En las elecciones parlamentarias del domingo pasado en Japón, el Partido Democrático Liberal (PDL) liderado por el ex primer ministro Shinzo Abe obtuvo una victoria arrasadora, al conseguir 293 diputados de un total de 480 en la cámara baja de la dieta. Durante su segundo mandato, Shinzo Abe pretende modificar la Constitución y crear un ejército.
Una posición que afirma la soberanía japonesa sobre las islas Senkaku/Diaoyu en disputa con China y su promesa de reformar el artículo 9 de la Constitución de 1947 para abrir la puerta a la creación de un ejército nacional –prohibido desde la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial– le hicieron ganar el apoyo popular para volver al gobierno después de cinco años de militar en la oposición.
Mientras tanto, Beijing espera y observa.
“[Gobernaré] con la firme determinación de que no haya ningún cambio en el respecto de que las islas Senkaku son parte de nuestro territorio”, declaró Shinzo Abe el primer día después de ser reelegido.
El futuro primer ministro desata la ira de China al negar que haya ocurrido la masacre de Nanjing en 1937, cuando según las fuentes chinas, entre 150.000 y 300.000 personas murieron a manos del ejército japonés tras la ocupación de la ciudad.
Abe niega que haya ocurrido un abuso sexual sistemático contra mujeres chinas por parte de las milicias japonesas durante la ocupación de Corea y China, un hecho que Beijing ha denunciado enfáticamente durante más de medio siglo, según el Global Post.
Sin embargo, la posición “negacionista” no es compartida por gran parte de la población japonesa: “Hemos sido educados desde niños, tal cual si fuese una religión que la guerra fue un error, que no debemos participar nunca más en ningún conflicto porque lo que hicimos estuvo mal”, comentó Aya Oshima, residente de Tokio, a China Files.
La Masacre de Nanjing como la violación sistemática de mujeres están ampliamente documentadas por periodistas extranjeros presentes en el lugar cuando ocurrieron los hechos así como por el Tribunal Internacional Militar para el Lejano Oriente, también conocido como el Tribunal de Tokyo para criminales de guerra.
Recelo y cautela
Los comunicados oficiales en Beijing han sido mesurados, aguardando las acciones que tomará Abe una vez que asuma el cargo. “Creemos que la cuestión más urgente es que Japón muestre sinceridad, dé pasos concretos para enfrentar la situación actual y se esfuerce en mejorar la relación entre los dos países”, dijo Hua Chunying, vocero del ministerio de relaciones exteriores chino.
De la misma forma agregó: “Hay una tendencia de cambiar el sistema de post-guerra, que ha generado preocupación en los países asiáticos y la comunidad internacional”, en referencia a los intentos de modificar la constitución que veta el ejército en el país vecino.
Por otro lado, la prensa china adoptó un tono más crítico al día siguiente de la elección, señalando los desafíos a los que se enfrenta Abe: “La economía japonesa está sufriendo debido a que las relaciones con China, su mayor socio comercial, se están enfriando tras la ‘compra’ de las islas Diaoyu, una parte integral del territorio chino”, acotaba la agencia de noticias Xinhua.
“Hay dos limitaciones con las que tiene que lidiar Abe. Una son las tendencias de derecha en la sociedad japonesa. El nacionalismo se ha convertido en un slogan de los políticos. La otra es el creciente poder de China. La economía japonesa es dependiente de la economía china”, escribió el Global Times.
El slogan nacionalista no debe entenderse como ‘oportunismo político’ de algunos dirigentes. Una parte de ese discurso también obedece al verdadero deseo del ciudadano común. Muchos japoneses coinciden en que no son mayoría.
“Los japoneses necesitamos una mano dura contra la actual expansión china en Asia. La situación no es la misma que hace más de 60 años, hoy China tiene un ejército muy poderoso, Corea del Norte prepara misiles de largo alcance y nosotros no tenemos manera de protegernos”, comentó Takeuchi Hashimoto a China Files, desde su residencia en Tokio.
Mucho más enérgica y controvertida es la posición del ex gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, quien dimitió a su puesto para participar en las elecciones legislativas.
Ishihara ha prometido devolver a Japón “su pisoteado orgullo” y ya no sólo pretende reconstruir las fuerzas armadas sino proveerlas de arsenal nuclear, arguyendo que sus vecinos Rusia, China, Corea del Norte y Estados Unidos por el Pacífico lo poseen.
Panorama japonés
Shinzo Abe estará al frente de una nación que se encuentra en el centro de la tormenta política.
Durante su primer período como primer ministro en 2006-2007, intentó mejorar las relaciones con China, al no visitar el templo de Yasukuni, donde se honra a más de 2 millones de soldados japoneses muertos durante la Segunda Guerra Mundial (algunos de ellos condenados como criminales de guerra); y realizando su primer viaje como premier al gigante asiático.
No obstante, en esta ocasión, percibiendo los vientos de cambio en la política doméstica y mundial durante la reciente campaña electoral, Shinzo Abe se arrepintió de no haber visitado Yasukuni durante su anterior gobierno y, su primer viaje oficial será, esta vez, hacia los Estados Unidos.
[ Foto: 027Art ]