El costarricense Ricardo Chacón se proyecta como una de las promesas de la industria de los bienes raíces en China. Con tan solo 28 años, este “tico” junto a su equipo de colegas ha desarrollado una aplicación móvil que pretende revolucionar la industria de la construcción.
Este ingeniero civil tiene una maestría en Construcción Internacional y Administración de Proyectos de la Universidad de Tsinghua en Beijing. Además, se ha desempeñado con éxito como ejecutivo de proyectos y ha cerrado negocios por más de 5 millones de dólares en su natal San José de Costa Rica. Ahora, con Orchestra, espera seguir cumpliendo su sueño de viajar por el mundo ofreciendo conferencias.
Cuéntanos un poco cómo ha sido tu experiencia profesional en China…
Bueno, he trabajado en una compañía de arquitectura y diseño interno, en la cual he estado enfocado en cooperación y administración de proyectos. Esta experiencia ha sido muy provechosa ya que me ha permitido ver cómo trabajan los chinos y su capacidad de trabajo en equipo. Lo que he aprendido de China, su forma de trabajo y su cultura laboral, lo he aprendido en esta compañía.
De acuerdo a tu experiencia en la compañía, ¿cómo se ve reflejada la arquitectura, los espacios y diseño aquí en China?
He aprendido que los gustos chinos son muy diferentes a los gustos occidentales. Las fachadas, aunque parecen ser simples, guardan mucho de esta arquitectura tradicional además de tener una tecnología bastante desarrollada y llena de lujos en sus interiores. Esto me ha impresionado mucho. La empresa se enfoca principalmente en clientes corporativos y tiene estándares de diseño muy apetecidos en los que se mezclan éstas características.
Háblanos un poco de cómo surge la idea de desarrollar una aplicación que busca suplir estas y otras necesidades
La Universidad de Tsinghua tiene relaciones con CoreNet Global, una asociación internacional sin fines de lucro de bienes raíces. Esta organización busca asociarse con universidades en todo el mundo para desarrollar soluciones en el campo de la industria de este sector y así llega CoreNet, como una gran desafío y el inicio de nuestra app Orchestra.
¿Cómo fue la experiencia en este importante evento?
Teníamos que desarrollar una pregunta para la competencia: ¿Cómo se cierra la brecha entre la velocidad de los bienes raíces y la velocidad de los negocios? Las corporaciones como Microsoft tienen oficinas en todo el mundo. Estos edificios tienen un costo altísimo para la empresa y deben tener la cantidad exacta de oficinas para sus actividades. Cuando se tienen muchas les va a salir muy caro y si tiene pocas el rendimiento baja, y es aquí donde debíamos analizar esta brecha para generar nuevas oportunidades de negocio. Si ellos se expanden, ocuparán más oficinas más rápido. Debíamos analizar qué tan rápido se pueden optimizar los procesos y dar nuevas oficinas y todos los servicios que requiere, desde el proceso de encontrar el sitio, diseñarse, construirse, mudarse y hasta encontrar los plomeros. Este es el ciclo de los bienes raíces. Buscamos cómo hacer más eficiente el proceso entre “ocupar el espacio y tener espacio”.
El desarrollo de Orchestra fue el resultado de las ideas de un grupo de trabajo multidisciplinario y además multicultural. ¿Consideras que estas características han beneficiado el desarrollo y la creación de esta app?
Claro. Obi es un politólogo de los Estados Unidos, Wei es una arquitecta tailandesa y yo un latino. Cuando ganamos el premio en California había un equipo de Malasia y todos pensaban que ellos eran los que representaban a la universidad china. El jurado se sorprendió al vernos, muchos de ellos son muy conservadores y le tienen pavor a China porque no la entienden. De repente, aparece un hombre que parece latino hablando en chino (risas) y no entendían qué estaba pasando. Sin embargo, después les dije que nosotros somos el reflejo de los equipos corporativos de hoy en día. Trabajas con personas de todo el mundo y ya no es solamente con personas de tu país. En nuestro equipo nos comunicamos en formas diferentes desde nuestras áreas de conocimiento. Todos hablamos inglés pero uno es nativo, el otro habla inglés con acento asiático y el otro habla spanglish (risas), pero fue un desafío y tienes que resolver asuntos culturales, de idioma, de cómo te expresas y creo que habría sido más difícil desarrollar la idea con personas del mismo país. Sin duda, esta mezcla le dio a la app llenar vacíos de comunicación que existen en los equipos de trabajo. El grupo de trabajo determinó que para cerrar este brecha tienen que mejorarse los canales de comunicación y el manejo de información entre los diferentes actores en bienes raíces. Así es como nace Orchestra.
¿Qué otros servicios ofrece Orchestra?
Dentro de los servicios de la app está la búsqueda en directorio de servicios relacionados con el tema. En el sector de los bienes raíces estás interactuando con proveedores, suplidores de estos servicios, etc…
¿Qué se necesita para desarrollar un app?
Plata y un software. Uno de los inconvenientes es que somos un equipo compuesto por un ingeniero civil, un arquitecto y un politólogo, pero ninguno de nosotros programa este tipo de software. Necesitas dinero para contratar esos programadores así como para proteger la información. En China no es muy común invertir en sistemas de protección y derechos de autor, y esto nos ha frenado la confianza con posibles patrocinadores. Estamos buscando fondos ya sean públicos y/o privados para el desarrollo del proyecto.
¿A quién le quedarán los derechos de Orchestra una vez salga al mercado?
Los derechos nos quedan a nosotros, los del grupo. Sin embargo, hemos pensado en darle en el futuro a la Universidad de Tsinghua los derechos de uso de esta app en beneficio de la investigación. La idea es que sea gratuito y que sea la universidad la que tenga la exclusividad de la herramienta.
¿Cómo está el mercado en América Latina y cómo la app podría solucionar estos desafíos?
El asunto del mercado de bienes raíces es prácticamente desconocido en América Latina y con mi experiencia en Costa Rica nunca se me pasó la idea de desarrollar algo como esto. Llegas a China y te das cuenta de que hay toda una industria entorno a la construcción y que gran parte de economía se mueve a través de este sector. En América Latina, desafortunadamente, no hay cultura de bienes raíces y como mercado es algo que sigue siendo desconocido. Las apps que usamos para comunicarnos como Whatsapp no se pueden comparar con WeChat, el cual lo supera en muchas de sus funciones. Sin duda, vemos la oportunidad de implementar esta herramienta en América Latina.
¿Qué puertas se abren ahora después de este premio y reconocimiento?
El hecho de tener mi primer “startup”, aprender a manejar tu empresa, aprender a liderar un equipo y afrontar los problemas ha sido muy gratificante. Siempre he tenido el sueño de viajar y hacer conferencias por el mundo y con Orchestra lo he hecho. Hemos tenido la oportunidad de presentar la app en California, Shanghái, Tianjin, Singapur, en Beijing con Siemens y tenemos programado Australia. Queremos llegar aún más lejos y llevarla a América Latina. Lo que les digo a mis colegas es que estamos trabajando en Orchestra pero tenemos que seguir presentando lo que ya hemos hecho, los avances. Cada conferencia o seminario nos ayuda a buscar patrocinadores para el proyecto. Hemos tenido la oportunidad de conocer directivos de Linkedin, Facebook, Microsoft y un sin número de corporaciones de bienes raíces que estarían interesadas en apoyarnos. Es una industria que está demandando nuevos talentos ya que los que hay son personas mayores que están por retirarse.
¿Cuánto puede llegar a costar la app?
Según las estimaciones que tenemos, el prototipo, lo más básico, podría estar entre los 20 y los 30 mil dólares, y si se quiere hacer algo más tecnificado, puede estar por los 500 mil dólares. Hacer una app es todo un proceso de crecimiento, empiezas a escalar por pasos. Hemos pensado en vender Orchestra, pero esta debe estar funcionando y tener usuarios ya que valoran la app teniendo en cuenta el número de personas registradas.
¿De qué sectores buscan principalmente la financiación?
Realmente la academia no tiene muchos recursos y no da para tanta inversión. Buscamos entonces principalmente ONG, inversionistas privados y primeros usuarios interesados en pagar por adquirir la app. Estamos buscando clientes que tengan los recursos de infraestructura y que tengan su equipo de programadores. Hay empresas muy grandes que tienen su software y también tienen su compañía de bienes raíces. Entonces pueden desarrollar por un lado la aplicación e implementarla al mismo tiempo.
[Fotos: Cortesía de Ricardo Chacón]
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