Agosto 22, 1904 – Febrero 19, 1997
Conductor y artífice de lo que varios historiadores han llamado "la segunda revolución china" y protagonista indiscutible de los años ochenta. Como un intento de afirmar su propia línea política, lanzó lo que se conoce como la "primavera de Beijing" para favorecer el debate político. Paradójicamente, este fue un impulso para las manifestaciones de la Plaza Tiananmen. Deng, fue el responsable directo de la represión violenta de este evento.
Durante el proceso de la reelaboración ideológica en China, que conjugaba economía de mercado y sistema socialista, Deng Xiaoping fue el mediador entre las alas reformista y conservadora del partido, aplicando siempre una técnica de equilibrio que dependía de la necesidad de favorecer convenientemente alguna de las partes.
Después de la muerte de Mao y el consecuente arresto de la "banda de los cuatro", el ala izquierda del Partido mantuvo su poder a manos del primer ministro Hua Guofeng. Deng asumió un rol determinante dentro del ala reformista y ayudó en el ascenso de Hu Yaobang y Zhao Ziyang, en medio de un momento de debates políticos fuertes en los que la nueva ideología buscaba legitimidad. Con movimientos cuidadosos Deng Xiaoping organizó el partido con sus aliados y se convirtió en uno de los líderes más importantes de China, a pesar de nunca haber ocupado cargos con poder como Jefe de Estado o Jefe de Gobierno.
Al pensar una reforma política sin embargo, no resultó del todo reformista. Discutir el sistema político representaba una amenaza insostenible para el Partido y para su propia línea, pues estaría obligado a reelaborar conceptos como "Estado inicial del socialismo" y además no estaban preparados para responder a los problemas económicos derivados de la transición de sistemas. Las manifestaciones públicas surgieron para reivindicar la reforma política y exponer fervientemente la corrupción dentro del partido, y además, expresaron la preocupación colectiva frente al bienestar social.
A finales de los años ochenta, si bien la nueva política económica ya había sido impuesta y desarrollada a profundidad, esta no era la necesidad principal sino reafirmar el poder y la autoridad del Partido. Fue así como se justificó el ingreso de los tanques a la plaza de Tiananmen en pos de una estabilidad y un bien mayor.
Su autoridad se vio debilitada por sus decisiones frente a las Manifestaciones Estudiantiles de Tiananmen, pero su mentalidad abierta frente a la economía, le sirvió para dejar en el olvido sus errores y dejar su nombre en alto como propulsor de la nueva China. La era Deng se cerró en 1992, con su renuncia, pero su nombre quedó en alto durante el XIV Congreso del Partido, cuando su "teoría" fue incluida en los estatutos del Partido, al lado de la doctrina marxista-leninista y los pensamientos de Mao Zedong.