Peng Liyuan una primera dama de alta exposición que cautiva a millones

In by Andrea Pira

China finalmente tiene una primera dama visible. Después de décadas en donde las esposas de los presidentes y altos mandatarios estaban detrás de los telones, Peng Liyuan, la famosa cantante y esposa del recién nombrado presidente Xi Jinping, se posicionó como la mujer de China. En el reciente viaje presidencial a Rusia y África, ocupó las primeras planas de los medios chinos y destacó por su elegancia, su belleza y capacidad diplomática.

Mucho se había especulado sobre lo que pasaría con la diva que había comenzado a desaparecer en los últimos meses. Muchos apuntaban a que tendría el mismo destino de Liu Yongqing, la esposa del presidente anterior Hu Jintao, que escasamente figuró en sus diez años de gobierno, o la de las otras esposas de Deng Xiaoping o Jiang Zemin, que prácticamente no aparecieron en público.  

Su última aparición fue en una presentación de gala del EPL el año pasado, y desde entonces no se volvió a tener noticias artísticas de ella. No compartió públicamente el logro de Xi, durante el pasado Congreso del Partido Comunista, cuando fue nombrado secretario general del Partido, ni durante la pasada reunión de la Asamblea Nacional Popular, cuando fue nombrado presidente. Parecía estar reducida a escasas apariciones públicas a nivel caritativo.

Pero con este viaje se disiparon todas las dudas. China decidió tener públicamente una primera dama.

La prensa nacional la reportó con detalle y los chinos admiraron su presencia, su sonrisa, su forma de vestir, su elegancia y su capacidad diplomática. A nivel internacional, comenzó a ser llamada la mujer nacional china, comparando con sus ejemplos propios: los diarios franceses la llaman la Carla Bruni china, los norteamericanos, la Michelle Obama china, unos que la comparan con Kate Middleton y hasta algunos bloggers chinos la definieron como la Evita china. Son mujeres que conectan con el pueblo, que se dedican a labores sociales y en algunos casos, resaltan a nivel artístico.

Resaltaron también su cercanía al presidente, quizá el primero que después de Mao Zedong, muestra con orgullo a su esposa. Sólo que esta vez, no es Jiang Qing, la mujer despiadada que sería culpada de muchos de los males de la Revolución Cultural, sino una mujer que además de ser una gran diva con voz de soprano, tiene un corazón bondadoso y se preocupa por la sociedad.

La dama de las peonias

Peng Liyuan ya era famosa cuando conoció a Xi Jinping. No sólo había logrado, desde 1982, ser la estrella central del show de gala del año nuevo chino, el programa de televisión más visto en ese país, sino que ya era el orgullo del Ejército Popular de Liberación (EPL).
Se conocieron en 1986 –un año después se casaron–, cuando Xi comenzaba a labrar su camino político como vicealcalde de Xiamen, la ciudad costera de la provincia de Fujian. En ese entonces, su futuro como presidente se estaba forjando, pero Peng ya había conquistado el corazón de los chinos. Mientras Xi daba un pequeño paso hacia Zhongnanhai –los cuarteles generales del Partido Comunista–, Peng volaba, reafirmándose como el ícono de la música popular china de las décadas del ochenta y noventa.

Con su voz de soprano, Peng se hizo merecedora de premios musicales dentro de China, lanzó tres discos y varias compilaciones, y estuvo dentro del grupo de los primeros artistas en recibir subsidios del Consejo de Estado. En su carrera militar pasó a la historia como la persona más joven en alcanzar el rango de general y es la decana de la Academia de arte EPL.

Ella representa el ideal de la mujer china: agraciada, hermosa, artista, educada, militar, miembro del Partido Comunista y, más importante aún, devota a su patria, algo que refleja en el nacionalismo de sus canciones. Se ganó el apodo de la “hada de las peonias”, siendo esta flor una de los emblemas nacionales chinos.

Sin embargo, su carrera comenzó a apagarse, justo cuando su esposo comenzaba a escalar posiciones dentro del Partido.

El quiebre se dio en el 2007, cuando Xi entró a ser parte del Comité Permanente del Politburó, el núcleo de poder en China, en donde fue nominado Vicepresidente y luego el próximo Presidente de China. Y no fue falta de inspiración o gracia musical lo que la llevó al silencio artístico, pues su último disco Mi hermano soldado, lanzado precisamente en el 2007, fue un éxito; ni un descenso en la popularidad, pues siguió siendo el centro del show de año nuevo hasta el 2009. Peng Liyuan tuvo que decir adiós a su carrera por una simple razón: la tradición política china. A diferencia de los países occidentales, los líderes chinos no se personifican con detalles privados. Y en esa línea, la Primera Dama no tiene un rol determinado.

“La falta de educación y experiencia política no son las principales razones por las que hay tan pocas mujeres en el liderazgo político –porque hay mujeres muy capaces–, sino por la discriminación de género”, dice Tamara Jacka, investigadora de la Universidad Nacional de Australia en temas de género en China.

Además, son pocas las que tienen un cargo importante dentro del Gobierno. De hecho, han sido vinculadas a experiencias nefastas. Además de Jiang Qing, históricamente se puede trazar hasta la Emperatriz Cixi, a quien culpan de la decadencia de China a comienzos del siglo XX. “Esta notoriedad negativa genera un rechazo frente al involucramiento de las mujeres en espacios públicos y políticos”, dice a China Files Johanna Hood, profesora de la Universidad Nacional de Australia y quien ha seguido de cerca la carrera de Peng.

Es la primera vez que el Partido se enfrenta con una mujer que tiene reconocimiento nacional y que es apreciada no solo como artista, sino por su vocación social. Por lo que el Gobierno se ha tomado el tiempo para decidir cómo lidiar con ella. De un lado, podría ser una gran llave para su máquina propagandística, pero por el otro podría desestabilizar la tradición política, donde los líderes chinos se esmeran en tener un bajo perfil.

En todo caso, Peng tiene una estrella propia que la hace brillar más que cualquier líder. “Su voz es preciosa, especialmente cuando canta canciones folclóricas. Su música habla casi siempre de la nación y es alentadora”, dice Qiao Zhiwen, diseñador de 53 años y fan. Sus canciones constantemente hablan de la prosperidad y del éxito de la patria. Con un estilo propio, logró modernizar la música folclórica china, algo que el Gobierno necesitaba “para darle una nueva vigencia y continuar produciendo canciones nacionalistas”, explica Liu Xiaozhen, profesora de la Academia China de Artes.

Gracias a su cercanía con el Gobierno al ser miembro del Partido y del Ejército –y por supuesto, a sus relaciones familiares–, Peng sobresalió también en el ámbito político y social. Además de haber sido parte de la Conferencia Consultiva Política –segunda cámara china– durante tres periodos, pertenece al comité ejecutivo de la Federación Nacional de Mujeres y es la embajadora de la Organización Mundial de la Salud para la Tuberculosis y el Sida, y lucha contra el cigarrillo con la Asociación china para el Control del Tabaco.

“Peng es miembro del partido, delegada de la Conferencia Consultiva Política –órgano asesor de China- y una famosísima cantante. Es educada y su posición social la hace una primera dama totalmente atípica. Aunque su compromiso público en la lucha contra el SIDA podría verse como algo sensible, nunca ha criticado las políticas del gobierno a este respecto. Ella se ha involucrado en estas temáticas como algo que se ve obligado a hacer como madre, personaje público y modelo”, afirma la profesora Hood.  

Peng fue una herramienta de acción masiva para el gobierno. Ya con su canciones, de alto corte nacionalista y que incitan al fuerte amor a la patria, había sido útil para la maquinaria propagandística. Animaba tanto a su ejército como a su sociedad, y les recordaba a todos que debían estar orgullosos de la gran China que se formaba.

Sin embargo, su cercanía con el gobierno ya inicia a generar cuestionamientos. El blogger @HKfighter compartió en Weibo una foto de Peng Liyuan cantando para las tropas, después de la violenta represión en Tiananmen, en 1989, publicada originalmente por la revista hongkonesa Open. Según reporta el portal China Digital Times, la cuenta del blogger ya fue eliminada.

El fantasma de Tiananmen tiene un efecto superior en Occidente que el que tiene en China, y es difícil que el aprecio hacia Peng disminuya, especialmente cuando ha sido una cantante que los ha acompañado por casi 27 años en los shows de gala de año nuevo chino y se ha ganado una especial cercanía con la sociedad.

Una nueva figura pública

Desde que Xi entró al ruedo del poder, las apariciones públicas de Peng se hicieron aleatorias. En el 2009, se presentó por última vez en el show de gala del año nuevo chino. En 2007, declaró que no iba a producir nuevos discos.

Su último concierto fue en enero del 2012, durante una gala del Ejército, delante toda la plana mayor de la política china. Esa vez, su presentación fue impecable como siempre, pero se dio sin sus tradicionales vestidos pomposos. Quien por muchos años se apoderó de la tarima con una vestimenta colorida o con trajes de alguna de las 52 etnias chinas –con lo que reforzaba su espíritu nacional–, pasó a ser una mujer sobria y que empuñaba el vestido militar de forma rigurosa.

“Si el partido de repente decide guardarla en un cajón, diciendo que no a su carrera, podría desencadenar molestias en el público. Sería una prueba para ver cuán modernizados están”, declaró Ross Terrill, autor de las biografías de Mao y su esposa, a Los Angeles Times.

Pero para la profesora Liu, la salida de Peng de los escenarios responde a una decisión artística necesaria a los 50 años y que coincide con su nuevo cargo académico. “Es el momento de abandonar el canto. Creo que Peng va a escoger enseñar y contar su experiencia a sus estudiantes, pues está volviéndose vieja”

La pengmanía

Peng se bajó de las tablas por un tiempo, dándole toda la luz a su esposo, enfocado en primero reafirmarse como secretario general del Partido Comunista y luego, en el nuevo presidente de China. Se rumoraba que Peng se mantendría detrás de los telones, y que quizá se concentraría en obras de caridad sin notoriedad pública, pero con el primer viaje de Xi como presidente de China a Rusia, República del Congo, Tanzania y Sudáfrica se comprobó que al contrario, le darían un gran despligue. Y que además, sería una instrumental, pues sería clave para la implementación del soft power tanto a nivel nacional como internacional.

Peng le quita el perfil acartonado a los políticos chinos. Ella hace de Xi Jinping un hombre capaz de expresar amor por una linda mujer, que sonríe y que la consciente. “La imagen del presidente sosteniendo el bolso de su esposa, no tiene precedentes”, dice Shen Songsong profesora de historia en la Universidad de Beijing. “Es una pareja dinámica, joven y se ven enamorados. Esto nunca había pasado con los dirigentes comunistas y refleja como nos sentimos los jóvenes hoy en día”.

Xi es el prototipo del hombre exitoso chino, que tiene también una capacidad de enamorarse, en un país que hasta hace poco ha comenzado a besarse en público y que estaba acostumbrado a la rigidez física de sus líderes. A su vez, Peng es el ejemplo de la mujer empoderada, que escaló posiciones por si sola y más importante aún, que siempre le ha hablado al pueblo. “Ella es dinámica y hermosa. Por fin tenemos una primera dama presentable. Ella muestra que la mujer china puede tener una gran carrera y seguir siendo mujer”, dice a China Files, Yu Tingting, analista de riesgo en un banco de Pekín.

Su influencia ha sido tal, que creo la "pengmanía", imponiendo su propio estilo y causando un revuelo en la moda china. Imitaciones de sus prendas ya se consiguen en todos los almacenes en línea bajo el tag "estilo peng liyuan". Sólo las búsquedas en Taobao -el portal de compra en línea más importante de China- producen un resultado de 5 millones de resultados que van desde zapatos, abrigos, bufandas y bolsos.

El gran cambio ha sido que, a diferencia de la mayoría de mujeres chinas adineradas, que prefieren llevar vestidos de diseñadores occidentales de lujo, Peng decidió apostarle al diseño chino, dándole un fuerte empuje a estas marcas, como ocurrió con Liwai (excepción) la marca de Guangzhou que le diseñó de forma exclusiva su bolso y algunas de sus prendas. La fama de Liwai alcanzó tal proporción que en los pasados días su almacén en línea se bloqueó debido a la gran cantidad de usuarios que se volcaron a comprar sus productos.

Una vez de regreso a su país, sin todas las cámaras o los ojos de la prensa encima, se abre el espacio de acción real, que demostrará hasta qué punto China está preparada para tener a una mujer en el espacio político. “Las mujeres actuales necesitamos un nuevo lugar en la sociedad, estudiamos trabajamos y no tenemos por qué escondernos. Esperamos que Peng Liyuan represente un cambio para todos”, añade Yu Tingting.

Peng podría llegar a ocupar un cargo que pocas mujeres han tenido en China, y en su caso, uno que tendría un fuerte impacto social y caritativo.

Acá puedes leer los perfiles que China Files escribió para La Nación y El Tiempo

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