Huawei de nuevo en la mira por sus acciones internacionales

In by Andrea Pira

Huawei continúa enfrentándose a nuevas polémicas. La semana pasada, un documental del canal británico Channel Four mostró el nivel de lobby que la empresa china pone en práctica cuando busca negociar con el gobierno británico.

Huawei, que recientemente debió reafirmar no tener ninguna relación con el gobierno chino y no representar ninguna amenaza para la seguridad estadounidense, se encuentra ahora bajo investigación en Gran Bretaña por haber “influenciado” a partidos políticos y grupos parlamentarios con donaciones que en dos años llegaron a la considerable cifra de 112.000 euros.

Esta suma incluiría casi 15.000 euros por un viaje del diputado Mark Hendrick y su mujer a China en 2011, con una visita a Huawei incluida, según informó el diario inglés The Telegraph. La pareja también habría sido invitada por la empresa china a la final de la Supercopa en el estadio olímpico de Pekín, donde una entrada supera los 700 euros.

No sólo 62.000 euros habrían sido “donados” al grupo parlamentario que representa los intereses de todos los partidos para los asuntos de Asia oriental, sino que además la empresa habría financiado los viajes a China de importantes diputados liberales y conservadores.

Incluso líderes de la compañía tuvieron encuentros con el primer ministro David Cameron y funcionarios de alto nivel del Departamento de Economía Empresarial, mientras que otros documentos testimonian como Huawei aportó 10.000 euros para eventos de la campaña electoral, tanto de los conservadores como de los liberales-demócratas, los dos partidos de la actual coalición gobernante.

Al mismo tiempo nombraba a John Suffolk, antiguo jefe de los servicios de informaciones británicos, como funcionario en su oficina de seguridad informática mundial y hacía entrar en su consejo consultivo a Clement-Jones, ex administrador delegado del Partido Liberal-demócrata; a Sir Andrew Cahn, ex dirigente del organismo británico para promover las inversiones en el país; y a la baronesa Wheatcroft, una importante dirigente del Partido Conservador. En los hechos, se acusa a la empresa de abrirle las puertas al mundo político británico para recibir un tratamiento favorable.

A todo esto se agrega la información aportada por la agencia de noticias Reuters, según la cual la empresa china ayudó a Irán a espiar a sus propios ciudadanos, como fue denunciado hace años por la organización Iran Human Rights Documentation Center. El gobierno iraní intercepta llamadas telefónicas y conexiones de Internet para detectar a quienes denomina “peligrosos disidentes”.

Los documentos en poder de Reuters demostrarían que en 2010 Huawei aceptó vender a la empresa iraní MobinNet, el mayor proveedor de banda ancha del país, un sistema informático desarrollado en China llamada “Lawful Interception Solution”. Este sistema es capaz de “realizar búsquedas y monitorear el tráfico entre los usuarios en tiempo real a pedido de los servicios secretos”. La telefónica ha rechazado todas estas acusaciones y a través de su portavoz ha comunicado a Reuters que no le corresponde a Huawei “confirmar o negar la utilización de cualquier tipo de sistema por otra compañía”.

¿Quién tiene miedo de Huawei?

La revista inglesa The Economist  mostraba esta pregunta en su tapa de agosto pasado. Explicaba que la empresa había visto crecer sus números en los últimos años, alcanzando una facturación de 32.000 millones de dólares, 140.000 empleados y cientos de oficinas en todo el mundo, a lo que ahora se agrega su capacidad de competir no solo en el mercado mundial de la infraestructura tecnológica de las telecomunicaciones, sino también en el mercado de los celulares y de cloud-computing. Estas nuevas incursiones en otros mercados se deben a la calidad de sus productos y no solo a la competitividad de sus precios, una característica de sus productos en el pasado.

En el mismo artículo, The Economist denunciaba el lado oscuro que marcó a esta empresa desde su nacimiento y que contribuye a la desconfianza con que es vista en muchos mercados mundiales, sobre todo el de los Estados Unidos.

Huawei nació siendo una cooperativa fundada por Ren Zhengfei, ex ingeniero militar y miembro del Partido Comunista desde 1978. Aunque al día de hoy Ren solo tiene el 1,42% de las acciones, su presencia refuerza las sospechas de una estrecha relación entre ejército, partido y sector privado; sospechas que no disminuyen a pesar de las garantías que representa el hecho de tener un sector ejecutivo y de management cada vez más internacionalizado.

La investigación británica llega en un momento particularmente sensible para la multinacional china. En este país europeo se está llevando a cabo una investigación parlamentaria sobre la presencia de Huawei en el territorio nacional, para considerar si la influencia de la empresa multinacional pone en riesgo la infraestructura de telecomunicaciones del país.

“Estamos felices de confirmar una información que es de dominio público. Somos una empresa privada y uno de los mayores inversores en el Reino Unido. Actualmente empleamos a 800 personas, pero nuestra fuerza de trabajo aumentará hasta los 1500 empleados en 2015”, declaró  el portavoz de Huawei después de la investigación periodística de Channel Four.

Estas indagaciones se producen luego de un estudio del congreso de los Estados Unidos, que sacó a la luz como Huawei y ZTE, otro gigante de la telefonía del país asiático, están sospechadas de tener relaciones con el gobierno y el ejército chino. En consecuencia, “amenazan la seguridad de los Estados Unidos, por lo cual no se les debe permitir la entrada al mercado estadounidense”, según el estudio.

Por los mismos motivos, Australia ha mantenido a Huawei fuera del proyecto nacional de banda ancha.

[Escrito para la revista Lettera43, foto: http://www.wpcentral.com]