La semana negra de las bolsas en China está prendiendo las alarmas con respecto al posible aterrizaje forzoso de la economía china. Cuando todos pensaban que lo peor de la crisis bursátil de China había acabado, se volvieron a derrumbar los mercados.
Las bolsas abrieron con un "lunes negro" y el martes seguía una caída que parecía no detenerse. El primer día el Índice Compuesto de Shanghai perdió 8,5%. El segundo día 7,63%, para cerrar a 2.967,97 puntos. En los últimos dos meses ha perdido aproximadamente 40%. El miércoles cayó 1,27%.
Entre jueves, viernes, lunes y martes, China ha tenido la peor caída en sus bolsas desde 1996. Son tan agudas las caídas que algunas cifras comienzan a superar las de la crisis de 2007, desatada por el estallido de la burbuja inmobiliaria del país. Esto quiere decir que la actual podría llegar a convertirse en la peor caída de bolsa en la historia de China, si se mantiene esta tendencia y no se estabilizan las bolsas de Shanghai y Shenzhen.
La pregunta que a todos inquieta es: ¿llegó el tan anunciado aterrizaje forzoso de la economía de China? Hay opiniones divididas.
Quienes creen que no, dicen que la crisis bursátil fue el resultado de una burbuja que se creó, especialmente, durante el último año, cuando entraron millones de nuevos inversionistas individuales. Cualquier persona podía simplemente descargar una aplicación para su teléfono inteligente y a través de ella comprar o vender acciones. La mayoría de quienes entraron no tenían un título universitario, ni educación secundaria, y para cuando reventó la burbuja, había entre 70 y 90 millones de chinos invirtiendo. Eran más que el número de miembros del Partido Comunista.
"Hay que entender que el mercado bursátil de China no funciona como el occidental", dijo Matthieu David-Experton, director ejecutivo de Daxue Consulting. "En China es como un casino. La gente no invierte luego de estudiar sus opciones de forma juiciosa, sino según lo que ven que sube, o lo que les dicen sus amigos. Lo que pasa en las bolsas no es un reflejo de lo que está sucediendo en la economía real".
Entre octubre y abril el Índice Compuesto de Shanghai aumentó 78% como resultado de la especulación bursátil. Desde que reventó, en junio, ha caído aproximadamente 40%. Esto quiere decir que si bien muchas personas han perdido dinero, todavía hay quienes han ganado. Las pérdidas no son generalizadas. David-Experton también señaló que el precio de la propiedad está aumentando en lugares como Shenzhen, lo cual querría decir que quienes no están invirtiendo en bolsa lo están haciendo en bienes raíces.
El gobierno ha actuado con medidas de choque. Las más recientes han sido reducir las tasas de interés a 4,6%, inyectar dinero en la bolsa a través de su organismo supervisor, limitar las ofertas públicas iniciales y las ventas de acciones de sus empresas de propiedad estatal. Estas parecen no haber logrado frenar las caídas aún, aunque hay algunas de las decisiones más importantes que todavía no se han podido comenzar a implementar o cuyo efecto todavía no se ha notado. Entre estas últimas está el reducir la cantidad de capital que deben conservar los bancos, para que haya más capacidad de préstamo, y permitir que los fondos de pensiones inviertan directamente en la bolsa, lo que permitiría una entrada de aproximadamente 100 mil millones de dólares.
Li Keqiang, el primer ministro de China, dijo en un comunicado oficial publicado en la tarde del miércoles, que "las condiciones económicas mundiales son desconcertantes, pero el gobierno tiene espacio para innovar y desplegar las herramientas adecuadas para cumplir con sus objetivos económicos". Dijo además que no había necesidad de seguir devaluando el yuan y que se mantendría a su nivel actual.
Sin embargo, según dijo el Financial Times, citando a fuentes académicas expertas en política china, "entre los funcionarios del partido y las personas bien conectadas de Beijing, el tema de conversación más caliente es si Li tendrá que asumir la responsabilidad por el aparente mal manejo de la crisis bursátil y la desaceleración más amplia del país".
Hay además quienes consideran que la burbuja bursátil es un síntoma de un aterrizaje forzoso de la economía de China, y que hace parte de una tormenta perfecta.
Otros elementos preocupantes serían la acumulación de deuda por parte de gobiernos locales, y por el gobierno nacional; un mercado inmobiliario que observadores como Joe Nocera, analista económico que escribe en el New York Times, piensan es una burbuja que también reventará; y la incapacidad actual para lograr el aumento en la mano de obra que tuvo China en la década pasada. La desaceleración, según esta teoría, será más rápida, y más grave.
Puede ser un juicio apresurado. Por lo pronto, está por verse si los mercados terminan de estabilizarse esta semana, si el gobierno logra ganar credibilidad, y cuáles serán las verdaderas consecuencias de la crisis bursátil para los índices de consumo.
[Crédito foto: Businessinsider ]
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