Limpiando la ciudad del pecado

In by Andrea Pira

Dongguan saltó a los periódicos y medios del mundo en febrero cuando estalló el escándalo que la señalaba como el burdel de China y como “la ciudad del pecado” y aún sigue en primera plana por ser la prueba de un mal que se quiere tapar desde hace mucho tiempo.

Desde que en febrero se destapó una extensa red de prostitución en Dongguan, mediante un reportaje televisivo de la CCTV, cadena oficial del gobierno se han comenzado a desmontar centenares de burdeles clandestinos en esa ciudad.

La depuración está en manos de 6000 agentes que se lanzaron a las calles y ya han sido cerrados 120 establecimientos en la ciudad. Al mismo tiempo el jefe de la policía local y treinta oficiales han sido despedidos por "negligencia" y de teme que la olla se lleve a muchos más.

Dongguan es una ciudad de 8.000 millones de habitantes, ruidosa y oscura, a pesar de los múltiples neones delcentro. Se ubica en la la provincia costera de Guangdong, la zona productiva por excelencia, al sur de China.

La ciudad es conocida por sus fábricas, pero desde que fue publicado el documental también por sus burdeles y por ser la "ciudad del pecado”.

Su caída en desgracia ha hecho que comience además un enorme operativo no sólo en Guangdong sino en toda China.

El reportaje de la CCTV se valió de un truco simple para descubrir a los establecimientos clandestinos: los cronistas se hicieron pasar por clientes -portando con una cámara oculta-.

El reportaje comprobó lo que ya todos los chinos sabían: que por más que la prostitución sea ilegal en el país, está al alcance de la mano de cualquiera que tenga unos cuántos yuanes.

Pocas horas después de que se difundiera el trabajo de la CCTV se lanzó el inmenso operativo policial del Ministeriode Seguridad.

Según informó el mismo ministerio en una semana investigaron 2.000 establecimientos, encontraron 73 pandillas, eliminaron 2.400 páginas web, detuvieron a 100 prostitutas y arrestaron a más de 500 personas.

Pero si quieren ir al fondo del problema aún hay mucho por investigar. Entre 500.000 y 800.000 personas estarían ligadas a este negocio sólo en Dongguan, según el diario South China Morning Post.

En China se dice que en donde surge un asentamiento de trabajadores inmigrantes al mismo tiempo surge el negocio “amarillo”. Con ese color se designa la prostitución. En Dongguan los trabajadores en las fábricas, muchos de ellos inmigrantes, y el negocio de la prostitución, se multiplicaron al ritmo del crecimiento económico del país.

El enorme crecimiento que se dio en ciudades como la ahora vilipendiada, dio lugar a un mundo de trabajadores ilegales e inmigrantes, creando una enorme brecha social. Este crecimiento vertiginoso que ha sacado a millones de personas de la pobreza en los últimos 30 años también ha creado enormes desigualdades, que incluso se reflejan en el negocio del sexo. Tanto que más que hablar de prostitución debería hablarse de prostituciones, para expresar la gama diferente que se oculta bajo la misma palabra.

“Hay ricos que llaman a prostitutas o incluso las mantienen porque es un símbolo de estatus y porque buscan nuevas experiencias, otros no consiguen novia porque en China es difícil para los hombres adultos en zonas rurales y otros lo hacen porque ya no tienen sexo en sus matrimonios”, explica a China Files la sexóloga Li Yinhe.

El reportaje de la CCTV se concentró en las prostitutas más costosas, que trabajan en establecimientos cerrados como salones de masajes o salones de canto (los famosos K-TV). Sus precios varían pero arrancan alrededor de los 600 Yuanes (100 dólares).

Sin embargo hay prostitutas en las calles de la ciudad que pueden llegar a cobrar 10 yuanes para tener sexo allí mismo.

“La enorme brecha social y el hecho de que el país acepte esas diferencias como algo natural lleva a que los que más tienen ni siquiera se pregunten qué pasa cuando pagan por sexo. Muchos de ellos las ofrecen a sus colegas en una reunión de trabajo o después de cerrar un negocio”, dijo a China Files la escritora Zhang Lijia, quien se encuentra escribiendo un libro sobre la prostitución en China.

El escándalo reavivó además en el país el debate sobre la legalización de la prostitución. "He defendido durante mucho tiempo la legalización del comercio sexual, ahora es el momento", escribió en un post en Weibo en febrero,Wu Jiaxiang, un ex funcionario que fue uno de los pocos intelectuales en expresar su preocupación por la represión contra la prostitución en la provincia de Guangdong.

“Creo que toda forma de hipocresía repercute en lo sexual. Es una hipocresía negar la prostitución. Legalizarla le daría a esas mujeres protección y derechos”, dice Li Yinhe.

Cuando estalló el escándalo de Dongguan, Li Yinhe escribió en su blog: “la represión no servirá de nada. Incluso si sacan hasta la última prostituta de Dongguan los clientes irán a otro lado. La única salida es la despenalización”.

Sin embargo, no parece muy acompañada en su cruzada para despenalizar la prostitución. Pocos días después deque Li publicara su artículo, una editorial del diario de corte oficialista Global Times decía que “la despenalización no disminuirá el grave problema de la prostitución sino todo lo contrario”.

Luego de explicar las consecuencias negativas que podría tener una posible despenalización afirmaba que “iría contra los valores morales del país”.

Lejos de legalizar la prostitución, se han intensificado los controles. “Desde que sucedió lo de Dongguan estamos focalizados en la prostitución”, dice un policía que no quiso dar su nombre y trabaja en la zona roja de Tianjin, a pocos kilómetros de la capital china.

“Ahora tenemos la presión de encontrar muchas prostitutas porque lo de Dongguan fue muy humillante”, agrega.

Desde febrero hasta este mes se han cerrado en el país unos 300 establecimientos clandestinos según el South China Morning Post y la tendencia es cerrar uno por semana.

“El problema es que muchos de estos negocios tienen al mismo tiempo una actividad legal, como peluquería o masajes por los que están inscritos en el registro de comercio y entonces no podemos entrar a investigar sin una orden.” dice el policía de Tianjin.

Afirma además que antes, esas ordenes de allanamiento se demoraban, muchas veces porque el dueño del local estaba arreglado con el juez correspondiente, pero ahora que se destapó la olla de Dongguan esas ordenes salen con más celeridad.

Junto a la redada para descubrir establecimientos ilegales de prostitución y apresar a sus miembros, se ha lanzado una campaña en contra de la pornografía en internet.

Este mes se lanzó la campaña “2014 red limpia”. “La actual campaña contra la pornografía en internet se enfocará en la revisión de los textos y vídeos en línea, así como en los sitios web de aplicaciones” informó la Oficina Nacional contra Publicaciones Pornográficas e Ilegales en un comunicado.

También se anunció que se rastrearán y castigarán las páginas que tengas enlaces a sitios pornográficos y los juegos en línea que tengan “implicaciones obscenas”.

“La falta de la supervisión y detención de la producción y difusión de los contenidos pornográficos se castigará y los funcionarios culpables de negligencia de su deber serán responsabilizados”, dice el comunicado.

Según la agencia Xinhua, desde que la campaña se inció, el domingo pasado, ya se han recibido un total de 8.679 denuncias por parte de la ciudadanía contra sitios con contenido poco recomendable.

Artículo elaborado para La Nación de Argentina



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