Un amor a medida

In by Andrea Pira

Chang Bai es la joven fundadora de una empresa que comenzará a funcionar en 2014 e intentará captar un mercado creciente en China: el mercado de las mujeres solas. Su empresa ofrecerá un servicio muy especial: amantes a medida que podrán acompañar a las mujeres a las fiestas o ser presentados a la familia. La entrevistamos en su piso en Beijing.
Alto, moreno, de grandes ojos transparentes, tenía una camisa de seda negra que dibujaba sus músculos y se abría poco más arriba del vientre para mostrar los pelos y los duros pectorales bronceados. Parecía George Clooney. Apoyaba sus hombros cuadrados contra el portal.

-Tiene que ser él –dijo la chica.
Se acercó y quedó a treinta centímetros. Casi podía tocarlo. Ella había elegido esa vereda del Mediterráneo, donde había pasado un verano con Pietro Gentiluomo.

George Clooney la agarró de los pelos y le abrió la boca con una lengua dura como un pescado. Ella quiso cerrar los ojos pero se le dilataron las pupilas tanto que pudo ver la piel del hombre como en un microscopio. El olor del otro la inundó y casi se desmaya de sensualidad. George Clooney ya le había arrancado la ropa y la había puesto contra la pared.

Cuando terminaron, el otro la vistió y la arrancó de la sombra llevándola de la mano. Le dolía todo el cuerpo, no sabía si estaba feliz o vacía. Estaba tan despeinada que apenas pudo reconocerse cuando se vio reflejada en una vitrina.

Mientras comían se dio cuenta que sabía lo que él iba a decir. Se sentía estafada. Sin embargo, era exactamente lo que había comandado.

Había llenado el folleto de Amor Center, había pagado y ahora el hombre estaba ahí. Era encantador con esa sonrisa casi afeminada. Tenía la boca tan fina que por un momento ella tuvo miedo de que se le borrara.

Entonces se levantó, sabía que él pagaría la cena, que la seguiría. Sabía que no la dejaría partir, como ella había soñado.

Sin embargo se las arregló para alejarse de él y volver sola al hotel. Volvió a consultar el site de Amor Center, la fabrica estaba en China, ¿Podría devolver a George Clooney?

A lo mejor él estaba llorando en la puerta -¿Por qué había abonado por un hombre sentimental y enamorado?-. Al día siguiente hubieran ido a bailar. En verano se habrían escapado a las Islas Canarias donde él le habría propuesto casamiento, pero en vez de disfrutar de eso estaba sola de nuevo, frente a la computadora.

La empresaria china Chang Bai se despertó una mañana con ese sueño entre las sábanas. Era una joven exitosa, hermosa y sola. Dirigía una empresa de telecomunicaciones con accionar en varios países, acababa de cumplir sus treinta años y hacía dos que no tenía ninguna relación estable. “Que sueño triste”, se dijo.

Pero algo la sacó de la cama rápidamente y la puso a andar de un lado a otro de su amplio departamento pekinés: Amor Center era una empresa, su especialidad. ¿Por qué no hacer los sueños realidad? Salvo que en este caso no le quedaba en claro si había sido un sueño o una pesadilla. A lo mejor para averiguarlo tenía que dar un paso hacia adelante.

Entonces decidió, todo junto, que sería la fundadora de la empresa que había entrevisto en sueños, que abandonaría la empresa de telecomunicaciones y revolucionaría el mercado de las relaciones en China, y por qué no, en el mundo.

Claro que no dispondría de robots químicos que salgan de una caja ni de Golems con la cara de Brad Pitt, pero algo se le ocurriría. Algo se le había ocurrido en la mañana y buscó en Baidu teléfonos de scorts masculinos y estuvo más de una hora pasando llamadas. La voz se le entrecortaba de excitación y curiosidad.

Su empresa se llamaría exactamente Amor Center y alquilaría, vendería -o lo que sea- novios, compañeros, brazos de los que colgarse en las fiestas aburridas, manos para tener, ahí en Beijing.

¿Y cómo sigue la cosa?

Nos dimos cuenta que no podíamos contratar a Scorts masculinos, entrevistamos más de cincuenta. Entonces comenzamos a trabajar con actores, gente que tiene experiencia y formación en ocupar un personaje. La empresa está en periodo de prueba y nos lanzaremos al mercado a fines de 2014.

¿Cómo funcionará exactamente la empresa?

Está pensada para mujeres, sabemos que podría funcionar para hombres pero por el momento queremos centrarnos en el mercado de las mujeres solas, que es un mercado que pocos han trabajado hasta el momento en China. Queremos dejar en claro que no somos una empresa de scort sino otra cosa, tenemos que educar a nuestras clientas porque ofrecemos un producto que no existe aún. Si nuestra clienta quiere un amante o compañero intelectual especialista en literatura inglesa, prepararemos a la persona que cumplirá la misión, estará un tiempo leyendo, memorizando citas y nombres de autores ingleses. Claro que se tratará de un servicio caro, pero apuntamos a un mercado de gente adinerada.

¿Usted contrataría los servicios de Amor Center? ¿No es triste saber que la otra persona no es real?

Yo sí contrataría los servicios de Amor Center, de hecho, comencé pensando en cómo me gustaría a mí, antes de encontrar el equipo y hacer estudios de negocios.

La persona que nosotros proponemos será real en la medida en que se podrá tocar, conversar con él, presentar a los padres. No veo nada triste, hay que dejar caer los complejos.

¿Y qué pasará cuando el amante termine sus funciones y vuelva a su casa, no será un choque con la realidad?

Será como cuando un amante termina sus “funciones”, cuando una relación termina sus funciones o como quiera llamarlo: hay un choque con la realidad. Pero el mundo es así. Nosotros propondremos un servicio de hasta tres meses, nuestro personal sabe que puede trabajar tres meses a tiempo completo.

Chang Bai sonríe: no deja entrever la sombra de una duda. Su departamento es perfecto y lujoso, como su ropa y su pelo y hasta su mirada. Así tendrán que ser los hombres de Amor Center, un sueño moderno.