China planifica sus estrategias políticas según un plan quinquenal. Actualmente, se ejecuta el doceavo de ellos y muchos analistas se preguntan sobre los beneficios o riesgos potenciales de la política exterior china en su relación con América Latina.
En Sinología les ofrecemos un extracto del documento Perspectivas del doceavo plan quinquenal chino el Ecuador, que analiza los impactos de la política china en el país latinoamericano. Además, invitamos a quienes desean conocer más sobre este plan quinquenal, a revisar el texto completo, donde se detallan sus características y objetivos generales.
Impactos del Plan Quinquenal para el Ecuador
Por: Vicente Servigón Caballero*
Durante el período del Plan, se proyecta que el crecimiento anual de China se ubicará entre el 8% y el 9%. De tal manera, China continuará siendo el más importante impulsor del crecimiento mundial; y el creciente consumo interno creará una tierra de oportunidades para las exportaciones ecuatorianas, cuyo cabal aprovechamiento dependerá en implementar exitosamente las políticas de fomento y diversificación de exportaciones, aumentar la productividad, negociar acuerdos bilaterales de comercio, estimular alianzas empresariales sinoecuatorianas, etc.
Esta última es de especial importancia porque, debido a la distancia geográfica y cultural, supliría la falta de expertise y facilitaría una mayor presencia de empresas nacionales en las cadenas de valor chinas. De acuerdo a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), mientras que en el 2009 –en plena crisis- las exportaciones de América Latina y el Caribe a los Estados Unidos y la Unión Europea se redujeron un 26% y un 28%, respectivamente, las destinadas a Asia cayeron solo un 5% y las dirigidas a China aumentaron un 5%.
Estos datos ratifican la creciente importancia que ha adquirido China como destino de las exportaciones de la región. De igual forma, la CEPAL estima que si se mantiene el actual ritmo de crecimiento de la demanda de los productos latinoamericanos en los Estados Unidos, la Unión Europea y el resto del mundo y la demanda de China crece solo a la mitad del ritmo registrado en esta década, este país superaría a la Unión Europea en 2014 y pasaría a ser el segundo mayor mercado para las exportaciones de la región.
No obstante, en el caso particular del Ecuador, China ha sido un mercado relativamente poco explotado; de facto, durante el período 2000-2009 nuestras exportaciones totales se redujeron del 1,2% al 0,9%. En cambio, otros países de la región destinan mayor cantidad de sus exportaciones hacia China, como Chile (13%), Perú (11%) o Argentina (9%).
En la últimas décadas China se ha integrado fuertemente en los mercados mundiales en búsqueda de productos primarios en los cuales no es autosuficiente. Su alta demanda de alimentos, energía, metales y minerales ha beneficiado las economías de los países exportadores de esos productos.
En caso del petróleo ecuatoriano, por ejemplo, ha repercutido en un aumento del volumen de exportaciones e incremento de precios. Empero, aún existe un amplio espacio para fomentar y diversificar las relaciones comerciales y de inversión. Debido a la importancia de China en el comercio mundial, y en virtud del Plan, un sinnúmero de industrias ecuatorianas podrían beneficiarse del aumento del consumo interno chino, como las que ejemplificaremos a continuación.
En el contexto del Plan, la consultora McKinsey & Company sostiene que las industrias orientadas al consumo serán las mayores beneficiarias, tales como aerolíneas, farmacéutica, turismo, naviera, productos de rápido movimiento y alimentos. Consideramos que esta última presenta un atractivo para las empresas ecuatorianas por varias razones.
Por un lado, China tiene el desafío de satisfacer constantemente la subsistencia y el desarrollo de su numerosa población, agravado por la escasez de tierra arable y recursos acuíferos contaminados. Por su parte, Ecuador posee los recursos naturales necesarios para desarrollar la agroindustria y el Gobierno local ha emprendido una política de transformación de la matriz productiva y fomento-diversificación de exportaciones, instrumentalizada jurídicamente a través del Código de la Producción, Comercio e Inversiones (en adelante “CP”).
En este cuerpo legal y otras normas conexas, se establecen incentivos tributarios para inversiones en: a) alimentos frescos, congelados e industrializados, b) abonos y fertilizantes, c) agroquímicos, pesticidas y fungicidas, entre los pertinentes. En tal sentido, McKinsey manifiesta que las industrias motores de consumo interno -como los alimentos- tendrán una razonable libertad de mercado y un ambiente favorable para generar utilidades. Además sugieren que para capturar las mayores oportunidades de crecimiento, las compañías deben incrementar su penetración del mercado y ofrecer productos a la medida para segmentos de consumidores especiales.
Como conexión pragmática de lo mencionado, en la información periodística hemos encontrado que el embajador de la República Popular de China en Ecuador, Yuan Guei Sen, ha motivado a los empresarios nacionales a renovar esfuerzos por ingresar al mercado chino, a través de alimentos procesados tales como productos lácteos y harinas a base de papas, por ser bienes de valor agregado que no sufren por el largo camino hasta llegar al mercado chino del interior.
En tal entrega, Walter Spurrier señala: «lo que se perfila como estrategia ganadora es una alianza entre empresarios nacionales e inversionistas chinos, que provean las maquinarias y se encarguen de la comercialización en su país».
En otra nota periodística, Leonardo Árizaga, Embajador del Ecuador en la República Popular de China, ha manifestado que en el 2011 las exportaciones no petroleras del Ecuador hacia China han incrementado con relación al 2010 de 90 millones a 180 millones de dólares, entre otras razones, por el aumento de las exportaciones de harina de pescado, de maderas (virola, imbuía y balsa) y de camarones.
Encontramos una explicación a este fenómeno por parte del profesor Rhys Jenkins, que manifiesta lo siguiente: «Después de los minerales y metales, el grupo de productos más importante en cuanto a la participación de China en el consumo mundial es el de las oleaginosas. Esto pone de manifiesto el rápido crecimiento de la demanda de forraje en China (incluido el alimento para peces para la acuicultura), a medida que se eleva el nivel de vida y cambian los modelos de consumo.
Hacia fines de la década de 1990, el nivel de consumo de calorías diarias per cápita en el país ya era relativamente alto y, sobre todo en las zonas urbanas, los consumidores comenzaron a volcarse más a la carne, el pescado, los aceites vegetales y las frutas. En la actualidad, China es un importante mercado para la soja y la harina de pescado, y su participación en el consumo mundial ha ido en alza con el transcurso del tiempo».
Específicamente, tal estudio sostiene que el “efecto China” ha repercutido en un incremento del 10,4% al 15,6% en los precios mundiales de la harina de pescado entre el 2002 y 2007, debido a la alta participación de China en el consumo mundial.
En este contexto, la Cepal hace las siguientes recomendaciones: « […] Algunas experiencias recientes muestran que es posible agregar valor e incorporar conocimiento a las exportaciones de productos básicos, integrándolos en las cadenas productivas y de comercialización de Asia-Pacífico. Para ello, es necesario un enfoque sistémico que abarque el proceso productivo, la logística, el transporte marítimo y aéreo, y la comercialización y distribución en el mercado de consumo final. Deberían crearse asociaciones estratégicas para aumentar el valor agregado en toda la cadena de producción y comercialización, y asociaciones tecnológicas mutuamente beneficiosas (por ejemplo, para aplicar los avances de la biotecnología a la agroindustria, la minería, la silvicultura y la pesca)
Según otro informe de la Cepal, el rápido aumento del consumo de productos de agricultura, pesca y recursos forestales en China ha motivado que las empresas que allí actúan como distribuidores busquen la integración hacia atrás mediante inversiones en el exterior. Hay constancia de algunas operaciones importantes e indicios de que la fuerte demanda de China y la (relativa) abundancia de recursos naturales en América Latina y el Caribe hacen que el potencial para la inversión extranjera directa (IED) en agricultura, ganadería, silvicultura y similares sea muy grande. Los mayores proyectos de inversión se han dado en sectores más formalizados o regularizados.
Tal es el caso de la industria pesquera peruana donde China Fisheries Group invirtió 103 millones de dólares para la compra de una pesquera; o el sector de la caña de azúcar, donde, a raíz de una privatización en Jamaica, la comercializadora china Complant Sugar ha comprado activos por valor de 92 millones de dólares.
La operación incluye planes para el arriendo a 50 años de 30.000 hectáreas dedicadas al cultivo de caña. Por otra parte, la empresa importadora de alimentos COFCO, una de las mayores de China, compró en 2010 parte de los activos de Viña Bisquertt, en Chile, por 18 millones de dólares.
De acuerdo a IGD, una firma de investigación en alimentos y almacenes de comestibles, el sector de alimentación y tiendas de comestibles en China tuvo un valor de £ 607 millardos de libras esterlinas al final del 2011; y para el 2015 se prevé que tendrá un valor de £ 918 millardos. Además, afirman que China es un mercado en crecimiento primordial para muchas de las cadenas de supermercados más grandes del mundo. Incluso, hay grandes oportunidades más allá de las grandes ciudades: los pronósticos apuntan a que habrá más de 200 ciudades chinas con una población superior a un millón de habitantes para el 2025.
Pero dado el tamaño y diversidad de China , es esencial no tratar al país como un mercado homogéneo. Adicionalmente a todo lo mencionado, a nuestro criterio, el atractivo de exportar alimentos al mercado chino tiene ciertos fundamentos culturales. Sin duda alguna, el sentido del gusto y el arte culinario son comunes a todo ser humano. Sin embargo, hemos percibido que la alimentación es de particular importancia para los chinos, lo que se explicaría por la siguiente razón. China es la sociedad secular por antonomasia, así, el Estado es oficialmente ateo y las religiones tienen poca penetración.
De tal forma, lo que es para nosotros la influencia cultural judeocristiana, es para los chinos el confucianismo, que no constituye una religión, sino más bien un conjunto de doctrinas de orden moral. En términos generales, la mentalidad china esta concentrada a lo material y lo concreto, a contrario sensu, lo abstracto o metafísico goza de poca popularidad.
Además, para ellos no existe el más allá, el mundo siempre ha existido y existirá, a contrario de nuestra visión lineal inicio-fin, ellos tienen una visión cíclica del universo. Entonces, al no existir sacrificios para entrar al ‘reino de los cielos’, no hay abstinencia de placeres mundanos por consideraciones religiosas (ayuno de cuaresma, por ejemplo). Por otro lado, el aprendizaje del chino es de particular dificultad por la enorme cantidad de homófonos que contiene; de esta manera, resulta curioso para el estudiante conocer las analogías resultantes de los homófonos, y su uso para expresar deseos.
Por ejemplo, tradicionalmente, durante el festival de la primavera las familias chinas comen pescado ‘yú’ (鱼 ) porque ‘yú’ (余) también significa superávit o excedente; igualmente, regalan mandarinas ‘jú’ (桔子) y manzanas ‘píng’ (苹果), para presagiar un nuevo año de fortuna ‘jí’ (吉利) y seguridad ‘píng’ (平安), respectivamente.
En Europa, durante la época barroca, al saludar se acostumbraba decir ‘carpe diem’ o ‘memento mori’ para recordar la idea sobre lo efímero del mundo. Por otro lado, en China, es común utilizar el saludo: “¿Has comido ya?”, ‘nǐ chīle ma?’ (你吃了吗?), lo que también indica la importancia de los alimentos en la cultura del país.
Sin un ápice de duda, en la sociedad china los alimentos tienen una posición primordial frente a otras necesidades. Hemos expuesto consideraciones socioeconómicas que respaldan lo dicho; y reiteramos nuestra opinión respecto al atractivo de fomentar exportaciones de alimentos hacia China.
Urbanización
Al final del 2011, China contaba con más de 690 millones de pobladores urbanos – precisamente el 51,27% de los 1.347 millones de personas del país – de acuerdo con un reporte del Instituto Nacional de Estadística de China.
En el mismo período, la población rural decreció en 14 millones a un total de 656 millones. En consecuencia, por primera vez en su historia la población urbana excede a la población rural.
En China, la urbanización es reconocida como un motor de crecimiento económico y empata claramente con la planificación gubernamental porque los migrantes rurales, por un lado proveen mano de obra a las industrias, y por otro lado incrementan el consumo interno rentando apartamentos, comiendo en restaurantes y comprando en los mercados, lo cual es esencial para liberarse de la dependencia en la inversión extranjera y las exportaciones.
Este boom de bienes raíces es una fuente de enormes oportunidades para la industria ecuatoriana, en los sectores de mueblería, materiales de construcción, productos de cerámica y aparatos de uso doméstico (industrias promovidas en el CP), puesto que entre 2011 y 2020, la población urbana en China incrementará un 26,1% -160 millones de personas- y se invertirán 11,5 billones de dólares en proyectos inmobiliarios, según un estudio realizado por el Economist Intelligence Unit20 (Unidad de Análisis Económicos del grupo británico The Economist).
Tales perspectivas demográficas y económicas presentan oportunidades de negocios en cientos de ciudades chinas, el siguiente paso para los empresarios es investigar y analizar que productos podrían acceder a determinados segmentos del mercado chino de construcción. Es interesante mencionar que según dicho estudio, la preocupación de una burbuja inmobiliaria en China esta sobreestimada, ya que sus particulares circunstancias demográficas explican la intensa demanda de inmuebles.
En el pasado, las burbujas inmobiliarias –como Japón y Estados Unidos- ocurrieron en países con demografía estable y sin perspectivas de fuerte crecimiento económico a largo plazo. De este modo, el EUI estima que a la tasa de construcción actual, China puede construir una ciudad del tamaño de Roma en dos semanas o el mismo stock de vivienda que hay en España en 1 año (alrededor de 2 millardos de metros cuadrados).
Asimismo, se tomó aproximadamente 15 años construir en China el equivalente de las viviendas de toda Europa. Igualmente, para inversionistas puede resultar atractivo saber que el EIU estima que bienes raíces en renminbi posiblemente serán los activos con mejor rendimiento en la próxima década, en razón de una combinación de crecimiento poblacional urbano, crecimiento real de ingresos y apreciación del tipo de cambio. Abundando en el tema, el grupo informativo KHL, especializado en la industria de la construcción, en diversos reportes ha sostenido que la construcción en China alcanzará una tasa de crecimiento mayor al 7% en la próxima década, y que particularmente la construcción residencial continuará creciendo bien, en la medida que China tenga éxito en desarrollar mega ciudades y aumentar los ingresos de la clase media, quienes demandarán nuevas unidades de vivienda.
Adicionalmente, el énfasis en expander y mejorar la seguridad social sugiere que la estructura institucional superará otro tipo de edificaciones, dentro de la categoría no-residencia. En el corto plazo, la edificación industrial tiene buenas oportunidades, debido al traslado y mejoramiento de las instalaciones manufactureras al interior; y en largo plazo, el empuje de los servicios ubicará la construcción de oficinas en un primer plano.
Productos forestales
En el sector de los productos forestales, mencionamos anteriormente que la diplomacia nacional había informado un aumento de las exportaciones de maderas (virola, imbuía y balsa) a China. En una perspectiva global, el incremento del consumo en China de la madera aserrada entre 2002 y 2007 ha sido del 131%, y su repercusión en el aumento de los precios mundiales ha sido del 8% al 25% 23. Creemos que la rápida expansión de China en la demanda mundial de madera se origina, sin duda alguna, a la creciente urbanización, un motor de su crecimiento económico.
La constante demanda de materias primas en China ha contribuido directamente al reciente auge económico en el Ecuador, por consiguiente, consideramos que la entrada de capital chino al Ecuador puede tener consecuencias favorables para la industria maderera; donde las empresas chinas deberían actuar no como compradores, sino integrándose a la producción mediante inversiones directas en el país.
Manufacturas
El boom económico chino de las últimas tres décadas estuvo soportado por bajos costos de mano de obra, tierra y energía, condiciones que fueron utilizadas por compañías multinacionales para crear en China plataformas de producción deslocalizadas (offshoring).
Sin embargo, el Gobierno busca poner un alto a la intensa presión sobre tales recursos. Además, los líderes chinos están buscando que las áreas rurales sub-desarrolladas sean una fuente de crecimiento para la demanda interna. De esta forma, la disposición de incrementar anualmente los ingresos de hogares en 7%, y salarios mínimos en 13%, ayudarán a incrementar el consumo interno, pero restarán competitividad a las manufacturas de baja tecnología.
Mientras China convierte su economía hacia manufacturas de alta tecnología y los servicios, los tradicionales fabricantes de manufacturas de baja tecnología enfrentarán dificultades por su tipo de producción con exceso de capacidad, baja eficiencia y alta contaminación. El objetivo es transformar las industrias a través de la innovación, por ello, tales empresas deberán “reinventarse” mejorando sus productos con tecnología de avanzada, añadiendo valor agregado, con mayor eficiencia energética y ofreciendo protección ambiental.
En este sentido McKinsey sostiene que: « Las industrias maduras de China son particularmente vulnerables al nuevo enfoque en desarrollo sostenible: tal política probablemente aumentará los costos relacionados con protección ambiental conservación energética, reducción de contaminación, e incluso de materias primas, adicionalmente a la presión sobre el incremento de costos laborales. Por ejemplo, la eficiencia energética y las metas de emisión de dióxido de carbono aumentarán precios de industrias como metales no ferrosos, la energía y el acero. El éxito de una empresa se basará en la capacidad para mantener un margen saludable y simultáneamente una acumulación de capital verde. ».
Adicionalmente, debido a que el Plan busca reducir la brecha regional de riqueza y crear estabilidad social, el Gobierno invertirá fuertemente en infraestructura, particularmente en las regiones central y occidental, ofreciendo incentivos para atraer las industrias al interior.
En este sentido, la consultora KPMG ha recomendado a compañías trasladar sus operaciones a la región interior de China, ya que los costos laborales en la región costera incrementan constantemente25. Conocemos que muchas fabricas se están reubicando en ciudades del interior como Wuhan, Chongqing, Chengdu, Zhengzhou, Shenyang y Xian, entre otras. Como muestra del éxodo de las fabricas al interior de China, el puerto de Shenzhen confía en los ferrocarriles de contenedores para servir a las fábricas que se han trasladado de Guangdong a las regiones más remotas del interior.
El puerto tiene 15 conexiones de ferrocarril de contenedores a ciudades como Chongqing y Kunming. Y este año se abrirán dos nuevas líneas a Xian, la capital de la provincia de Shaanxi, y Zhengzhou, la capital de la provincia de Henan. Un ejemplo de una ciudad del interior beneficiaria del desplazamiento de la producción manufacturera es Chongqing. El año pasado, tal ciudad vio un incremento del 140% de su comercio internacional -a un total de 29,2 millardos de dólares- en comparación del comercio internacional de toda la China, que solo creció un 22,5%. 26 Hemos citado diversos análisis sobre la situación actual de las manufacturas en China, y aunque aceptamos sus razonamientos como válidos, sus conclusiones están sujetas a ciertas advertencias; porque a nuestro modo de ver, se han omitido ciertas particularidades que podrían afectar el resultado de los escenarios planteados.
En el caso del fabricante local de manufacturas baratas, hemos observado in situ que todavía existe pobreza en las ricas provincias del este; y además, es sabido que los parámetros éticos y el ambiente de negocios en China dejan mucho que desear. Así, según los índices de percepción de corrupción de transparencia internacional, China se ubica en el puesto 75 entre 182 países. Por consiguiente, sospechamos que los fabricantes de manufacturas baratas encontrarán algún método noortodoxo para evitar que el aumento de salarios afecte su competitividad. Por parte de las empresas transnacionales, a pesar de los incrementos salariales, éstas no necesariamente se reubicarán en países más pobres.
Sin duda alguna, China mantendrá su ventaja comparativa en el sector manufacturero por economías de escala, una buena infraestructura, sofisticadas cadenas de suministro y buena logística. Dejando estas advertencias a un lado, es evidente que la industria manufacturera china experimentará drásticos cambios en el futuro, por ende, los comerciantes locales deberían planificar sus actividades en tal dirección.
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Este documento se publicó en el Centro de Estudios Asia Pacífico (Ceap).
*Vicente Servigón Caballero es investigador y colaborador para el Centro de Estudios Asia Pacífico del Ecuador.
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