Xue Manzi se confiesa

In by Andrea Pira

Xue Manzi, uno de los internautas más seguidos en Weibo, fue arrestado en días pasados por cargos relacionados con la prostitución. Después de su arresto el internauta reconoció ser culpable de esparcir rumores en la red, aspecto que el gobierno chino combate decididamente. Xue, quien contaba con alrededor de 12 millones de seguidores, relató este domingo a la policía cómo pasó de ser un usuario común y corriente del microblog, a convertirse en una personalidad del ciberespacio tan influyente que él mismo se sentía como “un rey redactando decretos reales”.

Las celebridades en línea, conocidas en China como “grandes Vs”, son micro blogueros cuyas identidades son verificadas y que cuentan con un gran número de seguidores. El portal Sina Weibo es considerado como la plataforma de opinión más grande en China y su funcionamiento permite enviar y reenviar comentarios, opiniones y fotografías. Como la mayoría de redes sociales, su contenido no era filtrado con el fin de separar la información real de los rumores. Hasta ahora, pues el gobierno lanzó una nueva campaña en contra de la difamación de rumores en internet.

El microblog fue lanzado por la Corporación Sina en agosto de 2009, y a la fecha cuenta con más de 503 millones de usuarios registrados. Se estima que 100 millones de mensajes son publicados al día, lo que lo convierte en una de las herramientas de comunicación más importantes del país.

Tras ser arrestado, Charles Xue Biqun -más conocido como Xue Manzi, apelativo que asumió en internet- aceptó ser una de las personas que esparcen rumores y comentarios en internet sin saber qué tan verídicos son. A continuación relató a la policía su historia, se arrepintió de los errores cometidos y se declaró completamente dispuesto a colaborar con las autoridades. El domingo Xue apareció en televisión nacional, e indicó que también aceptaría aparecer esposado para “advertir al resto de los blogueros sobre las consecuencias de los malos actos”, según publicó el diario China Daily.

Xi Jinping ya había anunciado el pasado 19 de agosto que el gobierno libraría una guerra frontal contra los “ejércitos de agua” -compañías especializadas en difundir rumores por la red-, además de ordenarle al aparato oficial de propaganda del Partido la formación de “un ejército en internet para atravesar las barreras de los nuevos medios”.

En días anteriores un alto tribunal chino -de la mano con la fiscalía- publicó una nueva ley que trata específicamente este tema. Las personas serán acusadas de difamación y de “poner en peligro el orden social” si los mensajes enviados que contienen rumores falsos son vistos por más de 5000 personas o si son reenviados más de 500 veces -con una pena máxima de tres años de cárcel.

Xue, aparte de ser una estrella del internet, es reconocido como uno de los nuevos multimillonarios chinos. Tiene doble nacionalidad con Estados Unidos, y forjó su carrera empresarial en ese país. Inició su carrera como bloguero en 2011, cuando lanzó una campaña que pretendía ayudar a encontrar menores secuestrados. Desde ahí su popularidad aumentó y después de anunciar que había sido diagnosticado con cáncer, sus seguidores sobrepasaron el millón.

Posteriormente Sina Weibo empezó a recomendarlo y su popularidad sobrepasó los límites de internet. Su imagen se veía en portadas de revistas, programas de televisión y en eventos de caridad.

Al comienzo “sólo escribía comentarios relacionados a mi campo laboral. No comentaba ninguna noticia de la que no tuviera conocimiento, y siempre investigaba las fuentes antes de compartir alguna información”, contó Xue a la policía. Después optó por comentar y compartir a diestra y siniestra cualquier tipo de información, pues “por un lado me ahorraba tiempo, y por el otro jamás pensé que me harían responsable pues yo no era el autor original”.

“Cada mañana tenía miles de nuevos mensajes en mi cuenta de Weibo. Incluso un ministro no recibiría tantas invitaciones, todos los días y de 30 provincias diferentes”, continuó Xue. Pero no sólo se dedicaba a compartir información, algunas empresas privadas le pagaban para promocionar sus productos recomendándolos en su cuenta.

Al finalizar su relato, Xue pidió disculpas y afirmó que “la libertad de expresión no puede prevalecer sobre la ley”.

Sin embargo desde ya se escuchan voces de protesta por el juicio al que ha sido sometido, además de las nuevas leyes redactadas. Wang Sixin, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Comunicaciones de Beijing, aseguró que el limbo jurídico de la norma es demasiado grande, y “la suposición del gobierno es poco realista, pues no es posible tener fuentes autorizadas de todo lo que se dice en internet. El discurso en sí no puede ser medido en estándares cuantitativos”, concluyó Wang en declaraciones entregadas al South China Morning Post.

Así las cosas, el internet en China adquiere un nuevo elemento controversial. El proceso contra Xue apenas comienza, pero las normas en contra de la difamación de rumores en internet ya empiezan a funcionar.

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