De trampa en trampa por Yunnan

In by Andrea Pira

Catalina Arciniegas y Santiago Tobón, dos colombianos que residen en Beijing, hicieron un viaje por algunos de los sitios más recomendados en China. En la provincia de Yunnan, como si fueran novatos, cayeron en trampas turísticas que dejaron un leve sinsabor al final del viaje. 
"Viva la mejor experiencia de los bailes típicos de la región. Sea partícipe del show cabaret con performance de ladyboys. Pruebe los deliciosos platos típicos, preparados para nuestros exclusivos pasajeros". Así fue que nos convencieron de comprar unos boletos de 200 yuanes para un paseo “VIP” por el Mekong. En la orilla del río nos esperaba un crucero lleno de luces, y una fila de percusionistas guiaba el camino.

Al entrar al barco, nos asignaron una mesa para compartir una cena típica con otros pasajeros. Los músicos pasaron de nuevo, pero esta vez con guitarras, para darnos la bienvenida y avisarnos que el espectáculo de danzas locales empezaría pronto en el tercer piso. Sin embargo, nada fue tan ameno ni tan grandioso: en el parqueadero del muelle vimos seis megabuses y 400 personas haciendo fila (fiel muestra de exclusividad), compartimos la cena con cucarachas, la comida no fue típica, las danzas no fueron locales (ni entretenidas) y no navegamos por el Mekong, sino que, como dirían en Colombia, le dimos la vuelta al bobo. Por lo menos el río sí era el Mekong. A pesar de que era el final de nuestro viaje, nuevamente caíamos en una trampa turística, como si fuéramos novatos.

Nos robaron la ilusión. Estrujaron con sus manos la esperanza que teníamos. Los chinos destruyen la belleza de su tierra con la maquinaria volumétrica turística que imponen. Un viaje en donde esperábamos aventura, descubrimiento y que de cierto modo, era algo snob, incluso para backpackers, terminó siendo una vil trampa para turistas. Y no nos entiendan mal. Yunnan es sin duda una provincia que vale la pena visitar. Dali, con sus montañas, su ciudad amurallada y el hermoso lago Erhai son obligatorios en un viaje por la región. Las miles de terrazas de arroz de Yuanyang y la verde Xishuangbanna, con su aire de sureste asiático, hace que el viaje sea especial.


Pescadores en el lago Erhai

Yunnan es una provincia que cuenta con una diversidad geográfica, étnica y culinaria impresionante: desde montañas de 3000 metros de altura hasta bosques tropicales; desde monjes tibetanos hasta la minoría Dai; desde puré de papa hasta arroz de piña. Pero los chinos hacen que todo tenga peros. Ocurre en toda China, tal vez porque son muchos o tal vez porque no conciben el turismo sin la imposición de la maquinaria turística desaforada. Pero convirtieron prácticamente todos los lugares turísticos, más que cualquier otra cosa, en "atracciones de circo".

Xishuangbanna es una región al sur de la provincia que se vanagloria de conservar minorías éticas como los Hani, los Dai y los Jinuo. No obstante, visitar la aldea Jinuo en su montaña sagrada fue, sin duda, lo más terrorífico que nos sucedió; un parque de atracciones construido en la mitad de la aldea para entretener a los turistas, la pesadilla de cualquier antropólogo. La corta investigación sobre la etnia y sus costumbres nos había ilusionado. Creíamos que íbamos a visitar una minoría matriarcal que ha basado su comercio durante décadas en la producción de prendas de vestir bordadas. Pero nada de esto predomina en lo que queda de la aldea. Lo que se destaca es un teatro en la mitad del pueblo donde se lleva a cabo un espectáculo poco entretenido y muy ruidoso. Lo peor del asunto es que los actores del show no son los Jinuo, cuyos rasgos físicos se parecen más a los Dai y las etnias tailandesas, sino que el espectáculo es protagonizado por chinos Han. Como si fuera poco, la innumerable cantidad de puestos de venta de souvenirs (muchos ni siquiera de la región) turbaban la vista. Después de una hora, los ruidosos micrófonos con los que los guías mostraban a los aldeanos como si fuesen animales de zoológico nos sacaron corriendo del lugar.


Bailes típicos Jinuo actuados por chinos Han        Método de bordado de los Jinuo

Además de la falta de una adecuada preservación de las minorías étnicas, hay que mencionar la excesiva infraestructura comercial creada para el turista. Mientras a la salida de los grandes museos en occidente los visitantes finalizan su recorrido en una “discreta” tienda de souvenirs, en China desembocan en un mercado de pulgas completo: corredores llenos de artesanías, vendedores gritando precios y atrayendo la atención de los clientes, y personas regateando. Algunas veces, la infraestructura comercial desplaza por completo a la población local. Por ejemplo, en la ciudad antigua de Dali, no quedan campesinos ni mercados locales. Dali es un centro comercial a cielo abierto rodeado por una muralla antigua, en cuya calle principal, conocida como Foreigner Street (Calle de los extranjeros), se encuentra nada más y nada menos que un McDonald’s. Aunque las compras son buenas, bonitas y baratas, no es lo que alguien espera encontrar en una ciudad que data de la dinastía Ming.


Campesinas a las afueras de la antigua ciudad de Dali

Otro de los destinos mas populares de la provincia de Yunnan son las terrazas de arroz en Yuanyang. Despertar en medio de este paisaje y disfrutar de la salida del sol es algo inigualable. No hay adjetivos suficientes para describir lo increíble que es ver las terrazas de arroz cuando están inundadas para prepararse para la siguiente cosecha. Aun las que no están inundadas y conservan su verde crean un patrón inigualable en el paisaje. Sin embargo, y algo verdaderamente de no creer, las terrazas también son un basurero. De lejos parecen espejos naturales, pero de cerca son charcos mugrosos. También el aire esta contaminado. Al mirar sobre los picos de las montañas se ve una cantidad considerable de smog. Además, a pesar de que las terrazas son cultivos abiertos, a todos los turistas nos bajaron del bus para pagar la “entrada al parque”. Por lo menos estas terrazas aún se deben recorrer caminando y los locales se alejan de los turistas. En las terrazas Longji, ubicadas en la provincia de Guangxi, se han construido teleféricos para que los turistas estén mas cómodos mientras los locales se dedican a vender artesanías sobrevaloradas a los visitantes.


Terrazas de arroz en Yuanyang

Las trampas turísticas no son un particularidad de la provincia de Yunnan, de hecho son bastante extendidas por todo el país y existen varias páginas web que alertan a los extranjeros sobre ellas. Al viajar por China es frecuente toparse con lugares planeados específicamente para los turistas y que han sido despojados de su valor original. Encontrar la China ancestral se ha convertido en una tarea cada vez mas difícil.

[Crédito fotos: Cortesía de Catalina Arciniegas/Santiago Tobón]

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