La semana pasada comenzó el verano en Taiwán, con máximas que ya llegaban a los 30ºC en toda la isla. Eso unido a una fiebre leve que me provocó un fin de semana repleto de eventos culinarios me hizo cometer algunos errores en el artículo de la semana. Es por ello que escribo mi columna de este lunes con unas orejas de burro. El error cometido se refiere a la asistencia del ex-presidente Chen Shui-bian a la toma de posesión de Benedicto XVI en 2005. Rectifico aquí: nunca acudió.
De este fallo clamoroso viene a salvarme el comienzo de la Liga Profesional de Béisbol en Taiwán (CBPL, siglas en inglés), que por otra parte da un respiro a los políticos, los cuales verán su cuota de portadas de periódicos y cabeceras de informativos algo reducidas. Nada como un buen espectáculo para mantener contento al vulgo, incluso al vulgo que habla latín.
El béisbol es más que un deporte en Taiwán, es casi una cuestión de orgullo nacional, donde el honor está en juego en cada partido. Si hay algo capaz de sacar a los taiwaneses de su rutina negociante, degustativa y protestona es el béisbol. Lo pudimos comprobar en el pasado Clásico Mundial en el que miles de taiwaneses, como nunca antes, permanecieron pegados al televisor para ver cómo bateaban sus chicos. Durante varios días todo el mundo hablaba de la selección nacional y pocos eran los que se atrevían a hablar de la reforma de las pensionas o la energía nuclear. Una pena que el equipo cayese en cuartos de final y la euforia no durase una semana más.
Los mandamases de la liga comprobaron con alborozo cómo la afición volvía por sus fueros y comenzaron a albergar esperanzas de recuperar el prestigio de la CBPL. Y es que desde su fundación en 1988, la liga ha pasado por diferentes altibajos provocados sobre todo por los escándalos de compra de partidos que redujo drásticamente el número de espectadores hasta en dos ocasiones. En el año 1995, con siete equipos y más de 3000 espectadores de media por partido, la liga produjo su primer escándalo de amaño de partidos y compra de jugadores. Se llegó a descubrir que el equipo de China Times se vendía sistemáticamente a los corredores de apuestas que actuaban por cuenta de conocidos gángsters.
El torneo sufrió un mazazo del que no se recuperaría hasta la fecha. Tres equipos desaparecieron en los años posteriores debido a la reducción de aficionados y la imposibilidad de mantener económicamente los clubs. La liga fue sobreviviendo a duras penas con cifras que oscilaban entre los 1000 y los 1500 asistentes por partido, dependiendo de si algún otro escándalo volvía a hacer mella en su credibilidad.
En noviembre del año pasado saltaron todas las alarmas cuando Sinon Group anunciaba que ponía en venta su equipo de los Bulls debido a pérdidas financieras que impedían seguir manteniendo el equipo. Durante unas semanas no aparecieron compradores y se temió lo peor, pues con sólo tres equipos la liga profesional hubiera estado condenada a desaparecer. Como quiera que el deporte profesional es un asunto político de primer orden, el gobierno, por medio del Consejo Superior de Deportes del Yuan Ejecutivo se puso manos a la obra junto al presidente de la CBPL, Huang Cheng-tai, para buscar un comprador que finalmente apareció en la primera semana de diciembre. El E-United Group se hacía con los Bulls y salvaba la liga. Tai Chia-ling, directora general del Consejo Superior de Deportes, decía que los taiwaneses podrían dormir tranquilos pues el béisbol se había salvado. El presidente de E-United Group aseguró en rueda de prensa que haría todo lo posible para evitar amaños de partidos y dijo que a la mínima sospecha desmantelaría el equipo. No obstante, como no es hombre que se fíe fácilmente de cualquiera, ha contratado a agentes de seguridad que acompañan a los jugadores durante los partidos y los entrenamientos, a la vez que advierte a los jugadores de que no se dejen influenciar por ciertas compañías.
Con la liga salvada y la afición pareciendo recuperarse, el pasado sábado 23 daba comienzo la temporada con el primer partido entre los Lamigo Monkeys, defensores del título, y los Uni-president Lions en el Estadio Internacional de Taoyuan con gran asistencia de público. Taiwán necesita al menos mantener una liga profesional en algún deporte que consiga mantenerla en el mapa internacional, atraiga recursos y genere dividendos. El gobierno ha decidido apoyar el resurgimiento de la liga y esperemos que consiga acabar con sus lacras. Que comience el juego.
Iker Izquierdo es un periodista español basado en Taipei. Acá puedes leer la presentación a su blog "En los límites del imperio".
[Foto: Estadio Internacional de Béisbol de Taichung de Iker Izquierdo]