José Antonio Camacho se da un respiro tras una semana larguísima donde sufrió toda clase de presiones. El técnico español estaba con pie y medio por fuera del cuerpo técnico de la selección China, pero un gol en el minuto 93 del partido contra Iraq, lo salvó de una casi segura expulsión.
El español, a la cabeza del equipo nacional desde 2011, ha perdido cuatro de los últimos seis juegos. Entre tanto, algunos medios locales ya hablan de un posible sustituto, pues la clasificación a la próxima Copa Asiática de Naciones se consolida como el único logro posible a corto y mediano plazo.
Desde la llegada del técnico español a la selección de mayores en agosto de 2011, el equipo ha tenido una campaña bastante irregular. Si bien se pensaba que Camacho, ex entrenador del Real Madrid y de la selección española, iba a devolver el amor por la camiseta a los hinchas, los resultados no han sido los mejores: de 17 partidos disputados ganó siete, empató dos y perdió ocho.
Camacho fue traído a China con una altísima inversión de 4.3 millones de euros anuales con el fin de clasificar a Brasil 2014. Sin embargo, el equipo no cumplió. Y aún cuando no han terminado las eliminatorias, China ya salió de la competición. Ahora todas las esperanzas están puestas en la próxima Copa Asiática de Fútbol, un premio que consuela a muy pocos.
De no darse un cambio importante en el estilo de juego del combinado chino, las posibilidades de clasificar a la Copa, que se llevará a cabo en territorio australiano en el 2015, son limitadas o nulas. Si bien se han jugado solamente dos partidos, el desempeño del equipo no cumple con las expectativas de periodistas, hinchas ni dirigentes.
El primer partido se perdió a manos de Arabia Saudita, y el segundo, si bien se ganó, fue calificado por la prensa china como “un golpe de suerte”, pues el mismo Yu Dabao, autor del único gol en el último minuto del encuentro, declaró: “tuvimos suerte para ganar el partido, la lluvia era demasiado pesada (…), incluso no podía ver con claridad cuando golpeé la pelota”.
Actualmente, China ocupa el puesto número 109 en la clasificación internacional de selecciones de la FIFA, la más baja posición en toda su historia.
Pero el problema va un poco más allá. Si bien China se destapó internacionalmente en temas deportivos con los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008, el fútbol, claramente, no es su fuerte. El mismo Xi Jinping, actual presidente del país, declaró en 2009 que aunque “China está decidida a llevar su fútbol a un nivel superior, esto puede llevar mucho tiempo”.
Es más, Hao Haidong, delantero de la única selección china que ha llegado a la fase final de un mundial (Japón y Corea, 2002), pidió no culpar únicamente al técnico, y afirmó que “la falta de buenos jugadores es una razón clave para los problemas del equipo”. También declaró que “es inútil culpar a un jugador o un entrenador. No habría mayor diferencia contratando a otro entrenador de renombre”.
Sin embargo, desde ya se habla de un posible remplazo para el entrenador español, y entre la baraja, el nombre más destacado es el de Marcelo Lippi, actual entrenador del Guangzhou Evergrande. Lippi, de 64 años y campeón del mundo con Italia en 2006, no se ha pronunciado al respecto. Pero fanáticos y periodistas ven con mayor entusiasmo el estilo que el italiano ha inculcado en el último campeón de la liga China.
Estos comentarios surgen con miras al próximo partido de clasificación para la Copa Asiática, donde China enfrentará a Indonesia en el mes de octubre. Según algunos analistas, hay tiempo suficiente para empezar un nuevo proceso de la mano de un nuevo entrenador. Sin embargo, la Asociación de Fútbol China (CFA por sus siglas en inglés), aún no ha tomado una decisión.
Tras el feliz desenlace del partido contra Iraq, Camacho reconoció el desempeño de sus jugadores, también dio gracias al público por acompañar al equipo, y por último se refirió a su posible salida del la institución: “voy a luchar hasta los últimos minutos, pero la decisión será tomada por la Asociación de Fútbol China”, declaró el seleccionador quien aún no sabe si se queda o se va.
Entre tanto, el juego coincidió con la visita al país del jugador británico David Beckham, quien ha sido nombrado primer embajador para el programa de fútbol juvenil en China. Su papel implicará ayudar a promover la Super Liga China (CSL) en el mundo, además de restaurar su imagen tras el afamado escándalo de arreglo de partidos en la competición local. Si bien Beckham es conocido a nivel mundial, cambiar la imagen de un país donde el fútbol gusta pero no trasnocha no será tarea fácil.