Fernando Alonso, de la escudería Ferrari, ganó la tercera válida del campeonato de Formula 1, celebrada ayer domingo en la ciudad de Shanghai. Es la segunda vez que el español consigue subirse a lo más alto del podio en el Gran Premio de esta ciudad, evento que si bien hace parte del calendario regular de la Fórmula 1, todavía no logra meterse en el corazón de los chinos.
El Gran Premio de Shangai fue incluido en el campeonato de Formula 1 en 2004, año en que Ferrari también ganaría la competencia, pero en aquella ocasión a manos del brasilero Rubens Barrichello. En el momento de su construcción, el circuito fue el escenario más caro incluido en el campeonato, con una inversión de más de 240 millones de dólares.
Desde la década de los noventa China viene realizando grandes esfuerzos para contar con su propio escenario con miras a hacer parte de la competición, y en principio se había designado a la ciudad de Zhuhai en la provincia de Guandong como sede del evento. Tras la construcción de dicho escenario, y su aprobación como parte del calendario del campeonato de Fórmula 1 en 1991, la Federación Internacional Automovilística (FIA) decidió no incluirlo pues no cumplía con los requerimientos básicos de seguridad.
Sin embargo, el gobierno chino no declinó en su iniciativa de hacer parte del evento más importante de la velocidad mundial, y para 2002 el Circuito Internacional de Shanghai estaba listo para ser sede. En el mismo año, la administración del circuito firmó un contrato por siete años con la administración de la Fórmula 1, iniciando competencias desde el 2004. El contrato se extendió en febrero de 2011 hasta el 2017.
Generalmente los contratos que se realizan entre circuitos y la administración de la Fórmula 1 tienen una vigencia mínima de diez años, pero en el caso de China estos contratos son inferiores debido a que el público asistente no ha cumplido, hasta el día de hoy, con las expectativas propuestas. Y el dinero recaudado no es suficiente.
“Tenemos fanáticos, pero son jóvenes y no pueden pagar los altos precios de bienes lujosos, y la Fórmula 1 es lujosa (una entrada simple cuesta entre 300 y 500 dólares). China tiene personas adineradas. Les gustan los autos deportivos, pero no entienden realmente qué son los deportes a motor”, comentó Frankie Mao, periodista deportivo establecido en Shanghai, a la compañía china en internet sohu.com.
Ma Qin Hua es uno de los pocos pilotos chinos que ha logrado sobresalir en este deporte, sin embargo no ha logrado establecerse en la máxima categoría del automovilismo mundial. “Una vez que los chinos vean a su misma nacionalidad en la cima del deporte, se concentrarán en ello, conocerán el deporte y su historia”, comentó Ma en rueda de prensa anterior a la carrera. Actualmente Ma es piloto de pruebas de la recientemente creada escudería Caterham, posición que lo deja muy cerca de conseguir una oportunidad en el campeonato de la Fórmula 1.
Para la edición de este año se vendieron aproximadamente el 90% de las entradas para todo el fin de semana, que incluía prácticas libres el viernes, sesión de clasificación el sábado y competencia el domingo. Si bien esto genera un incremento en las ventas con relación a las versiones anteriores, los organizadores del evento confían en que eventualmente las ventas serán totales, como ocurre en la mayoría de circuitos a nivel mundial.
Tras su victoria, Alonso se sitúa en la tercera casilla de la clasificación general con 43 puntos, superado por el triple campeón mundial Sebastian Vettel con 52 y el finlandés Kimi Raikkonen con 49.
Vettel y Raikkonen ocuparon los puestos cuarto y segundo respectivamente, mientras que el tercero en completar el podio fue el inglés Lewis Hamilton, quien es cuarto en la clasificación general.
El único piloto latinoamericano que terminó dentro de los diez primeros fue el brasilero Felipe Massa, quien alcanzó la sexta posición a bordo del Ferrari. El mexicano Sergio Pérez terminó en la decimoprimera ubicación y el venezolano Pastor Maldonado en la decimocuarta. Esteban Gutierrez, piloto mexicano, no acabó la carrera, tras rozar su vehículo con el de el alemán Adrian Sutil.