Los peligros del “estrellato” en el fútbol chino

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Cuando Liu Yongzhuo, presidente del Guangzhou Evergrande, presentó al jugador argentino Darío Conca convirtiéndole en uno de los jugadores mejores pagados del mundo (unos 10 millones de dólares por temporada), el máximo mandatario del vigente campeón de la Superliga no tuvo reparos en asegurar la línea que el equipo seguiría apostando por la contratación de jugadores extranjeros. "Estamos construyendo un gran club. Tenemos el potencial económico y la firme intención de contratar a grandes futbolistas extranjeros para hacer de este equipo un referente no sólo en China, sino en Asia y en todo el mundo", declaró Liu en aquel 13 de julio del año pasado. Un año después, ¿cómo es el panorama de la liga china y hacia dónde avanza el fútbol en el país asiático?
Hoy, casi un año después, el club va cumpliendo lo prometido, con la contratación en el banquillo de un referente internacional como es el italiano Marcello Lippi, el equipo cantonés trasladó a la parcela técnica un proyecto donde la experiencia en el fútbol europeo y latinoamericano han de servir de guías para elevar el nivel del, hasta el momento, modesto nivel de los clubes chinos.

A estas contrataciones se sumó la del campeón de la Bundesliga con el Borussia Dortmund Lucas Barrios, el cual viene a engrosar una plantilla donde, por otra parte, juega gran parte de los integrantes del combinado nacional, jugadores como Sun Xiang, Zheng Zhi, Zhang Linpeng o Gao Lin, quienes han de compartir vestuario con "estrellas" venidas de fuera.

Al carro del Guangzhou Evergrande se han subido otros clubes con grandes conglomerados empresariales detrás, que por una cuestión más de promoción que de rendimiento deportivo, se han lanzado a la contratación de jugadores de renombre, destacando por encima de todos el Shanghai Shenhua que preside Zhu Jun, magnate de la informática que tiene en el Shenhua un juguete que, de no manejar con cuidado, podría acarrearle más de un disgusto.

Al contrario que en Guangzhou, en Shanghai la planificación deportiva no se ha hecho con el debido detenimiento y, a base de talonario, se fichó en su día a Nicolas Anelka y ahora a Didier Drogba. Para enderezar el rumbo de un club que se iba directamente a segunda se contrató al argentino Sergio Batista para el banquillo, quien tendrá que encargarse de poner orden en un club en decadencia donde los millones no han tapado las múltiples vías de agua que amenazan con hundir la nave.

Otros equipos, como el Dalian Aerbin, el Guangzhou Fuli, o los que vendrán, caso del Fujian Smart Hero y algunos más, parece apostarán por la contratación de jugadores extranjeros para reforzar sus plantillas. Esto, en el corto plazo parece podría ser beneficioso para dar vistosidad a una liga con un nivel aún muy bajo pero, ¿qué inconvenientes tiene?

La persona que puede responder a esto y la que más preocupación al respecto ha mostrado es quien debe seguir los progresos de los futbolistas chinos y ver cuáles desempeñan mejor su tarea en cada puesto. Ese no es otro que el seleccionador nacional, el español José Antonio Camacho, quien ya advirtió esta realidad a los pocos días de su nombramiento como técnico del combinado nacional.

"Existe un problema con los clubes chinos y es que contratan a jugadores extranjeros para puestos clave dentro del campo. Esto evita que salgan jugadores seleccionables en algunas posiciones con la carga de partidos adecuada y el ritmo competitivo idóneo", comentó el ex seleccionador español.

Esta afirmación de Camacho no responde a un capricho del seleccionador sino a una realidad. De hecho, son muy pocos los jugadores chinos que juegan en ligas extranjeras, no digamos ya en ligas de nivel, su poca presencia en puestos destacados dentro de los equipos punteros de la Superliga, lleva a estos jugadores a no adquirir ni la presencia ni la experiencia necesaria como para dar el salto a otra liga y continuar una progresión que, a la larga, mejoraría también el rendimiento del combinado nacional.

A modo de ejemplo. Si tomamos como guía a los dos primeros clasificados del último campeonato liguero, veremos un reflejo claro de lo que Camacho ya advertía tras su llegada a Pekín. Si miramos al club de la capital, con una situación diferente ya que quien está detrás es el gobierno y no un grupo inversor (y los fondos no son tan cuantiosos), veremos como, en cada línea, el jugador más importante no es chino.

En el centro de la defensa y comandando toda la línea se encuentra el bosnio Darko Matic, un fijo en las alineaciones del portugués Jaime Pacheco que suele estar acompañado en el once por el, este sí, internacional Yu Yang. El centro del campo pekinés tiene como inquilino habitual al portugués Manu quien, cuando no está expulsado (suele perder los papeles en forma de entradas a destiempo y protestas encendidas), es también un habitual en el once.

Por último, tras la salida del australiano Joel Griffiths rumbo a Shanghai, el equipo se ha quedado sin un referente extranjero en el ataque, lo que ha obligado a varios jugadores que actuaban como segundos puntas o que frecuentaban el banquillo, a tomar la responsabilidad del ataque del Guoan. ¿El resultado? 16 goles en 14 partidos, el promedio más bajo de los equipos de la zona alta de la Superliga.

Si el caso del Beijing es ilustrativo, a pesar de las limitaciones económicas, el caso del Guangzhou Evergranderepresenta los males de los que se quejaba Camacho.  A pesar de que este equipo es la columna vertebral del combinado nacional, lo cierto es que la presencia de jugadores como el citado Darío Conca en el centro del campo o los brasileños Cleo y Muriqui en el ataque, limita la progresión de jugadores chinos en tareas tan importantes como son la creación y el remate.

Por si fuera poco, el club cantonés tantea ahora la contratación del futbolista brasileño del Real Madrid Kaká, quien parece poco probable que termine recalando en China ya que esto podría significar su ausencia del Mundial de Brasil 2014 por el bajo nivel del campeonato chino.

De momento, parece que la Superliga china avanza hacia un sistema catarí, donde las montañas de millones bloquearon el avance del fútbol a cambio de darse publicidad. Existen honrosas excepciones y clubes que intentan crear y desarrollar proyectos de cantera pero lo cierto es que las paladas de tierra con las que los grandes clubes intentan desenterrar el, de por sí, poco mediático fútbol chino, caen directamente sobre el combinado nacional, que ve como sus futuras estrellas han de ver desde el banquillo, o desde un segundo plano, pasar su vida profesional.

Javier Ibáñez es un periodista español que trabaja en China y mantiene el portal
Futbol Asiático.

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