en la ciudad y sus emisiones de gases son enormes. Y segundo, seguimos quemando demasiado carbón.

Creo firmemente que el gobierno debería tomar medidas fuertes para reducir la contaminación. Los tiempos de desplazamiento tienen que reducirse, para que usemos el transporte público al máximo posible y reduzcamos nuestra huella carbónica. Necesitamos urgentemente pasarnos a fuentes alternativas de energía, como eólica o solar, porque estamos utilizando una parte demasiado grande de nuestros recursos y deberíamos dejársela a la próxima generación. Deberíamos redoblar nuestros esfuerzos de seguir el Protocolo de Kioto y ahora mismo, mientras hablamos, deberíamos estar firmando un acuerdo sobre cambio climático en Durban”.

“Mi vuelo fue aplazado durante 10 horas por cuenta del clima, pero sólo me enteré que era por la contaminación cuando llegué a Shanghai”

Salomón Simhon es un director de cine que trabaja en Beijing. Su vuelo de Beijing a Shanghai fue demorado diez horas por cuenta de la polución.

“Cuando llegué al aeropuerto no había nada de visibilidad. No se podía ver nada a una distancia de 100 metros. Comenzaron a aplazar los vuelos, diciéndonos solamente que se debía al clima. Mi vuelo fue aplazado cada hora y la única explicación que recibí era el clima. Entre tanto, el aeropuerto se fue llenando muchísimo. Cientos de personas estaban sentados encima de sus maletas o en el suelo.

Finalmente pudimos abordar a las 4 pm, pero no se veía ni el ala del avión desde dentro. Sólo me enteré que la causa de las demoras era la contaminación cuando llegué a Shanghai”.

“No creo que la contaminación sea peor ahora, pero la gente se la está tomando más seriamente”

Ponderzhang vende máscaras anti contaminación en Taobao, un almacén en línea que ha reportado la venta de 30.000 máscaras esta semana.

“He visto un incremento notable en la venta de máscaras esta semana. Personalmente no creo que la contaminación haya sido peor en Beijing durante los últimos días, pero la cantidad de reportes en la prensa ha hecho que la gente se lo tome más seriamente.

Mucha gente está usando barbijos, pero las máscaras anti contaminación son la única manera de protegerse afuera porque filtran las partículas de contaminación en el aire. Estas partículas finas son especialmente nocivas para los niños y los ancianos. En estos últimos días no he salido de mi casa sin ponerme una y el domingo, cuando estuvo especialmente feo, me quedé en casa todo el día”.

Artículo publicado en The Observers de France 24 (Francia).

[Fotos cortesía de Steven Zhang y Kim Rathcke Jensen]