Pekín va a invertir 15.000 millones de dólares para desarrollar de aquí a 2020 las industrias verdes, poniendo especial atención en los emprendimientos de bajo impacto ambiental y en la creación de 18 millones de puestos de trabajo.
“Una inversión sin precedentes, un boom de imaginación, un primer paso”, es así como es denominado el proceso de desarrollo de los vehículos eléctricos en China. Y a pesar de que los resultados son inciertos todavía y es la primera vez que hace una inversión en proyectos de innovación tecnológica, hasta el multimillonario norteamericano Warren Buffet ha invertido en ellos. El futuro de este mercado, según Buffet, está en dos países: China e India. Y China tiene un valor adicional: los proyectos se ubican dentro de un plan quinquenal centrado en la economía “verde”.
“China dará prioridad absoluta a las industrias verdes para atraer inversiones extranjeras”, declaró el presidente saliente Hu Jintao en noviembre de 2011, en Honolulu, Hawai, dirigiéndose a los empresarios presentes en la cumbre del Foro por la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés). Hu afirmó que la producción total anual de la industria ambiental china alcanzará los 315.000 millones de dólares en 2015 y está previsto que las inversiones en el sector para el período 2011-2015 sobrepasen los 472.500 millones de dólares.
“La fuerte demanda de productos verdes y el favorable ambiente para las inversiones de China proveerán un vasto mercado y grandes oportunidades de inversión para las empresas de todos los países, en particular los de nuestra región”, agregó el presidente. Se trata de inversiones que cambiarán el rostro de la nación: un miembro del sector señaló que el duodécimo plan quinquenal prevé un crecimiento de esta industria de entre el 15% y 20% anual, con la posibilidad de crear 10 millones de nuevos puestos de trabajo.
El camino trazado por la actual dirigencia china será rigurosamente respetado por los próximos en mando. Entre los futuros líderes más activos en los temas ambientales se encuentra Li Keqiang, el próximo primer ministro chino. Li ha declarado que la renovación del modelo económico china estará caracterizado por la expansión de la demanda interna y la innovación con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las personas, sirviéndose de un continuo flujo de proyectos con baja emisión de dióxido de carbono.
En 2011, el Banco Mundial completó un estudio ad hoc sobre la situación de los vehículos eléctricos, en el cual se refleja una vez más, la primacía china. Las inversiones previstas por Beijing en el sector son inigualables: 15.000 millones de dólares para desarrollar de aquí a 2020 una industria que quiere convertirse en masiva.
Autos, colectivos y taxis eléctricos
Todos estos medios de transporte, en especial los taxis, han comenzado hace años proyectos experimentales en las calles de Beijing, Hangzhou y están a punto de llegar a Shenzhen. El público y los medios de comunicación están emocionados ante estos proyectos. Una de las líderes en este campo, la empresa china BYD obtuvo financiamiento de Warren Buffet. Ubicada en Shenzhen, BYD es el principal productor de baterías, buses colectivos y taxis eléctricos.
En febrero, la municipalidad de Shenzhen adquirió 1500 colectivos y taxis eléctricos para su “flota de transporte público”, que actualmente es las más grande del mundo. Esta ciudad también es la primera de China en comenzar a subvencionar los vehículos eléctricos así como en lanzar la venta de autos eléctricos para particulares.
En la China moderna donde las motocicletas eléctricas predominan sobre las bicicletas, el camino está señalado.
Las nuevas tecnologías deben ser promovidas para construir “industrias ambientales”, evitando “poner nuevas barreras al comercio verde”, declaró Hu Jintao en noviembre pasado cuando lanzó el duodécimo plan quinquenal chino bajo la consigna del desarrollo verde. En este, hay un marcado énfasis en la protección del medioambiente y un giro en el sector industrial para desarrollar un mercado capaz de ofrecer innovación y nuevos puestos de trabajo.
“China tomará medidas en los próximos cinco años para disminuir el consumo de energía al 16% del producto interno bruto y aumentaremos el valor agregado del sector terciario en un 4%, para promover vigorosamente la transformación económica”, dijo el próximo premier Li Keqiang en una de sus intervenciones públicas.
Para alcanzar este objetivo, el país intensificará los esfuerzos de optimización industrial capaces de frenar la contaminación, promoviendo las industrias con bajas emisiones de dióxido de carbono, afirmó Li. Este también confirmó el apoyo del gobierno en el futuro para “una política diferenciada y gradual de consumo energético capaz de impulsar el crecimiento verde”.
[ Escrito para la revista Wired; foto: thegreenmarketoracle.com ]
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