Caminando sobre la muralla: Devaluación del yuan, ¿un fantasma del pasado?

In by Andrea Pira

En su primera columna como colaborador, *César Ocampo analiza uno de los temas más mencionados del año: la devaluación del yuan. Propone que esta estrategia es bastante conocida por el gobierno chino y no es la primera vez que se usa. 
Los periódicos del mundo han inundado a sus lectores con la noticia sobre la devaluación del yuan, moneda de la primera economía exportadora global y cuya devaluación ha sido causante de una serie de eventos como la caída de los precios de los commodities y la baja en las principales bolsas de valores del mundo.

Resulta interesante saber que el fenómeno de la caída del valor del yuan no es reciente, sino un mecanismo utilizado por Beijing desde tiempo atrás. En 1981, el gobierno chino efectúo una devaluación casi del 100% ya que la tasa interna de conversión se estableció en 2,8 yuanes por dólar. Esta estrategia de devaluaciones continuó hasta llegar a 5,8 yuanes por dólar a finales de 1993.

En 1994, la serie de devaluaciones tuvo una pausa temporal, ya que fue en el mismo año cuando se implementó la erradicación de los controles sobre el tipo de cambio, permitiendo la libre convertibilidad en las operaciones de cuenta corriente. Con la figura de los créditos interbancarios surgió un periodo de estabilidad sobre el tipo de cambio. Sin embargo, pese a que se haya detenido la serie de devaluaciones sobre la moneda china, la flotación de la misma era demasiado limitada debido a la estrecha banda de fluctuación que habían fijado las autoridades chinas.

A partir del 21 de julio de 2005, y a decisión del Banco de China, se impuso un nuevo régimen cambiario caracterizado por el aumento de la flotación del tipo de cambio. Este buscaba sobrepasar la banda de 8,28 que por 11 años había regido el mercado cambiario, y que aislara la influencia del dólar, con la integración de una canasta diversificada de divisas como el yen, el euro y el wong, ya que estas tres divisas representan a los mayores socios comerciales de China. En esta etapa se generó una revaluación de la moneda local de 2% en el primer trimestre, al pasar de 8,28 a 8,11 yuanes por dólar; después de más de 5 años de aplicación de este nuevo esquema cambiario la divisa china acumuló una tasa de revaluación de 22%, situándose en 6,75 unidades de yuan por dólar en 2010. Esto resultó como consecuencia de las presiones de la revaluación del yuan ante los superávits registrados en la cuenta de capital debido al ingreso masivo de capitales vía de inversión extranjera directa, y el incremento de las reservas internacionales.

Pese a la relativa estabilidad en el tipo de cambio del renminbí, en las últimas semanas nos hemos encontrado con la sorpresa de una serie de devaluaciones que han llegado a márgenes hasta del 5% en tan solo tres días.

¿Por qué China devalúa su moneda?

La principal razón por la cual China devalúa el yuan, es por su modelo económico, mismo que está mayoritariamente respaldado en sus exportaciones. Por lo tanto, el tema de costos y precios es primordial para mantener su competitividad exportadora. En este sentido, el hecho de que el valor de la moneda china esté por debajo de su valor real responde a lo que los economistas John Maynard Keynes y Bertil Ohlin discutían en 1929 sobre la relación entre pagos internacionales y el tipo de cambio, que se conoce como el “problema de transferencia”. La hipótesis de este teorema consiste en que los países con grandes deudas externas necesitan contar con saldos favorables importantes en el comercio exterior para cumplir los compromisos de deuda, y por lo tanto el medio para conseguir estos era a través de un tipo de cambio altamente depreciado.

El problema de transferencia se encuentra respaldado por el teorema Marshall-Lener. Este establece que el éxito de una devaluación dependerá sustancialmente de la elasticidad de los precios de las importaciones y exportaciones, ya que si son elásticos se incrementará el flujo de exportaciones y reducirá el de importaciones generando un superávit en la balanza comercial. En consecuencia, China devalúa su moneda con el objetivo de abaratar sus exportaciones, ya que principalmente exporta bienes intermedios y de capital, que son de una elasticidad alta, además de proteger su mercado interno al encarecer sus importaciones. La devaluación orientada al aumento de las exportaciones o devaluación competitiva es un mecanismo que sólo puede ser aplicado por las grandes economías con abundantes reservas internacionales y gran capacidad industrial, como es el caso de China. Debido a que con una gran capacidad industrial se podrán satisfacer las necesidades del mercado interno a efecto de la disminución de las importaciones.

Lo anterior generará una protección a la industria interna y requerirá de una gran cantidad de reservas internacionales para poder mantener el nivel de tipo de cambio deseado. Otros elementos que se necesitan para el éxito de una devaluación competitiva se encuentran en la necesidad de tener una economía de mercado abierta con estabilidad macroeconómica y planeación a largo plazo. Tal es el caso de la nación asiática, que a su vez cuenta con una plataforma de producción eficiente y competitiva que responde con prontitud al cambio de los incentivos y que dispone de un sector fuerte y diversificado.

Guerra de divisas

Posterior a la crisis de 2008, la mayoría de economías buscaron mecanismos para minimizar los efectos de la misma. En dicha búsqueda desatacó la idea de implementar mecanismos de crecimiento exógeno en virtud a la complejidad de poder estimular o expandir la demanda interna del mercado ante fenómenos como el crecimiento del desempleo, la caída de la confianza de los consumidores, y el congelamiento del crédito, entre otros.

Ante la presión por parte de los grandes líderes económicos, se emprendió una gran campaña en la exploración de los motivos por los cuales sus economías estaban decayendo y sobre todo la búsqueda de medidas paliativas a la crisis. En cuanto a mecanismos cortafuegos, se encuentran las acciones emprendidas por naciones como China, Estados Unidos y Japón. Estos países optaron principalmente por utilizar mecanismos devaluatorios y de depreciación orientados a la disminución de los precios de los bienes y servicios exportables, aumentando sus saldos en la cuenta corriente.

El término “guerra de divisas” fue anunciado por el ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, el 27 de septiembre de 2010 en la reunión anual del Fondo Monetario Internacional. Él propuso que el FMI elaborará un índice que midiera si algunas monedas están siendo manipuladas para impulsar las exportaciones. Mantega aseguró que esta guerra cambiaria amenazaba economías como la brasileña ya que disminuía su competitividad. Los productos de los países que castigaban el valor de sus monedas hacían que sus productos se colocaran en los demás mercados por debajo de su precio real.

La guerra de divisas, también denominada devaluación competitiva o dumping monetario, es la práctica que resulta de la serie de devaluaciones-depreciaciones en cadena por parte de economías como la estadounidense, china y japonesa, que tienen como fin último el obtener mejores precios para sus productos exportables.

*Cesar Ocampo es licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha laborado en la Cámara de Comercio y Tecnología México China como Jefe de Promoción y Comunicación. Es miembro de la Red Latinoamérica y del Caribe de estudios sobre China (RED CHINA-ALC), Columnista-Asesor de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos (CECLA). Actualmente se encuentra realizando los estudios de maestría en idioma chino, en la Universidad de Lenguas y Cultura de Beijing. 


[Crédito foto: arndigital]

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