Tacos a la Panda: Criticar o enseñar, ¿cuál impacta más?

In by Andrea Pira

Inspirado en una crítica hacia el gobierno mexicano que hace poco se volvió viral en las redes sociales, Francisco Silva reflexiona sobre algunos aspectos de los que México, y Latinoamérica en general, podría aprender del gigante asiático. 
Desde que existen los gobiernos, existen quienes se quejan de ellos. Nunca hay forma de darle gusto a todos, dicen por ahí. Pero, si además ese gobierno no cumple como debe, y se vuelve corrupto, entonces las quejas aumentan y la gente se vuelve más vocal. Si a esa sopa le sumamos las redes sociales de ahora, una sola voz se puede replicar en un millón de voces en tan solo unos días.  

Ahora fue el turno para EUGENIO FIGUEROA, o al menos así dice llamarse quien ha resonado en las redes sociales con una amarga queja contra el gobierno mexicano. Por lo largo y fuerte del contenido, solo me remito a poner el enlace aquí para que ustedes mismos lean la queja completa.

En su expresiva y puntual queja contra el gobierno, EUGENIO FIGUEROA compara los costos y el estilo de vida entre Quebec y México, rabiosamente expresando su inconformidad por los altos costos de vida, la terrible corrupción del gobierno, y el daño que le hacen a nuestra sociedad. La queja, que aparentemente nació en Quebec, le ha dado la vuelta al mundo, creando polémica y opiniones divididas sobre si los datos son correctos o si realmente existe este estudiante de Ciencias Sociales en Montreal, Canadá.

Pero no me enfocaré en la veracidad de los datos, sea si existe o no un EUGENIO FIGUEROA, o si el costo de vida en Quebec es tan barato y tan bueno como dice. De lo que quiero hablar es del territorio en común que comparto con esa queja sumergida en rabiosas acusaciones y una clara frustración. De hecho, opino que este tipo de manifestaciones agresivas y desafiantes no llegan a ningún lado útil. Si bien a EUGENIO FIGUEROA lo leyeron miles, o cientos de miles, su voz no será escuchada con seriedad en todas las esferas de nuestra sociedad. Será una más de esas voces que "ya están hartas" de lo que pasa en México y convoca a la sociedad a un boicot. Lo que tiene de loable y valiente, lo tiene de estéril y desarticulada. El título de su nota, "Pendejocracia", es algo que auto desacredita el valor y seriedad del documento. Pero tampoco quiero hablar de eso.

Yo quiero hablar de aquellas partes del texto de este frustrado hombre con las que sí me identifico, que son muy rescatables, y con las cuales espero que ustedes, mis queridos lectores, también coincidan. La primera de ellas es la corrupción en el gobierno. Estoy totalmente de acuerdo, y ha sido comprobada una y otra vez, década tras década y presidencia tras presidencia. Esta plaga está arraigada en el fondo de nuestra sociedad, tanto en la de México como en la de toda Latinoamérica. Son cuando menos millones quienes hemos resonado o expresado que esa corrupción corroe a nuestros países y que debería de terminar.

Ese cambio tiene que desearse desde la base de nuestra sociedad y empujarse hacia cada uno de sus niveles y esferas. Así, el gobierno empezará una corrección real, e incluso sería observado por organismos internacionales. Sin ambas partes cooperando y accionando juntas, los esfuerzos no llegarán a ningún lado. Incluso, en países como China, donde el gobierno raya en lo impositivo, la reforma anticorrupción del presidente Xi Jinping no tendría los resultados y avances si los millones de políticos y burócratas de todas las provincias no hubieran puesto de su parte, y la sociedad aceptara y recibiera como necesaria la reforma.

Esto último sobre China me lleva al segundo punto en común. Este ya famoso EUGENIO FIGUEROA hace una comparación de México vs. Quebec. Esto lo pudo hacer porque vive, o vivió, en Quebec. Sé que suena un poco obvio, pero es una realidad: vivir fuera de tu país te da una perspectiva completamente nueva y diferente de las cosas. Ver desde fuera a tu país, ayuda a darte cuenta de que hay más formas de hacer las cosas, y de que tu país podría estar mejor si adoptara una u otra política o costumbre del país en el que resides, sea por unos meses o por nueve años, como quien les escribe (¿o les cocina?) estos Tacos a la Panda.

Ahora, dicho esto, quiero poner mi granito de arena a las recomendaciones para mi país, mis paisanos y, si me lo permiten, mis "hermanos tropicosos" (ver nota previa aquí) de toda Latinoamérica. Estas son las tres cosas que México y Latinoamérica podrían aprender de China:

ACTUAR Y PENSAR EN GRUPO: Culturalmente, somos individualistas, desconfiados y vemos los proyectos desde la perspectiva individual y el beneficio propio. En China, el grupo tiene prioridad, y se busca el beneficio del país o de la comunidad.

PLANEAR A LARGO PLAZO: Los proyectos a largo plazo y la continuidad de un legado o un sistema son conceptos prácticamente inexistentes en nuestros países. Mientras en China se realizan planes a 20 o hasta 30 años, y se parten en proyectos menores con metas cuantificables que son medibles mes a mes, cada vez que llega un nuevo gobierno latinoamericano, lo primero que hace es desacreditar los esfuerzos anteriores y proponer algo "nuevo y mejor".

AHORRAR MÁS: Mientras en China el ingreso familiar llega a ahorrarse entre 20 y 30%, permitiéndoles a largo plazo hacer inversiones que les permita una mejor calidad de vida, nosotros decimos no tener para el gasto, pero siempre nos alcanza para tomarnos una cerveza con un amigo o para ir a la playa porque nos merecemos el descanso. Sin embargo, nunca se nos ocurre guardar una cantidad para contingencias, para comprar la casa o, mucho menos, para hacer una inversión.

Creo que Latinoamérica debería entender que las cosas ya no funcionan de la forma en la que se han venido haciendo, y que debemos mirar un poco hacia fuera y fijarnos en los aspectos positivos que podemos aprender de otros países. Lo primero, no obstante, es querer ese cambio, y decidir cuál es el futuro que queremos para nuestras familias y comunidades.

*Está nota fue realizada a sugerencia de una querida amiga y lectora. Por favor escríbanme sus sugerencias, opiniones, molestias, desacuerdos o cualquier otra inquietud a paco@dxmconsulting.com

[Crédito foto: hilanders.se]

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