Una de las leyes más odiada por los chinos empieza una revisión exhaustiva. Es la ley del hijo único, que según los rumores publicados por la revista económica Caixin, tendrá un breve cambio que podría convertirse en un cambio radical. Aquellas familias en que uno de los padres sea hijo único, podrán tener dos hijos.
La noticia, inicialmente difundida por Caixin, fue confirmada por la agencia de noticias estatal Xinhua. En un documento publicado al final de la Tercera Sesión Plenaria, el PCCh se compromete a cambiar la "regla de un solo hijo", a abolir los campos de trabajos forzados (laojiao) y reducir los delitos punibles con la pena de muerte.
La historia
La obligación de las familias a tener un solo hijo se introdujo oficialmente en 1979 para controlar la natalidad y evitar el riesgo de la sobrepoblación que podría tener consecuencias catastróficas para la sociedad china.
Desde entonces, según estadísticas oficiales dadas a conocer por el Ministerio de Salud, se habrían realizado 336 millones de abortos, lo que refleja un promedio de casi 10 millones de abortos al año. Sin embargo, siempre han existido algunas excepciones y por ley las minorías étnicas y las parejas compuestas por dos hijos únicos están exentas de seguir la regla.
Según fuentes citadas por la revista china Caixin, en el Tercer Plenario habría surgido una innovación importante. A partir del próximo año se debe hacer oficial una nueva excepción: las familias de por lo menos un hijo único, tendrán la posibilidad de tener más de un hijo.
Según Caixin, “el promedio de hijos de las parejas chinas para las últimas dos décadas es de 2.1 hijos, una cifra que según los expertos es demasiado baja para mantener los números lejos de una posible contracción.
Asimismo, los expertos predicen que la población del país llegará a su máximo en 2023 y luego disminuirá. Las políticas de control de la población deben ser demolidas para entonces”. Actualmante, quien quiera tener más de un hijo, puede hacerlo, siempre y cuando sean capaces de pagar una multa bastante alta.
Por lo tanto, es natural que los chinos ricos puedan permitírselo, como lo demuestra el caso del famoso director de cine Zhang Yimou –padre de siete hijos-, mientras que los agricultores no lo hacen.
Sin embargo, el comportamiento de los funcionarios involucrados en la planificación familiar a menudo ha superado los límites de la legalidad. Su carrera profesional se basa en la consecución de los objetivos fijados por el Gobierno: el resultado fue el uso masivo de violencia para obligar a las mujeres a tener abortos, o el secuestro de hijos con fines adoptivos en familias rurales pobres que no podían pagar las multas.
El debate sobre la reforma de la Ley del menor está en marcha en China desde hace algún tiempo. De hecho, hay algunos factores que hacen necesario un cambio de rumbo: en primer lugar, el envejecimiento de la población; en segundo lugar, la mano de obra que necesita la industria productiva china, que comienza a experimentar la falta de trabajadores dispuestos a pasar la mayor parte de sus vidas en la línea de producción.
"Una reforma podría resolver muchos de los problemas actuales del país, pero en este momento el debate gira en torno a la abolición total de la ley", palabras publicadas en Xinhua en meses pasados.
Un estudio realizado por Bank of America Merrill Lynch explicó que la población de china (compuesta por mil millones y 381 millones de personas sobre la base del censo de 2011) se incrementaría en alrededor de 9,5 millones de niños al año durante los primeros cinco años en el caso de un cambio total de la ley.
Este cambio de paradigma, sin embargo, podría ser tardío, porque se necesitará un mínimo de dieciséis años para que un posible auge de la natalidad en China pueda dar los resultados.
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[Artículo producido para il manifesto]
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