Especial Día de la victoria: Más de un siglo de tensiones entre China y Japón

In by Andrea Pira

El primer ministro japonés, Shinzo Abe, rechazó la invitación de China a participar en el desfile militar del 3 de septiembre, conmemorando los 70 años de la rendición nipona ante los aliados durante la Segunda Guerra Mundial. El gesto dejó claro que las tensiones entre los dos países aún siguen muy latentes.
A pesar de que millones de chinos viajan cada año a Japón, de que gastan miles de yuanes en productos japoneses, y de que sintonizan series de anime en televisión, el gobierno chino se ha encargado de “sembrar” un sentimiento anti nipón en la sociedad.

“El constante lavado de cerebro desde el primer día en el colegio y los medios masivos de comunicación han jugado un papel principal en crear y mantener vivo un sentimiento anti japonés”, le dijo Jean-Pierre Cabestan, profesor de Gobierno y Estudios Internacionales de la Universidad Bautista de Hong Kong, al Japan Times. “Grandes segmentos de la sociedad china aún parecen creer honestamente que los japoneses siguen siendo muy bélicos y nacionalistas”.

Para China, Japón ha sido un enemigo desde que invadió al país por primera vez, al final del siglo XIX, cuando aún era regido por la Dinastía Qing. Sin embargo, fue durante la segunda guerra sino-japonesa que se desató un verdadero sentimiento de odio contra el imperio oriental.

A pesar de que las tropas niponas llegaron a China a principios de 1930, la guerra se desató el 7 de julio de 1937. Cinco meses mas tarde, las tropas se tomaron Nanjing, la antigua capital del país, y perpetraron una de las peores masacres de la historia. Durante 6 semanas, los japoneses ocuparon la ciudad y mataron alrededor de 300.000 personas. Los soldados también violaron a decenas de mujeres y niñas, y saquearon los establecimientos de la ciudad.

Sin embargo, las tensiones diplomáticas entre China y Japón no se remontan solamente a las atrocidades cometidas por las tropas imperiales durante la ocupación japonesa en los años 30. Los últimos conflictos han girado en torno a las disputas territoriales y a las diferentes visiones sobre la historia de guerra.

Por un lado, está la disputa territorial en el Mar de la China Oriental, especialmente en cuanto a la soberanía sobre las Islas Senkaku. Este archipiélago, a pesar de ser administrado por Japón desde que Estados Unidos lo cedió en 1972, es reclamado por China como las islas Diaoyu. El Mar de la China Oriental ha sido un escenario tenso entre China, Japón, Corea del Sur y Taiwán. En muchas ocasiones se han visto barcos chinos merodeando aguas japonesas y aviones de la fuerza aérea nipona evitando intrusiones desde los aires. Puede que estos actos no sean ataques directos pero sí plasman un espacio de amenazas y provocación de parte y parte.

Además, tanto China como Corea del Sur consideran que Japón tiene una percepción diferente frente a la historia de la guerra. La visita de Shinzo Abe al Santuario Yasukuni el 26 de diciembre de 2013, logró que los coreanos y los chinos se sintieran humillados y enfadados ya que el templo es considerado un símbolo de la ofensiva militar japonesa durante la primera mitad del siglo XX. En él yacen, por ejemplo, los restos del General Hideki Tujo, primer ministro durante la Segunda Guerra Mundial quien ordenó el ataque a Pearl Harbor.

A pesar de las discordias, el presidente de China, Xi Jinping, extendió una invitación al primer ministro japonés, Shinzo Abe, para asistir a la marcha que tendrá lugar en Beijing el 3 de septiembre, donde se conmemorarán 70 años de la victoria china contra la Agresión Japonesa. Varios analistas políticos señalaron que las principales razones para que Xi buscara una reunión con Abe era aliviar las tensiones diplomáticas, y que Abe se disculpara por la “agresiva guerra” que libró e mediados del siglo pasado.

“Al invitar a Abe, China parece mostrar que está dispuesta a reconciliarse con Japón con respecto a las heridas históricas”, le dijo Philip Yang, presidente de la Asociación Taiwanesa de Relaciones Internacionales, al South China Morning Post.

Sin embargo, el mandatario japonés dijo que no asistiría al desfile, e hizo énfasis en que “las generaciones futuras no deberían estar predestinadas a disculparse” por los hechos del pasado.

[Crédito foto: SCMP]

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