En los límites del imperio: Continuidad en las relaciones en el Estrecho de Taiwán

In by Simone

La semana pasada, mientras la curia romana anunciaba al mundo que el nuevo Papa era argentino y no se llama Diego Armando, en China, la Asamblea Nacional del Pueblo elegía a Xi Jinping como nuevo presidente del país. No se sabe a ciencia cierta si la fecha de la elección papal fue especialmente escogida para ensombrecer lo que ocurría en Pekín, pero ya se sabe que en el Vaticano no dan puntada sin hilo.

En Taiwán, el Ministerio de Relaciones Exteriores preparaba a contrarreloj la delegación a Roma para la misa del Papa Francisco, que estará encabezada por el presidente Ma Ying-jeou y la primera dama Chou Mei-ching. El Vaticano es el último gran aliado que le queda a Taiwán y aunque la guerra diplomática entró en fase de tregua a partir de 2008, Ma Ying-jeou no perderá la oportunidad de pasear Taiwán por el mundo en acontecimiento tan relevante, al igual que ya lo hiciera Chen Shui-bian en 2005.

Sin embargo mucho han cambiado las cosas en el Estrecho de Formosa desde aquel año en que Ratzinger se ponía el anillo del Pescador. Chen Shui-bian ya no es presidente sino presidiario y en los bancos taiwaneses se puede operar con renminbi. En 2008, el ex-líder del PDP dejaba un país dividido entre independentistas y partidarios del mantenimiento del actual statu quo, y una economía maltrecha fruto de dos mandatos en los que imperó la tensión política y militar con China.

En aquel año, el que hasta ese momento había sido alcalde de Taipei, se presentó a las elecciones prometiendo sacar a Taiwán del pantano diplomático y centrarse en la recuperación económica de la isla. Ma Ying-jeou obtuvo una victoria aplastante e inmediatamente se puso a recomponer los lazos con EEUU y China mediante la nueva estrategia de “diplomacia flexible”.

Los primeros frutos de este cambio radical se hicieron notar pronto aunque no dejaron de crear controversia. El Acuerdo Marco de Cooperación Económica (ECFA, siglas en inglés) con China se hacía realidad un año después, a los que siguieron otros 18 acuerdos en materia principalmente económica hasta el día de hoy. Estos acuerdos fueron posibles gracias a un ambiente cordial de entendimiento mutuo que ha sido canalizado por dos instituciones privadas que representantes a ambos lados: la Fundación para los Intercambios en el Estrecho (SEF, siglas en inglés) por parte de Taiwán; y la Asociación de Relaciones entre Ambos Lados del Estrecho de Taiwán (ARATS, siglas en inglés) por parte de China. Ambas entidades celebran dos reuniones anuales para la firma de acuerdos “privados” que posteriormente ambos estados incorporan a su legislación cada uno por su lado.

La buena marcha de estas relaciones ha cambiado considerablemente el mapa diplomático de Taiwán, y aunque no gana aliados, tampoco los pierde ni China presiona en esta dirección. Incluso en ocasiones todo lo contrario, teniendo que impedir que algunos aliados de Taiwán se pasen al bando de China, con lo que los jerifaltes de Pekín consiguen que Ma Ying-jeou no “pierda la cara”.

EEUU también ha saludado este nuevo cambio de actitud, lo que unido a sus propios intereses estratégicos, ha desembocado en varias partidas de ventas de armas y la exención de visado a los ciudadanos taiwaneses desde noviembre de 2012. En estos días se han vuelto a retomar las negociaciones del Acuerdo Marco de Comercio e Inversión (TIFA, siglas en inglés), reuniones que no se celebraban desde hace 7 años.

Todo esto da una idea clara de cómo han cambiado las cosas en estos últimos cinco años. Y por lo que parece tras la elección de Xi Jinping es que la situación actual se mantendrá aun incluso en el caso de que el PDP volviese al poder dentro de 3 años, pues no son pocas las voces dentro del partido que claman por un entendimiento con China. Algunos pesos pesados del partido, como el ex-primer ministro Frank Hsieh viajaron a China el año pasado y el actual líder del partido Su Tseng-chang puso en marcha una oficina interna para tratar las relaciones con China, aunque de momento no ha producida resultados tangibles.

El día 17, el encargado de los asuntos de China por parte del Kuomintang, Kao Hui, ofrecía una rueda de prensa para señalar que con la llegada de los nuevos dirigentes comunistas en Pekín pocas cosas iban a cambiar en las relaciones del Estrecho y que por el contrario se profundizaría en la actual dirección. El propio Xi Jinping estará al frente a partir de ahora de la política hacia Taiwán pues es un buen conocedor del problema, según dijo Kao Hui.

Así que es posible que en los próximos años no sólo veamos más turistas chinos (más si cabe) sino que también veremos un aluvión de empresas, empezando por el Banco de China y China Unicom que ya han aterrizado en la isla a bombo, platillo y golpe de billete.

Iker Izquierdo es un periodista español basado en Taipei. Acá puedes leer la presentación a su blog "En los límites del imperio".

[Foto: Straits Exchange Foundation en Taipei de Iker Izquierdo]