– China prometió miles de millones en ayudas a los países del Mekong
– Regresan los cerebros a China
– La revisión de los libros de historia japoneses también irritó a locales
China promete miles de millones en ayudas a los países del Mekong (y se basa en su imagen)
Pekín pagará 10 mil millones de yuanes en préstamos y se abrirá una línea de créditos de 10 mil millones de dólares para contribuir con el desarrollo de la infraestructura y los proyectos industriales en la región del Mekong. La noticia se produce como resultado de un acuerdo firmado entre el primer ministro chino, Li Keqiang, y los líderes de Myanmar, Tailandia, Vietnam, Laos y Camboya, durante la primera cumbre de cooperación Lancang-Mekong, celebrada en Sanya, isla de Hainan. Pero eso no es todo. China prometió otros 500 millones de dólares para proyectos de reducción de la pobreza y otros proyectos de cooperación que se financiarán durante los próximos cinco años.
Detrás del gasto no sólo hay razones económicas – los recursos hídricos del Mekong son vitales para la región – sino también políticas: con la ayuda, Beijing busca construir una imagen positiva en países como Vietnam, con quien tiene disputas relacionadas con el mar de la China Meridional, y teme la creciente asertividad de la República Popular China.
Regresan los cerebros a China
El año pasado, más de 400.000 estudiantes de posgrado en el extranjero regresaron a China, según el gobierno nacional, que tiene como objetivo hacer que la mayor parte de su trabajo ocurra en casa. De los casi dos millones de cerebros “fugados”, muchos ya están siendo utilizados en más de 300 parques industriales del antiguo Imperio Celestial, hogar de 24.000 empresas. Durante más de diez años, el gobierno chino ha puesto en funcionamiento una reunión multiministerial con la tarea de estudiar las políticas adecuadas para ofrecer buenas condiciones de trabajo a quienes decidan volver a casa después de cursar estudios en el extranjero.
En 2008 se puso en marcha el programa de "mil talentos” para atraer a las mejores mentes del extranjero. Pero las dificultades permanecen, especialmente para aquellas personas que regresan a China con la idea de montar un negocio. Dos barreras son la relación con las autoridades locales y la burocracia.
La revisión de los libros de historia japoneses también irritó a locales
Las acusaciones contra Tokio, como ocurrió en los últimos días con las autoridades chinas y coreanas, están relacionadas con revisionismo histórico. Pero esta vez no vienen del exterior, sino desde el propio Japón, para ser precisos, de unos pocos kilómetros al norte de la capital. Los Ainu –una de las poblaciones indígenas de Japón, establecida en la isla septentrional de Hokkaido- presentaron, a través de su asociación, una protesta oficial contra la revisión de algunos libros de historia que brindan una versión "suave" alrededor de la historia de la confiscación de las tierras de sus antepasados por las autoridades centrales en Tokio.
Para los libros de texto, el gobierno central habría "concedido" terrenos agrícolas a los Ainu. Sin embargo, los representantes de la minoría étnica japonesa tienen una versión diferente de los hechos, y protestan que las autoridades no sólo se apoderaron de sus tierras sin consultar con la opinión local, sino que prohibieron cualquier expresión cultural, poniendo fin a una sociedad basada en las tradicionales prácticas de la caza y la pesca.