La diplomacia de la infraestructura china

In by Simone

Bahamas tiene ahora un estadio nacional propio. El flamante complejo deportivo de 15.000 asientos fue descrito como una celebración de “la identidad y la nacionalidad de Bahamas” por el primer ministro Hubert Ingraham durante su inauguración el mes pasado. ¿Lo curioso? El Estadio Thomas Robinson es de origen 100% chino: un regalo de Beijing, construido en su totalidad por constructores chinos con material traído de China. 
Este modelo del “edificio de regalo” no es nuevo. De hecho, se trata de una de las estrategias favoritas de Pekín para ganarse el favor de sus socios. Hace apenas dos meses la Unión Africana estrenó su ultramoderna sede en Addis Abeba, un edificio de veinte pisos completo con sala de conferencias para 2500 personas y helipuerto. El complejo, construido sobre un terreno cedido por el gobierno etíope, fue un regalo de 200 millones de dólares del gobierno chino.

¿Pero por qué Pekín construiría una sede para la Unión Africana? Para comenzar, el comercio bilateral entre China y África alcanzó los US $120.000 millones el año pasado, un volumen seis veces mayor que hace un decenio. Sólo el comercio con Angola, ya es el segundo mayor proveedor de petróleo de Pekín, suma US $24.000 millones. Y los ejemplos se multiplican: la Cancillería de Mozambique, el Parlamento de Camboya y -en América Latina- el Estadio Nacional de San José de Costa Rica, con capacidad para 35.000 personas. Un recorrido por la diplomacia de la infraestructura.

Un Estadio Nacional para Costa Rica

San José tiene, desde hace un año, el estadio de fútbol más moderno de Centroamérica. Y todo gracias a un regalo de casi 100 millones de dólares por parte del gobierno chino, para celebrar la amistad de dos países que apenas llevan cinco años de relaciones diplomáticas pero que ya tienen un tratado de libre comercio.

El Estadio Nacional, que fue inaugurado en marzo pasado con un partido amistoso entre Costa Rica y la Argentina de Lionel Messi -que a último minuto no pudo jugar por razones de salud- cuenta con una capacidad para 35 mil aficionados. Fue construido por la empresa china Anhui Foreign Economic Construction (AFECC) -y por 1800 obreros traídos de China- en pleno parque La Sabana, el “pulmón verde” de San José, en el lugar donde se erigía el anterior estadio nacional. Y ya albergará pronto sus primeros certámenes deportivos de alto nivel: los Juegos Centroamericanos de 2013 y el Mundial de Fútbol Femenino sub-17 en 2014.

“Este coloso del deporte nacional que hoy inauguramos es un digno ejemplo de los frutos que dejará el camino que nos abrió el encuentro del pueblo costarricense con el pueblo chino”, señaló durante la inauguración la presidenta Laura Chinchilla, flanqueada por su antecesor y Premio Nobel de Paz, Oscar Arias.

Una sede para la Unión Africana

La Unión Africana estrenó en febrero su flamante sede en Addis Abeba, un edificio de veinte pisos -y 200 millones de dólares- construido en un terreno cedido por el gobierno etíope, incluyendo hasta una sala de conferencias para 2500 personas y un helipuerto. Como suele suceder con la mayoría de ‘regalos construidos’ chinos, los materiales fueron importados directamente desde China y la contratista es una gran constructora china. En este caso, se trató de China State Construction Engineering (CSCEC), una de las mayores empresas estatales chinas.


¿Pero por qué Pekín construiría una sede para la Unión Africana? Para comenzar, el comercio bilateral entre China y África alcanzó los US $120.000 millones el año pasado, un volumen seis veces mayor que hace un decenio. Y, desde hace dos años, Beijing se convirtió en el primer socio comercial del continente, superando a Estados Unidos. 


En la inauguración, el presidente etíope Meles Zenawi afirmó que “el increíble re-surgimiento de China y su compromiso con una relación de gana-gana con África son una de las mayores razones del comienzo del renacimiento africano”. Un entusiasmo similar demostró Jia Qinglin, número cuatro en la cúpula del gobierno chino, al afirmar que “la gente de China y de África son buenos amigos, buenos socios y buenos hermanos. Nuestra amistad es tan sólida como las alturas del Monte Kilimanjaro y tan vibrante como los ríos Yangtse y Amarillo”.

Un estadio a cambio de Taiwán

La pequeña isla caribeña de Dominica fue uno de los últimos países en cambiar sus relaciones diplomáticas de Taiwán a la República Popular China en 2004. Como gesto de reconocimiento, Beijing le prometió “cuatro proyectos pilares”. Entre ellos, el flamante Windsor Park, un estadio nacional de cricket de 17 millones de dólares con categoría para juegos internacionales y con capacidad para 12 mil espectadores, que también hace las veces de sede para el Festival Mundial de Música Créole.

El día en que se tocó el himno equivocado

Un regalo similar recibiría la vecina isla de Granada, cuyo estadio nacional de cricket fue destruido por el Huracán Iván en 2004. China pagó la reconstrucción del Queen’s Park en St George’s, que sería una de las sedes del Campeonato Mundial de Cricket de 2007, por 40 millones de dólares.

La ironía vino el día de la inauguración cuando la banda oficial de la Policía Nacional tocó el himno de Taiwán, en vez del de la República Popular China. “Estoy muy triste. Este error desafortunado me rompe el corazón”, declaró el primer ministro Keith Mitchell a los diplomáticos y trabajadores chinos presentes en el juego amistoso contra Trinidad y Tobago. 


Lee más sobre la proyectos de infraestructura entre China y América Latina:


América Latina encuentra en China a su banco de cabecera

Más que amenaza u oportunidad, China es una realidad en América Latina

Argentina y China: cooperación en infraestructura