Los casinos de Macao deberán deshacerse de los dispositivos electrónicos para la lectura de tarjetas de UnionPay chinos falsos. De no cumplirse con la nueva normativa se tomarán medidas represivas que podrían hacer perder a la ciudad millones de yuannes. Se busca comenzar a controlar más de cerca el lavado de dinero chino a través de esa ciudad.
El pasado diez de mayo se reveló que la tarjeta de crédito hecha en China es el principal instrumento para eludir los controles de la exportación del yuan. Se estima que el 20 por ciento de los casinos de Macao prestan sus servicios para lavar dinero, según un informe del invesigador Tam Chi Keong publicado en The Guardian.
Según el informe los principales acusados de lavado de dinero a través de los casinos son funcionarios locales y empresarios de la región. "Los funcionarios involucrados en el lavado de dinero provienen de todos los rangos de la administración local y algunos de ellos ni siquiera pertenecen al gobierno central en Beijing", dice en el informe.
"Cada provincia, departamento y región autónoma tiene al menos una sala VIP en uno de los casinos de Macao, para facilitar sus actividades de lavado de dinero", agrega. Otra fuente de lavado de dinero en Macao es el negocio inmobiliario.
Estas practicas serían una de las principales razones del aumento del precio de los inmuebles en la ciudad. Beijing busca controlar más de cerca la región.
El año pasado envió a un funcionario especialmente para ello, Li Gang, un experto del tema que ofició en Hong Kong durante diez años. Bajo su consejo China mejoró su normativa contra el lavado de dinero, y Macao está revisando sus leyes para establecer requisitos más explícitos para detectar operaciones sospechosas.
La normativa segñun la cual los casinos de Macao deberán deshacerse de los dispositivos electrónicos para la lectura de tarjetas de UnionPay chinos falsos es también iniciativa de Li. De no cumplirse con la nueva normativa se tomaran medidas represivas que podrían hacer perder a la ciudad millones de yuannes. Se busca comenzar a controlar más de cerca el lavado de dinero chino a través de esa ciudad. La medida se enmarca en la campaña de lucha anti corrupción lanzada por el presidente Xi Jinping cuando llegó al poder.
El año pasado, bajo dicha campaña se sancionaron a unos 182.000 funcionarios en todo el país, un 13,3 por ciento más que en 2012, según el medio oficial Xinhua. El mismo medio agrega que el Partido investigó a 31 funcionarios de alto rango. "La corrupción es una enfermedad que exige medicamentos fuertes", dijo Xi Jinping en su primer discurso como presidente.
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