RIP al gran gasto, pero no al mercado de consumo de gama alta

In by Andrea Pira

Los cambios económicos que ha tenido China en el último siglo transformaron la sociedad notablemente en términos políticos y culturales. A pesar de que su gobierno no sea considerado como democrático, en gran medida China podría ser considerada como una sociedad capitalista y en los últimos años está característica se ha pronunciado mucho más. China está cambiando. Eso es un hecho, pero no es un hecho reciente. Algunos analistas y periodistas hablan de los grandes cambios en China como si fuera algo nuevo. A expensas de sonar como un cliché, la única constante en China, es el cambio. Al menos desde finales de los 70 cuando toda la Revolución Económica comenzó. A partir de ese momento ha pasado por grandes cambios masivos. El último de ellos está ocurriendo en una de las áreas más importantes y delicadas de todos ellos: el gobierno. Ambos lados del partido, el conservador y el liberal entienden ahora que los cambios y las reformas son necesarias para mantenerse al día con el enfriamiento de la economía, los medios de comunicación social, una sociedad que sigue las tendencias mundiales y con un creciente interés en participar en las grandes decisiones del gobierno.

Uno de los cambios más hablado durante 2014 fue la nueva política de austeridad, para cortar tanto como sea posible algunos de los gastos innecesarios e increíblemente altos que los funcionarios de mediano y alto rango del partido tuvieron durante años. ¿Qué tan grande fue este recorte de los costos? Esto no es claro, ya que el gobierno no ha mencionado una cifra oficial, aunque todos sabemos que es un monto importante. Esta política ha ido de la mano de la campaña anti corrupción que está poniendo tras las rejas incluso a miembros del politburó, el grupo de más alto rango en el partido y gobierno chino. Todo esto manda un mismo mensaje: se acabaron los excesos.

Para algunas personas ahora les resulta fácil criticar el pasado, lo excesivos que estos gastos eran y cómo eran frugales: grandes comidas, regalos súper caros, los viajes a hoteles de 5 estrellas y mucho más. Para entender con claridad estas contrastantes políticas, hay que ver estas dos eras de excesos y austeridad desde tres puntos de vista: pasado, presente y futuro.

PASADO

Sí, efectivamente, se trataba de un enorme gasto del gobierno en las cosas "innecesarias". Pero tenemos que entender el momento en que todo esto sucedió. Fue la locura de los 90, cuando China estaba definitivamente en un auge, convirtiéndose en el gigante económico que es hoy y China necesitaba y quería asegurarse de que el mundo, y su propio pueblo, viera esto.

El gobierno necesitaba asegurarse de que las provincias pusieran planes en acción, fuera mayor infraestructura, incrementos en la producción, nuevos negocios, etc., y para hacer eso, básicamente lo que necesitas es dinero y poder. También necesitaban que los productos y servicios nacionales tuvieran un buen arranque, antes de que las empresas extranjeras llegaran con grandes presupuestos, calidad superior y una mejor calidad en el servicio que cualquier compañía en China.

La solución fue simple: impulsar el mercado interno, no sólo leyes proteccionistas y subsidios, sino gastando grandes cantidades en el. De esa manera aseguraron que hubiera gasto corriente en los empresarios. En otras palabras, una cena de gala de 400 personas garantizaba dinero al mesero, al restaurante, al mercado, a la licorería y hasta los orfebres con las porcelanas de regalo para cada asistente a la cena. Esto lo repetían múltiples veces por semana, en cada ciudad que se considerara clave para la producción, en cada una de las 29 provincias del país. A su vez, los empresarios imitaban estas prácticas y permeaban más dinero en la economía.

Las obras de infraestructura también vieron estos excesos: carreteras, presas, avenidas, luminaria pública, todo se realizaba en tamaños colosales, garantizando dinero a la región y una obra que daría servicio a la población actual y futura.

El resultado ahora es claro: China tuvo la liquidez, los subsidios y la infraestructura para transformarse en la fábrica del mundo. La forma puede ser muy cuestionada, podría verse como un acto de vil fuerza bruta, pero si pensamos que en términos históricos, era un principiante en la economía capitalista, fue una estrategia simple y directa.

PRESENTE

Hoy por hoy el escenario mundial es completamente diferente al de los 90’s. Durante ese tiempo China ha ido cambiando en sus estrategias macroeconómicas y en su economía doméstica, solo unas cuantas cosas seguían sin cambiar y entre ellas estaban los excesos. Es un tanto obvio: ¿Quien quiere dejar ir la oportunidad de llevar una vida de rey sin tener que gastar de su bolsa? En cualquier provincia, un político de alto nivel podía invitar a 30 personas a comer y al final en un papel cualquiera poner su firma, darle el papel al restaurante y pedirles que fueran a cobrar después a la oficina de gobierno. Como dicen por ahí “en arca abierta hasta el más justo peca”. Esto es lo que el Presidente Xi está queriendo corregir en el país. Ya no hace falta esta derrama, la economía doméstica por si misma puede operar. Esto lleva a un ajuste natural de mercado: el que vivía del presupuesto caerá y el que uso ese empuje para fortalecerse y ahora vive con sus propios medios continuará.

También hay otro cambio, la gente se acostumbró a gastar. A pesar de que China tiene uno de los índices más altos de ahorro, la gente ahora realiza con más frecuencia fuertes gastos, en especial la clase media y alta, lo cual sirve de motor para el mercado interno continúe desarrollándose.

FUTURO

Ahora China, como segunda potencia mundial, tiene más experiencia y más herramientas a su alcance para mantener su hegemonía regional y su posición a nivel global. La fuerza bruta queda relegada a áreas como la militar, mientras que nuevas estrategias se ponen en juego para que las empresas chinas se mantengan competitivas y continúen su expansión local y mundial. Apenas ayer, lunes 11 de mayo, el Banco Central de China anuncio una reducción del 5% en las tasas de interés. Esta no es una estrategia ni nueva ni arriesgada, sin embargo garantiza que las empresas chinas tengan acceso a recursos para sus proyectos.

¿Y las clases media y alta? Muy probablemente seguirán gastando, será labor de los fabricantes chinos el de ofrecer productos que les atraigan más que un iPhone o un Mercedes Benz, lo que es un hecho, es que aunque ya no haya excesos, seguirán gastando. ¿Opinas que esta fue la razón principal de la era de los excesos? ¿Crees que hay más que estas razones para que existiera y para que lo quitaran?

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Crédito foto [huffingtonpost.com ]

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