Acaba de ocurrir el concierto más extraño del año. Laibach, una banda eslovena que hace música industrial, fue invitada a tocar en Corea del Norte, el país más hermético del mundo. Es la primera agrupación extranjera que se presenta en el país comunista.
Se les acusa de tener tintes fascistas, pero aún así, acaban de hacer historia: fueron la primera banda occidental en tocar en Corea del Norte. Sobre la polémica que generan sus posiciones políticas, sus videos y su parafernalia, comentan: “Somos tan fascistas como Hitler era pintor”.
Por un lado, Laibach puede ser la banda más Sui Generis para tocar en Norcorea. Por el otro, su relación con el autoritarismo encaja perfectamente con la política del país gobernado por Kim Jong-un. La razón por la que su líder decidió invitar a la banda no se ha establecido aún, pero el concierto se enmarca en la celebración de los 70 años desde que la península coreana fue liberada del imperio japonés.
Crédito foto: Jure Tepina
Contrario a lo que cualquiera podría pensar, en un país comunista, en donde el cannabis es legal y la cerveza es considerada una bebida suave, el concierto no fue un bacanal lleno de drogas ni alcohol. El público norcoreano recibió a la banda muy respetuosamente. Las corbatas estuvieron a la orden del día, los asistentes permanecieron sentados durante todo el espectáculo y aplaudieron cuando se les ordenó. Incluso, el embajador de Siria estuvo presente durante el espectáculo.
Este mítico evento contó con la participación de 1.500 asistentes y fue realizado en el Ponghwa Art Theatre en Pyongyang, la capital del país. La idea original de realizar un evento musical fue de Morten Traavik, un noruego quien previamente ha organizado intercambios culturales con Corea del Norte. Laibach le había pedido a Traavik dirigir un video para su canción " The Whistleblowers", que apareció en su álbum de 2014, Spectre. Una vez terminado, Traavik se lo mostró a las autoridades de Corea del Norte que, eventualmente, enviaron una invitación formal a la banda para llevar a cabo un concierto en el país.
Crédito foto: Jure Tepina
“Unos días después de haber llegado, estábamos pensando en quedarnos a vivir allí, para alcanzar la sabiduría interior en nosotros mismos” dijo Ivo Saliger, un integrante de la banda, en entrevista con la revista Rolling Stone.
Si bien no pudieron conocer al mariscal Kim Jong-un, tuvieron contacto con el vice ministro de cultura del país. Sus intercambios fueron muy cordiales puesto que el funcionario no hablaba inglés.
El grupo siempre estuvo muy bien acompañado por cinco norcoreanos que sirvieron como guías, traductores y ayudantes. Sin embargo, el séquito local también se encargó de que la agrupación no cometiera ninguna imprudencia que pudiera enfurecer a los gobernantes del país.
Crédito foto: Jure Tepina
Sin duda alguna, Laibach será recordada en Corea del Norte por mucho tiempo. En este país no se escucha música diferente a sus canciones folclóricas, cuyas letras deben ser aprobadas por su líder. “Los coreanos nunca habían escuchado estas canciones, pero reaccionaron muy cortésmente, aplaudiendo al final de cada tema”, comentó Salinger en la entrevista con Rolling Stone.
La interpretación de “Across the Universe” mezclada con imágenes visuales de los bombardeos estadounidenses proyectadas en la parte posterior del escenario dejaron una huella en los ciudadanos norcoreanos. Después del show, un asistente norcoreano le comentó a la banda: "Yo no sabía que este tipo de música existía en el mundo y ahora lo sé".
[Crédito foto: Laibach- Joerund F. Pedersen] También puedes leer:
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