No se podrá fumar en oficinas, centros comerciales, restaurantes y aeropuertos; el tabaquismo produce más problemas de salud que la alta contaminación que sufre la ciudad
A pesar de ser una de las ciudades más contaminadas del planeta, Pekín padece de más problemas de salud a causa del tabaquismo y del humo secundario que de la polución. Respirar un día de muy alta contaminación en Pekín equivale a fumar una octava parte de un cigarrillo, según el doctor Richard Saint Cyr, un médico que creó el popular portal de salud myhealthbeijing.com.
Las cifras oficiales arrojan que Pekín está por encima del promedio nacional de un país con 300 millones de fumadores, en el que hay por lo menos un millón de muertes al año por enfermedades relacionadas con el tabaquismo. En esta ciudad de 21 millones de personas, hay cuatro millones de fumadores y ocho millones de fumadores pasivos, según datos de Zhang Jianshu, director de la Asociación para el Control del Tabaco, citados por el diario Beijing Morning Post.
Para combatir la ubicuidad del cigarrillo en la ciudad, ayer entró en vigor una nueva ley que prohíbe fumar en oficinas, centros comerciales, restaurantes, bares y aeropuertos. Ya existía una ley similar, pero su penalidad era de 10 yuanes (1,6 dólares) y no se hacía cumplir.
La nueva regulación, que viene acompañada por la introducción de una línea de teléfono especial para recibir denuncias sobre personas que fuman en zonas prohibidas, y de 1000 supervisores en los lugares más importantes de la ciudad, estipula multas de 200 yuanes (32,25 dólares) a los individuos que la violen, y multas de hasta 10.000 yuanes (1612 dólares) a los establecimientos comerciales donde haya personas fumando. El millar de supervisores adicionales, sin embargo, estarán vigilando sólo hasta el 3 de junio.
Según una encuesta realizada el domingo por la agencia de noticias oficial Xinhua a los usuarios de Internet, el 49% está preocupado por la ejecución de esta ley, y el 30% es escéptico con respecto a que pueda hacerse cumplir.
"Ya no fumo, pero me gustaría decir algo sobre esta ley", comentó un administrador de cuentas financieras en Weibo, el Twitter de China. "La creación de la ley para prohibir fumar hace que se cierren las cabinas para fumar en el aeropuerto de Pekín, pero creo que se debe ofrecer un lugar para que solucionen la necesidad de urgencia. ¿O acaso las autoridades van a garantizar la puntualidad de los vuelos a partir de ahora?"
En China la actividad de fumar está fuertemente ligada a los imaginarios de género. En un país en el que Mao Tse-tung y Deng Xiaoping eran ávidos consumidores de tabaco, el 61% de los hombres fuma, y sólo fuma el 4,2% de las mujeres, según una encuesta de la Organización Mundial de la Salud. En las mujeres, de acuerdo con las normas sociales, el hábito no es elegante.
Pero así como los líderes cambian, también lo hacen las costumbres que promueven. Xi Jinping, presidente de China desde 2013, no ha sido fotografiado con un cigarrillo en la mano y no hay pruebas de que fume, si es que lo hace. Su esposa, la cantante Peng Liyuan, ha sido durante años una líder en campañas contra el tabaquismo.
Se ha insinuado que estos cambios en la política hacia el cigarrillo vienen con el visto bueno del presidente Xi a causa de la influencia de su esposa. Pero sea cierto o no las líderes de organizaciones contra el tabaco, como Xu Guihua, secretaria general de la Asociación para el Control del Tabaco, han sido "cruciales" para lograr este último cambio, según la OMS.
Una difícil barrera para que esta ley se aplique en las distintas provincias y ciudades es la enorme influencia de la industria tabacalera, bajo control del Estado, que genera aproximadamente entre el 7% y el 10% de los ingresos gubernamentales anuales, según un estudio publicado en 2012 por Cheng Li, investigador del Instituto Brookings. China es el mercado más grande de tabaco del mundo.
Como ejemplo de lo influyente que es el sector, se ha resaltado que el director encargado de la Administración Estatal del Monopolio de Tabaco ha sido, desde 2003, Li Keming, el hermano del primer ministro Li Keqiang. No obstante, Keming renunció a su cargo en febrero. Quienes hacen campaña contra el cigarrillo esperan que este cambio sea un buen augurio para sus intereses en el campo de la salud pública.
Artículo producido para La Nación, Argentina.
Crédito foto [economictimes.indiatimes.com]
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