Televisión estatal china transmite últimos minutos de cuatro condenados a muerte

In by Andrea Pira

Los últimos minutos de cuatro condenados a muerte por el homicidio de 12 marineros chinos en Tailandia fueron transmitidos en la televisión nacional china. Si bien la crueldad con que fueron asesinadas las víctimas despertó la ira de la población y el gobierno, la opinión pública empezó a discutir los conceptos de “castigo ejemplar” y la aplicación de la pena de muerte luego de ver las imágenes de los criminales escoltados desde sus celdas al patíbulo. Esto no es ajeno a América Latina, y especialmente a Colombia, que tiene hoy en día a cuatro nacionales condenados a muerte con suspensión a dos años en las cárceles chinas.

Después de un espectáculo televisivo de dos horas, China ejecutó el viernes primero de marzo a cuatro extranjeros declarados culpables del asesinato de 12 ciudadanos chinos en el río Mekong en 2011.

La imagen del cabecilla de la banda que traficaba narcóticos, el birmano Naw Kham, siendo escoltado por varios policías hasta el cuarto donde se le ejecutaría con la inyección letal –aunque no se mostró el momento preciso de la muerte-, se ha vuelto viral.

Los otros miembros de la banda, Hsang Kham de Tailandia, Zha Xika de Laos y Yi Lai, referido por los medios como “sin nacionalidad” o “de origen dudoso”, fueron también ejecutados en Kunming, en la provincia de Yunnan.

Según las investigaciones, la organización criminal habría abordado un barco de pescadores chinos en la conflictiva zona del “Triángulo dorado” de Tailandia y después de torturar a las víctimas, había acabado con la vida de los tripulantes con disparos en la cabeza a corta distancia.

La crueldad con la que fueron asesinados los pescadores chinos despertó la ira de la opinión pública y el gobierno que emprendieron una verdadera “cacería humana”.

En la captura de la banda participaron 200 personas, entre policía, ejército y voluntarios. La misión incluso llegó a ser comparada con el esfuerzo estadounidense para dar con el paradero de Osama Bin Laden.

El periódico gubernamental Global Times reportó que las autoridades pensaban usar drones para bombardear el escondite que los sospechosos tenían en Burma, pero luego decidió que quería capturarlos vivos.

Los sospechosos fueron arrestados, y en otoño de 2012 se les impuso la pena de muerte. Durante meses esperaron su ejecución, hasta este viernes, cuando la televisión estatal transmitió un “especial” de la aplicación de la pena, al tiempo que intercalaba imágenes de las operaciones policiales en el río Mekong.

Opinión dividida

“Pienso que (la transmisión) es compatible con lo que gobierno quiere: mostrarle al público chino que es serio en cuanto a la protección de los ciudadanos chinos en el extranjero”, comentó a The Guardian, Shi Yinhong profesor de la Universidad Renmin de Beijing.

Sin embargo, no ha faltado quienes califiquen el acto de voyerismo o extrema crueldad, comparándolo con los desfiles de la muerte del pasado.

“No he dormido por dos días, extraño mucho a mi madre. No quiero que mis hijos sean como yo”, dijo Naw Kham, encadenado de pies y manos, el día de su ejecución a la prensa china.

“El uso de dos horas de la televisión nacional para transmitir el proceso de estos criminales condenados a la pena de muerte es una violación al artículo 252 del Código de Procedimiento Penal de la República Popular China”, afirmó el prominente abogado de Derechos Humanos, Liu Xiaoyuan en su cuenta de Weibo.

“La transmisión de la CCTV violó una ley de la Corte Suprema de Justicia que dicta que la dignidad de ninguna persona debe ser insultada”, escribió.

En la misma línea, Nicholas Bequelin, investigador de Human Rights Watch en Nueva York, declaró a Reuters que la transmisión “es predatoria, voyerista y explotadora y que destruye el objetivo mismo del sistema legal”.

La opinión pública china está dividida en relación con la pena de muerte. Si bien en 1995 la Academia China de Ciencias sociales publicó una encuesta que afirmaba que el 95% de la población china apoyaba la pena de muerte, esa cifra cambió a casi la mitad, seis años después, cuando las encuestas a las poblaciones de Beijing, Hunan y Guangdong arrojaron solo un 58% de apoyo. Los encuestados pedían que el gobierno publicara las estadísticas de las penas capitales, que hasta la fecha se consideran un secreto de estado.

China es el país que más aplica la pena capital en el mundo, superando por mucho a otras naciones.

No obstante, el gobierno ha implementado cambios. En 2011 el gobierno chino eliminó la pena capital para 13 tipos de “ofensas económicas no violentas”, casi una quinta parte del total. Entre los crímenes que ya no son punibles con la pena máxima figuran el fraude fiscal, el contrabando de reliquias culturales, el saqueo de tumbas y el robo de fósiles.

Actualmente, 58 países practican la pena de muerte y en ellos vive el 60% de la población mundial.


Castigo ejemplar

Sin embargo, hay personas que creen que la aplicación de la pena de muerte en China es una acción ejemplar y que difundir estas condenas ayudan a implementar el escarmiento público. Se mezclan elementos de moralidad, justicia, rigidez, armonía y orden social.

“Creo que la pena de muerte hace que las personas piensen dos veces antes de cometer un crimen, eso logra que en China no haya tanta violencia, pues hasta los delincuentes más malos tienen miedo”, comentó Li Peng, estudiante de Beijing para China Files.

Estas presentaciones televisivas de personas en el pasillo de la muerte no son nuevas en China. Durante cinco años, el programa “Entrevistas antes de la ejecución” fue visto por casi la mitad de los 94 millones de habitantes de la provincia de Henan, la tercera provincia más poblada de China.

Todos los domingos, la presentadora Ding Yu entrevistaba a un condenado a muerte justamente “antes de la ejecución”, indagando sobre su estado mental, sobre su arrepentimiento y las lecciones que había aprendido. Algo como una lección moral a todos los demás que están afuera y se sienten tentados a cometer un crimen.

El programa recibía críticas constantes, pero logró mantener una asidua audiencia. Según sus productores, cumplía un objetivo pedagógico. Cada emisión comenzaba con un llamado al “despertar de la naturaleza humana” y de los “valores de la vida”. Era claramente una advertencia.

El programa no obstante fue suspendido para “evitar dar una imagen equivocada de China al exterior” luego de que la BBC produjera un documental sobre los detalles del programa y que levantó fuertes críticas en Occidente.

La política de “condenas ejemplares” no es nada nueva en la República Popular China. El presidente Mao solía mencionar la frase: “Matar a la gallina para asustar a los monos”, como China Files lo reportó en el artículo: Pena capital en China: "Matar a la gallina para asustar a los monos", cuando se conoció que dos colombianos habían sido condenados a muerte en China por narcotráfico.

Latinoamericanos en el patíbulo

Colombia es uno de los países latinoamericanos con mayor número de presos en China. A diciembre de 2012, se registraron 32 colombianos en cárceles de China, cuatro de ellos están sentenciados a pena de muerte con suspensión a dos años, y seis, a cadena perpetua. La mayoría de ellos fueron capturados como mulas, entrando a China con cocaína.

La pena de muerte, según la ley criminal china, en casos de droga es aplicada por una cantidad mínima de 50 gramos. La cantidad incautada a los colombianos siempre ha sido superior a ésta –normalmente es de dos a tres kilos-, siendo entonces un motivo válido para que se solicite la pena máxima o condenas que superan los quince años.

El Gobierno de Colombia ha expresado en repetidas ocasiones que no acepta la muerte de sus connacionales y ha solicitado la reconsideración de la pena. Guillermo Álvarez, uno de los presos condenados a pena de muerte cumplió ya los dos años de suspensión, y su condena será revisada proximamente. En caso favorable, su condena podría ser conmutada a cadena perpetua.

Entre China y Colombia existe un tratado sobre asistencia judicial en materia penal, pero este instrumento no aplica a la extradición.

La solicitud para condonar la pena fue apoyada por Ecuador, quien además ofreció su consulado en Guangzhou para asistir a los colombianos detenidos en las cárceles en la provincia de Guangdong.

El código penal chino establece que si la persona no comete otro crimen durante los dos años de suspensión y si “realmente ha hecho contribuciones importantes, se le puede conmutar la pena de muerte por prisión temporal de 25 años después del cumplimiento de dos años”, que en este caso sería una de las últimas esperanzas para los colombianos.

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