No es fácil ser profeta en la propia tierra, como lo sabe Zao Wou-ki. A pesar de ser uno de los artistas chinos más famosos del mundo, el nombre del artista de Hangzhou -Zhao Wuji en mandarín- se menciona poco en el país asiático. Posiblemente porque este artista abstracto de 90 años se fue muy joven a Francia en 1948, un año antes del nacimiento de la República Popular China. Con esta nota inauguramos oficialmente nuestra nueva sección [Chineando], que presentamos a finales de 2011 y que busca acercarlos a lo mejor de la cultura y las artes chinas…
En Francia se hizo un nombre rápidamente, con una propuesta plástica que mezcla las pinceladas de técnicas tradicionales chinas como la caligrafía con la tradición de la abstracción del arte occidental. Corrían los años cincuenta y triunfaba el expresionismo abstracto de Pollock, Rothko, de Kooning, Motherwell y su amigo Pierre Soulages. También surgía con fuerza el arte pop, que Zao encontraba interesante pero incomprensible. En esos primeros años en Francia su obra se acercó mucho a la del suizo Paul Klee, tanto que sus obras de esa época suelen ser conocidas como su “período Klee”.
“Zao fue uno de los pocos artistas chinos en alcanzar un nivel de éxito comercial que anticipó el mercado actual del arte contemporáneo chino,” señaló la historiadora del arte Joan Kee, profesora de la Universidad de Michigan y especialista en arte asiático, al New York Times.
El artista, que hoy tiene 90 años, ha dejado de pintar pero sus obras constantemente superan sus propios récords en las casas de subastas como Christie’s y Sotheby’s. En 2010, por ejemplo, Christie’s vendió 17 de sus cuadros en 323 millones de dólares de Hong Kong (US $41 millones), superando todas sus expectativas.