La verdad sobre China: ¿Todos los chinos pelean como Jackie Chan?

In by Andrea Pira

Las películas de artes marciales orientales y el hecho de que muchos chinos las practican cotidianamente en los parques de las ciudades han creado un imaginario en el mundo occidental de que la mayoría de los chinos deben tener algún entrenamiento en kung-fu. ¿Hasta qué punto es verdadera esta afirmación?
Leyenda urbana

En China, la mayoría de personas saben algo de kung-fu.

La realidad

Las películas de acción chinas, también conocidas como “cine tigre”, se han producido desde finales de la década de 1930. Sin embargo, es después de que surgiera Bruce Lee como una estrella del género que estas producciones de patadas voladoras y maestros Shaolin comenzaran a obtener popularidad en las carteleras de Europa y América. Incluso, a través de los años, han creado una idea en el mundo occidental de que todas las personas que habitan en el otro extremo del planeta practican el arte del kung-fu.

“Para mi maestro, las mayores influencias chinas en el extranjero han sido Mao Zedong y Bruce Lee”, explicó Aznous Boisseranc, un estudiante chileno de artes marciales en Shandong, “Mucha gente se puso a practicar artes marciales en la época de Bruce Lee. Fue una locura y se creó la idea de que todos los chinos dominaban diferentes estilos de lucha”.

Pero el hecho de que existan filmes importantes como El maestro borracho (1978), El tigre y el dragón (2000), o Héroe (2002), no significa que los 1.300 millones de chinos tengan algún entrenamiento en el arte de las patadas voladoras. Lo que sí es cierto sobre las artes marciales en el país, mejor conocidas como wushu, es que existen desde hace más de 1.500 años cuando surgió la necesidad de protegerse de los peligros del medio ambiente y de los miembros de las tribus rivales que habitaban el mismo entorno.

Los primeros estilos de defensa se basaron a partir de la observación de animales como el tigre, la pantera, el oso, el mono o la serpiente; de aves como el águila, la gallina y la grulla, y de insectos como la mantis religiosa. De ahí salen los guerreros principales de Kung-fu Panda (2008).

Una de las primeras escuelas de kung-fu fue la de los monjes Shaolin. Según Yang Jwing-Ming, historiador y especialista sobre artes marciales en China, fueron estos monjes los que tomaron muchas de las técnicas existentes de combate, defensa personal y respiración, y las integraron en una práctica específica que permitió un mayor desarrollo y perfeccionamiento de las artes marciales. Sin embargo, hoy en día, aquellas personas que practican artes marciales en China son muy pocas y las que lo hacen no están tan interesadas en perfeccionar su defensa personal sino que las desarrollan como un entrenamiento corporal.

“En la antigüedad, saber artes marciales significaba un cargo más alto en la sociedad y se practicaban comúnmente entre los defensores del emperador”, afirmó Aznous, quien también estudia Historia Antigua en la Universidad de Shandong, “Yo diría que hoy en día uno entre 10.000 chinos practican artes marciales”.

El taichí, o “Taijiquan” en mandarín, es el arte marcial que más se ejerce en los espacios públicos de las ciudades, especialmente por personas mayores. Su práctica es sinónimo de una buena condición física lograda a través del perfeccionamiento del “Qi” o la fuerza interior que tienen todos los seres humanos. A través de esta disciplina se busca perfeccionar la respiración, alineando la actividad física con la conciencia mental, en aras de encontrar un mayor rendimiento corporal y de desarrollar al máximo el potencial personal.

“Hace pocos días, estaba practicando taichí y se me acercó un joven universitario chino a preguntarme que qué estaba haciendo”, contó Aznous, “Me sorprendí mucho de que no conociera este estilo de arte marcial y le dije por broma que era el estilo de mí país [Chile]. El chino me creyó”.

Veredicto: Aproximadamente 1 de cada 10.000 chinos tiene algún entrenamiento en artes marciales. Incluso, hay chinos que ni siquiera están enterados de que existen diferentes estilos de combate como el taichí. 

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[Crédito foto: E-mann]