La tragedia en Orlando vista desde Beijing

In by Andrea Pira

Un joven de origen afgano, Omar Mateen, disparó este domingo en la madrugada con un rifle AR-15 en el interior del club gay Pulse en la ciudad estadounidense de Orlando, dejando un balance de 50 muertos y 53 heridos. El atacante había comprado el arma legalmente. En este texto, nuestro colaborador Guillermo Bravo intenta indagar sobre cómo se vivió esta tragedia desde China.
Debe haber un mecanismo psicológico, que los profesionales terminarán por nombrar, que hace que la gente se transforme al escribir comentarios anónimos en internet. Esos comentarios son un material precioso para sociólogos y curiosos, y una fuente de sorpresa infalible, además de un interesante laboratorio del lenguaje -la gente escribe sus comentarios en internet de una manera muy diferente a la que escribe el resto de sus comunicaciones-.

En este caso, veamos algunos de los comentarios aparecidos en Youtube, siguiendo videos que describen lo ocurrido en Orlando. Uno al azar, aquel del usuario llamado ghostofdayinperson1: “FUCK ISLAM, FUCK MUSLIMS”. Este tipo de mensajes aparece en casi todos los videos sobre Orlando. Es casi seguro que la persona detrás de ese nombre tan curioso nunca será capaz de pronunciar semejante opinión en una conversación o en un foro cualquiera.

Escribir en internet de forma anónima es escribir sin el cuerpo. Es ser invisible y por alguna razón aparece lo peor. El usuario Abu Waleed opinó: “Trump for 2016 baby let’s do this…..trump the only 1 to stop this shit”. Muchos levantan el dedito digital para apoyarlo.

A pocas horas de ocurridos los acontecimientos, el usuario Just Focus and Observe escribió: “¡Me alegro de que este valiente muchacho musulmán haya tenido la gracia de matar 50 ratas enfermas con el cañón de su arma! Espero que esto deje una marca en los Estados Unidos de que los musulmanes no tienen ninguna tolerancia para los homosexuales allí. Lo musulmanes ven a los hombres homosexuales como monstruos enfermos y a las lesbianas como prostitutas inmorales y brujas”. Este tipo de comentarios se multiplica en la red.

En China es mucho más difícil encontrar opiniones de este calibre. En primer lugar, porque internet está mucho más controlado y la compañía receptora debe borrar los mensajes “inconvenientes” a instancias del gobierno, de lo contrario recibe fuertes sanciones. En segundo lugar -y esto ya es conjetura- aquí se usa menos ese estilo.

Este lunes y ya pensando en este artículo envié a un grupo LGTB de Beijing de WeChat un mensaje para saber qué opinaban sobre lo ocurrido en Orlando. En primer lugar, opinaron que era una noticia del pasado. ¡Pero fue ayer! Replicaba yo desconcertado. Y bueno, ayer es estrictamente el pasado. Más allá de eso insistí para que opinaran. Después de los comentarios que son obvios pero también necesarios, expresando la tristeza y el rechazo comenzamos a conversar sobre sí eso podría suceder en China. La mayoría, como miembro de la comunidad LGTB local, opinó que no.

Uno de ellos, que no le ha dicho a su familia que es homosexual, dijo que no se siente discriminado en China y que una masacre así nunca podría ocurrir aquí. Otro opinó que no podría ocurrir semejante ataque en territorio chino dado que la comunidad homosexual china es ”más discreta”.

Consulté con mis alumnos: chicos de clase media, de entre 23 y 25 años. Quiero destacar las opiniones que se repitieron:
1. En China esto no podría suceder porque los ciudadanos no tienen armas.
2. En China esto no podría suceder porque los ciudadanos son más pacíficos.

En Weibo se confirman estas opiniones. La mayoría de comentarios pedían por la paz y hasta se organizó un encuentro en Beijing para rezar por las víctimas. Uno me llamó la atención: “En China no podría ocurrir algo así porque nosotros no tenemos bares gays”; la opinión es llamativa, y también falsa; en las grandes ciudades chinas hay bares y zonas gays.

Lo que puede ocurrir es que sólo pocos lo saben, dado que no se anuncian con grandes banderas multicolores sino que hacen su promoción vía internet y también gracias al “boca a boca”. Muchos comentaristas, además, se sorprenden de que un ciudadano pueda comprar legalmente semejante arma.

Los medios chinos cubrieron la tragedia con bastante distancia. En casi todos los diarios del mundo apareció en la tapa. No así aquí. Se cubrió la noticia con bastante sobriedad, reproduciendo lo que las agencias internacionales habían informado.

[Crédito foto: Reuters]
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