China y los Panama Papers

In by Andrea Pira

Hay muchos chinos en los Panama Papers, la mega-encuesta sobre las cuentas secretas en ultramar publicada el domingo por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ), y realizada con 11.5 millones de documentos atribuidos a cuarenta años de actividad de la oficina legal panameña Mossack Fonseca. Se trata de más de 200 mil empresas en ultramar con sede en 21 paraísos fiscales repartidos por el mundo entero. Los documentos implican decenas de miles de clientes entre vips, politicos y deportistas de 200 países. El evento presenta una avalancha de datos sensibles que también toca la segunda economía mundial, y causa revuelo en internet: el lunes, el hashtag “Banama” (Panamá en mandarín) fue el segundo término más censurado en Weibo, el Twitter de China. En el ojo del ciclón, aparecen – además de la estrella kung fu Jackie Chan, los familiares de por lo menos ocho miembros o ex-miembros del Politburó, el organismo que supervisa al Partido Comunista Chino (PPCh). El ICIJ, por el momento, reveló solamente cuatro: el cuñado del presidente Xi Jinping, Deng Jiagui, la hija del ex primer ministro Li Peng, Li Xiaolin, la nieta del ex número cuatro del Comité Permanente del Politburó Jia Qinglin, Jasmine Li, y Patrick Henri Devillers, arquitecto francés cercano a la familia de Bo Xilai, el ex secretario del partido de Chongqing condenado a cadena perpetua por corrupción en el 2013. El martes, la BBC agregó, sin especificar grado de parentesco, parientes del jefe de la propaganda, Liu Yunshan, y del vice premier Zhang Gaoli. Varios nombres ya son bien conocidos por el “chisme rojo”.

Deng Jiagui

Según la investigación, en septiembre del 2009, o sea cuando Xi Jinping ya era uno de los nueve poderosos del Comité Permanente del Politburó, Deng se volvió administrador y socio único de dos compañías fantasmas registradas en las Islas Vírgenes Británicas. Las compañías se volvieron inactivas después de que Xi asumiera el liderazgo del Partido en noviembre del 2012 y como presidente de la República Popular en marzo del 2013.

El nombre de Deng había aparecido antes junto al de su esposa, Qi Qiaoqiao (hermana mayor de Xi) en un reportaje investigativo publicado por Bloomberg en la víspera de la entrega de poder. En ese caso, se trataba de millones de dólares en bienes varios, pero no se mencionaban las compañías en ultramar. Dos años después, fue el mismo ICIJ el que produjo los nombres de cerca de 37 mil ciudadanos de China Continental, Hong Kong, Taiwán y Macao envueltos en la abertura de compañías holding, fideicomisos y otras empresas en las Islas Vírgenes Británicas. En esos tiempos, en los “Chinaleaks” habían aparecido los nombres de Deng Jiagui y Li Xiaolin, además de varios parientes del líder de las reformas en China, Deng Xiaoping, del ex presidente Hu Jintao y del ex primer ministro, Wen Jiabao.

Li Xiaolin

Apodada la “Reina del Poder,” la segunda hija del ex premier Li Peng, cuando su padre seguía en el cargo (entre 1987 y 1998), resultaba única beneficiaria de una fundación en Liechtenstein y única accionista de una sociedad registrada en los paraísos fiscales ingleses. Parece que, para esconder su linaje, se presentó como “Xiaolin Liu-Li”, nombre que también aparece en su pasaporte de Hong Kong, la verdadera capital de las firmas en ultramar, según los Panama Papers. En su carrera, Li también actúa como vicepresidente de la estatal China Power Investment Corp, y como delegada de la Conferencia Política Consultiva del Pueblo, una importante institución central. Según Hurun, el Forbes Chino, en 2013 el patrimonio personal de Li ascendía a 550 mil millones de dólares.

Jasmine Li

En el 2010, cuando todavía era una adolescente, Jasmine Li se convirtió en única accionista de Harvest Sun Trading Ltd., compañía registrada en las Islas Vírgenes y transferida a ella por una cifra simbólica de un dólar por Zhang Yuping, fundador de la hacienda líder de relojes de lujo Hengdeli. Gracias al control de Harvest Sun y de otra empresa en ultramar, Li se convirtió en propietaria de dos empresas de consultoría registradas en Beijing, sin aparecer como titular. Sin embargo, nada conduce directamente al abuelo, uno de los hombres más poderosos del Comité Permanente del Politburó entre 2002 y 2012.

Patrick Henri Devillers

El nombre de Devillers no es nuevo para la prensa. En el 2000, el arquitecto francés ayudó a la esposa de Bo Xilai, Gu Kailai, a registrar una compañía en las Islas Vírgenes. Según los expedientes relacionados al “dossier Bo Xilai”, la compañía en cuestión fue utilizada después para la compra secreta de una villa en el sur de Francia. Precisamente, esa villa fue presentada por los investigadores como prueba irrefutable de la corrupción de los cónyuges de Bo. Es una historia brumosa, en la cual luchas de poder y negocios sucios se entrelazan perversamente.

Aún no está claro hasta qué punto la campaña anticorrupción – de la cual Xi Jinping se hizo promovedor desde el primer día de su mandado – es en verdad una cruzada en contra de las "manzanas podridas", y no una purga de elementos hostiles para el presidente. Claramente, las investigaciones de los últimos años confirman una opacidad que toca transversalmente todos los estratos del Partido Comunista, sin excepción alguna.

A pesar de que la mayor parte de los servicios ofrecidos por la industria en ultramar es perfectamente legal cuando respeta las leyes y cumple con las declaraciones fiscales apropiadas, los documentos examinados por el ICIJ demuestran que bancos y bufetes de abogados no siguieron las normas cuando se trataba de identificar a los clientes envueltos en actividades ilegales, como la evasión fiscal o el lavado de dinero. Incluso, la constitución china desincentiva a funcionarios y sus parientes de aprovechar su posición de poder con fines económicos. Pero nada prueba la existencia de una participación directa de los altos funcionarios chinos en los negocios de familia.

Al contrario, un documento publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos en 2007 – hecho público por Wikileaks – parece demostrar la extrañeza de Wen Jiabao cuando, hace cuatro años, el New York Times destapó una serie de escándalos familiares. Según Wikileaks, el entonces primer ministro, incluso habría dicho estrar “asqueado” por las actividades llevadas a cabo por sus familiares.

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