“Al ver la cara de un chino que bailó su primer tango en la vida, ves que quedan como en estado de shock”: tanguera argentina Claude Murga

In by Simone

Argentina no solamente ha convertido el tango en parte central de su imagen país -como España con el flamenco o Portugal con el fado- sino que su Cancillería cuenta con un programa de formación tanguera para sus diplomáticos, para que ellos sepan cómo impulsarlo cuando están de misión. Ese proyecto lo lidera Claude Murga, que estuvo recientemente en Beijing realizando talleres de capacitación con los profesores de tango de la capital china. China Files conversó con ella sobre su trabajo y sobre la escena tanguera en China.
Murga, egresada de la Escuela de Danza de la legendaria bailarina y coreógrafa Martha Graham en Nueva York, es una reconocida profesora de la Escuela Argentina de Tango y una bailarina de tango que ha compartido escenario con figuras de la talla de Miguel Ángel Zotto y Roberto Herrera. Ahora, vino a enseñar por primera vez a China, un país donde el tango crece rápidamente en milongas como Vida Mía o Tango Chino de Beijing y Shanghai.

¿Te esperabas la comunidad tanguera en Beijing?

No, no me lo esperaba. Me di cuenta que es algo muy nuevo, pero que está creciendo. Hace unos seis o siete años que está instalado -no como Japón, cuyo movimiento tanguero es comparable al de Argentina o Estados Unidos- y me llevé una sorpresa muy grande.

Vos ves la cara de un chino que bailó su primer tango en la vida y quedan como en estado de shock. Esa sensación la vuelven a buscar. Acá te impresiona, porque culturalmente no son muy expresivos. Así que cuando tienen esa expresión -en el cuerpo y en la cara- te sorprende. No lo expresan, pero tienen una enorme sensibilidad.

¿También ha avanzado el gusto por la música del tango?

Mucho más la danza, pero en todos los países pasa, no solamente en China. La atracción -lo que yo llamo la adicción- es la danza. Después el que baila empieza a buscar la música, el concierto, el CD.

No es como con otras músicas. El amante del jazz va por la música, mientras que la mayoría de amantes del tango empiezan por la danza.

¿Qué música ves que bailan aquí?

Mucho tango salón, bailan mucho la Orquesta de Carlos Di Sarli. Les gusta Juan D’Arienzo, todo lo que son las orquestas típicas.

El tango comenzó a popularizarse en China como un fenómeno de élite. ¿Ves que ha cambiado algo?

Creo que empezó de esa manera, pero se está haciendo mucho más popular y cada vez hay más gente joven que lo baila. Noto que cada vez menos pertenece a una élite.

Lo que yo veo, más allá del sentimiento y de que soy fanática del tango, es que como lo puede bailar todo el mundo -no necesita una destreza en particular- es la única danza que avanza de este modo. Hay campeonatos estatales y privados, en países que uno jamás se imaginaría como Rusia. Está remplazando al ballroom, que era la danza de salón hasta el momento.


¿Por qué venir desde Argentina para trabajar con los profesores de tango chinos?

Tuve muchas clases privadas con ellos para que bailen mejor, para que puedan presentarse en los campeonatos de Buenos Aires y para que puedan recibir material nuevo, fresquito de la Argentina, para seguir enseñando. Les dejé material para que ellos puedan seguir con cosas nuevas.

Hay una cosa muy particular de los chinos, que no me pasó en ningún otro país. Ellos conocen mucho de cultura general. Lo que no llega por talento, a ellos les llega por estudio y por perserverar. A mí primero me observaron y me estudiaron, más allá de que tenían mi biografía y mis fotos. Cuando les gustó mi trabajo, comenzaron a consumir masivamente -diez y veinte clases- pero primero me estudiaron. Noté un momento de observación.

¿Estos profesores vienen de una formación de danza diferente al tango?

La mayoría no tienen formación de danza. Son gente común, a la que un amigo le contó, a la que le contaron que bailar tango es sedativo.

¿De dónde surgió el programa oficial de tango para diplomáticos que lideras en la Cancillería argentina?

Los diplomáticos en las embajadas, en general, no bailaban y no tenían conocimientos sobre tango. A partir de este proyecto de Cancillería se capacita a todo el cuerpo diplomático, para que cuando ellos sean trasladados a los distintos lugares del mundo sepan asesorar en el tema del tango en cada embajada.

Se han ido sumando. Empezaron siendo 15, después 40, luego 70 y 100. Lo que pasa es que como los diplomáticos viajan mucho y tienen misiones, no se conserva el mismo grupo pero se van renovando. Las primeras camadas ya están en Brasilia, en Rio de Janeiro y acá en Beijing. Fue precisamente Santiago Martino, el agregado cultura acá en China, quien presentó el proyecto en representación de todos los diplomáticos y esto se hizo gracias a él.

Todos ellos fueron alumnos míos y están capacitados en música, danza e historia del tango. Cualquier persona local, cualquier chino puede venir y preguntarle ¿este bailarín es bueno? ¿Este maestro que viene de Argentina tiene calidad? Hay una capacitación especial para que se sepa de qué se está hablando.

¿Cómo pueden utilizar ellos estos conocimientos en sus misiones?

Es muy difícil encontrar bailarines que bailen tango salón bien y tango escenario bien. La instrucción que hago a los diplomáticos se trata un poco de eso, que ellos sepan seleccionar a los bailarines en todas partes del mundo.

Para tango escenario hay que tener una formación de danza. Hay que haber hecho ballet, pilates, danza contemporánea y entrenar todos los días. Es una profesión. Y es difícil que ese mismo bailarín sepa bailar el tango de salón popular y enseñarlo de manera simple, para el que no sabe nada de danza.

¿Tuviste oportunidad de ir a alguna milonga pequinesa?

No pude porque entre que estaba con el jet lag y que estaba con las clases de cinco de la mañana hasta las once de la noche. Pero me encantaría porque yo soy básicamente milonguera. Me hice famosa por el tango escenario, que me abrió las puertas para que mi nombre se diera a conocer en el mundo, pero mi corazón es milonguero.


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