El día 1 de mayo en Taiwán lo más interesante no estuvo en las manifestaciones del lumpen-proletariado sino en el reportaje de Next Magazine que describía cómo el Partido Democrático Progresista PDP ha venido reclutando miembros de las tríadas del norte de Taiwán para engrosar sus filas.
Los chicos de los tatuajes habrían sido reclutados en el barrio de Mongka, en el viejo Taipei, de entre varios de los sin-techo que pululan por la zona. Miembros de las tríadas Cuatro Mares y Tien Dao Meng estaría entre los reclutados, a los cuales se les paga 3000 NT (100 dólares USA) una vez que la solicitud ha sido aceptada.
El reportaje apuntaba al legislador de PDP, Ker Chieng-ming, el cual habría realizado un viaje a Macao a principios de abril para entrevistarse con el líder espiritual de Tien Dao Meng y antiguo legislador, Lo Fu-chu, para pedirle ayuda con la reelección de Su Tseng-chang como presidente del partido.
Por otra parte, Next Magazine apunta al número dos del ex-premier Frank Hsieh, de nombre Lin Yaw-wen, el cual habría visitado al líder de la tríada Cuatro Mares, Yang Teh-chun, con la intención de recoger apoyos para su líder de cara a la próxima disputa por la presidencia del PDP.
Como es de suponer, los acusados por la revista perteneciente al grupo Next Media, que ha estado en el candelero por su posición anti-Pekín y su posible venta a la competencia, han presentado las correspondientes querellas en los juzgados y han negado los hechos tajantemente. No obstante, algunos de los mafiosos implicados han hecho declaraciones a la prensa dando a entender que estaban apoyando al PDP pero sin más explicaciones de las necesarias. Por su parte, un miembro de la Unión Bambú, la más grande de las tres tríadas más importantes de Taiwán, dijo ser imposible que sus dos rivales consiguiesen 10.000 seguidores para unirse al PDP y se desmarcó de estas acciones al no ser de interés para los miembros de su tríada. Sin embargo, es sabido en Taiwán que esta organización debe lealtad al Kuomintang como informaba el diario en mandarín China Times.
La reacción del PDP y su presidente Su Tseng-chang ha sido la de apoyar a los acusados pero al mismo tiempo abrir una investigación, y por supuesto sacar mucho pecho. “No tenemos nada que ver con la mafia”, vino a decir el líder independentista. Y aún así, la ciudadanía taiwanesa no ha hecho demasiado caso a todo este asunto excepto para los consabidos chistes políticos. Un bloguero habitual de los foros políticos se reía de los mafiosos pues habían elegido mal. En su opinión debieran haberse unido al Kuomintang porque sus miembros o no van a la cárcel o reciben penas risibles por sus delitos, en referencia a la sentencia que un juez de Kaohsiung ha dictado contra el ex-secretario general del Yuan Ejecutivo Lin Yi-shih, que fue condenado a 7 años de cárcel por haber aceptado un soborno multimillonario y por acoso, aunque el juez dijo que aceptar dinero no es lo mismo que ser sobornado. Vaya por dios, el juez que quiso distinguir entre oculista y oftalmólogo.
Mucha gente en Taiwán cree que alrededor del 15% de los cargos políticos de la isla son detentados por miembros de las tríadas o en conexión con ellas, aunque nunca se ofrecen cifras concretas. Las conexiones de los dos grandes partidos con la mafia son vox populi pero lo gracioso es que ante estos escándalos que surgen cada cierto tiempo, los políticos actúan como aquella señora de la época victoriana cuando el darwinismo comenzaba a ganar terreno:
“¡Qué horror! ¿Será verdad que descendemos del mono? Bueno, pero que por lo menos no se entere la servidumbre."
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