Costa Rica mantiene un estable desarrollo ambiental, que lo ubica en las primeras cinco naciones del mundo con mayor conciencia ambiental. China por su parte, enfrenta difíciles retos para mantener su desarrollo sin seguir pagando altos costos ambientales. ¿Cómo pueden cooperar estas dos naciones tan diferentes en tamaño en este tema? Entrevista con el Ministro de Ambiente y Energía de Costa Rica, René Castro Salazar.
Uno de los lemas de Costa Rica es promover el desarrollo nacional de forma sostenible ambientalmente. Se oponen a la economía extractiva tan común en los países latinoamericanos y se embarcaron en el proyecto “Costa Rica Carbono Neutral 2021”, con el ambicioso objetivo de borrar su huella de carbono.
En tanto, China, uno de sus principales socios comerciales, se encuentra sumergido en una batalla contra la polución, que este año ha dejado niveles record. Este año el gobierno anunció imponer un impuesto sobre la producción de bióxido de carbono y nuevos proyectos de reducción en la emisión de gases en siete provincias.
Parte de los acuerdos comerciales que vinieron de la mano con la instauración de las relaciones diplomáticas en 2007, es el proyecto de modernización de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE), en la provincia de Limón. En una coinversión conjunta entre la China National Petroleum Corporation (CNPC) y la RECOPE, con un préstamo de 900 millones de dólares del Banco de Desarrollo de China, Costa Rica busca renovar esta refinería para producir de manera independiente combustibles de alta calidad, y capacitar a técnicos petroleros ticos en China.
La visita del ministro Castro a China tuvo dos objetivos centrales: adelantar este proyecto petrolero en sus diferentes niveles y evaluar opciones de cooperación ambiental, sea a nivel de intercambio de bonos de dióxido de carbono, que podría resultar en un lucrativo negocio a futuro, o de intercambio de experiencias, donde Costa Rica pueda volverse un ente capaz de brindar capacitaciones en procesos ambientales.
Costa Rica tiene uno de los mejores niveles de protección ambiental en el mundo. Si bien es difícil aplicar las mismas prácticas cuando Costa Rica tiene un área tres veces mayor que sólo el área de Beijing, ¿qué experiencias puede compartir Costa Rica con China?
Costa Rica puede aportarle a China algo que nosotros llamamos “predicar con el ejemplo”. Podría ayudar a capacitar su gente en cómo ligar temas de ambiente y de desarrollo, en conservación de bosques naturales y ecoturismo, en combustibles o vehículos más limpios.
También puede apoyar en el cambio de bonos de dióxido de carbono como parte de un negocio financiero. Sabemos que es un negocio pequeño en este momento, pues no hay reglas claras y hay mucha incertidumbre al haberse reducido la cifra del protocolo de Kioto, pero Costa Rica se puede convertir en su primer socio internacional.
Sería un ejemplo interesante a nivel mundial que países como Costa Rica y China sean socios en estas actividades y mejorar la eficiencia energética o de transporte.
¿Y que experiencias puede ofrecer China a Costa Rica?
China puede dar dos tipos de aportes. Han experimentado con tecnologías más limpias en temas de transporte en algunas partes del país. Tienen un abanico de tecnologías de punta a unas intermedias, de las que un país como Costa Rica puede escoger. Y por supuesto, el financiamiento a largo plazo que tienen, que les permitirá aplicar el esfuerzo transformacional de pasar de ser una economía basada en dióxido de carbono a una más baja, o incluso algo más exigente, como Costa Rica que quiere convertirse en el primer país del mundo en ser CO2 neutral.
Pero transformar una economía de alto contenido en carbono a uno de bajo o neutral contenido requiere inversiones inmensas. Hemos calculado entre 1 y 1.5% del PIB anual en sólo transformaciones.
El tema energético siempre ha sido el talón de Aquiles de China, siendo el uso del carbón una de las principales fuente de contaminación.
¿Cómo analiza el proceso de aplicación de energías limpias en China y cómo podría cooperar Costa Rica en este proceso?
Un país del tamaño de China lo anuncia es un abanico de opciones. Por ejemplo, venimos de ver que Qinghai tiene un porcentaje de energía limpia muy alto, que está produciendo paneles solares, y que está experimentando para hacerlos más exigentes. Y por otro lado sabemos que en otras partes hay un problema inmenso de dependencia al carbón. Es como una biblioteca, ver desde lo más avanzado hasta lo más complicado.
Costa Rica puede enseñarle a China dos cosas. La primera, es que es posible usar energías renovables sin subsidios y así el país puede mantener la competitividad. Y la segunda, es que la matriz contiene muchas fuentes, como la eólica, la hidroeléctrica, la solar, la biomasa, y que son indispensables en tiempos del cambio climático.
Ustedes están adelantando adquisiciones de vehículos de transporte público chinos. Pero estos deben cumplir los estándares del programa costarricense de carbono neutro ¿Cuáles son los requisitos que ustedes han impuesto y cómo han podido fusionar tanto ideas como tecnología china para tener productos ambientalmente sostenibles?
Costa rica pretende acelerar la transformación de una economía de combustibles fósiles por una que use otros combustibles. El mundo entero está haciendo una transición a gas, a veces en su variedad comprimida conocida como CNG, e inclusive a otro tipo de combustibles, como la electricidad o las celdas de hidrógeno.
Nosotros queremos comenzar con las flotas públicas de taxis y de buses caminando en dirección de combustibles alternativos menos intensos en CO2. En Beijing hay unas ofertas interesantes en plantas que trabajan tecnología de punta, y vamos a ver si podemos tener otras ofertas de otros países como Japón.
Tanto China como los países latinoamericanos atraviesan un proceso de desarrollo necesario, que en muchos casos ha implicado un alto costo al medio ambiente. Costa Rica ha escogido un camino diferente, ¿cómo comparten su experiencia a otros países?
Hay dos caminos. Un país se desarrolla y luego gasta parte de su capacidad económica limpiando y mejorando el ambiente causado por ese desarrollo. Hasta ahora esa ha sido la única experiencia que el mundo conoce; la única aplicada. Pero también existe una opción alternativa que se llama “desarrollo sostenible fuerte”, que hasta ahora nadie se ha atrevido a aplicar. Esta opción demuestra que usted no tiene que contaminar y destruir para luego reparar, sino que es posible tener un desarrollo diferente desde el principio. A veces esto implica reducir la velocidad de desarrollo. Pero tiene la enorme ventaja que no tiene que reparar después y que genera una disciplina en el país que lo hace más competitivo.
Costa rica en forma unilateral se ha impuesto no ser una economía extractiva. Ha renunciado a la extracción de oro, de aluminio o de petróleo. No por normas exclusivamente ambientales sino por el impacto económico, pues una economía extractiva desestimula otras áreas.
Eventualmente, llevado al extremo de un país que depende demasiado de la política extractiva, como les sucede a algunos países de nuestra región, causa lo que se llama la enfermedad Holandesa, donde cae la industria y cae la agricultura. Costa Rica quiere evitar este camino. Y creemos que gracias a esto, se ha fortalecido el sector de servicios, que ha diversificado sus exportaciones, pasando en veinte años de exportar 40 productos a más de 4000, de exportar de poco más de veinte países a 140 en todo el mundo. Y estamos todavía a medio camino. Probablemente el impulso final y la forma en que se vea explícito es cuando el país avance en sus metas de ir hacia la neutralidad en CO2.
El 46% de la energía en Costa Rica se usa en combustible para el transporte. Costa Rica ha afirmado querer alejar al país del combustible derivado del petróleo e implementar el camino hacia las energías limpias, pero al mismo tiempo están adelantando una cooperación con la CNPC para modernizar la refinería en la provincia de Limón con un préstamos de 900 millones de dólares del BDC. ¿Por qué se escogió este camino en lugar de crear un tanque de almacenamiento e invertir el resto del dinero en un proyecto de desarrollo de energías limpias?
Frente al petróleo, nosotros pensamos que hay un ciclo de 30 o 40 años en el que conviene tener los combustibles de mejor calidad posible, mientras se adelanta el proceso de no dependencia. Las refinadoras son escasas y el país quiere mejorar la suya y quiere además incursionar en combustibles no fósiles de transformación.
El préstamo y la cooperación con la CNPC son para modernizar la refinadora nacional y para aumentar su capacidad. A menos que nuestros combustibles mejoren su calidad rápidamente, el tema del CO2 calidad será un sueño y viviríamos con niveles de contaminación urbana inaceptables.
Lo que estamos haciendo ahora es importar combustibles cada vez de mejor calidad y cada vez más caros. La refinería nos ayudará a manejar combustibles, si bien no más baratos, sí menos volátiles en su precio. Podríamos comprar el crudo y refinarlo en el país. Hoy solo podemos comprar producto terminado, y por nuestra experiencia, es mucho más fuerte la volatilidad de los productos terminados.
Al ser ustedes quienes llevan el liderazgo ambiental en la región, ¿no ha pensado impulsar un acuerdo conjunto donde todos los países latinoamericanos se impongan un reto similar?
Son responsabilidades compartidas pero diferenciadas y cada uno tiene que plantear su ritmo. Trabajamos muy de cerca con Ecuador y México en temas de reforestación. Con Colombia y Panamá tratamos temas marítimos. Pero cada país maneja su propia agenda. Francamente no veo a ningún otro país de América Latina en este camino de CO2 neutralidad.
América latina es una región cuya economía es altamente extractiva. Nosotros respetamos esa vía de desarrollo tradicional, pero tenemos la esperanza de dar ese cambio a una vía diferente. No se la imponemos a nadie: si alguien nos pide compartir experiencias lo hacemos con todo gusto.
En la pasada Cumbre del Cambio Climático en DOHA, Costa Rica presentó el primer café CO2 neutral del mundo. En este intercambio agrícola que se está potenciando entre China y América Latina, ¿cómo se podría aprovechar mejor esta experiencia?
América Latina debe posicionarse mejor frente a China y en general Asia. En el tema del café, nosotros podríamos posicionar desde el principio un producto de alta calidad y de alta responsabilidad ambiental. Antes de que ellos se metan a inventar y experimentar con algo en lo que no tienen mayor experiencia, podríamos adelantarnos en este tema, y así ellos no se concentran en áreas en las que nosotros ya tenemos experiencia y un valor agregado de siglos.
Costa Rica y el resto de América Latina puede convencerles que hay una ventaja comparativa que ya nosotros tenemos, y que podemos traer el producto y el servicio de buena calidad y de CO2 neutral.
La propuesta tiene la siguiente lógica: en vez de que Costa Rica se vaya a crear fábricas de paneles solares, que ya en China están fabricando y con una inversión masiva, es mejor importarlos de China. Y así nosotros aprovechamos nuestras ventajas comparativas. En términos de intercambio, tiene sentido para los dos, es una relación gana – gana.
Costa Rica va avanzar en el camino de una agricultura neutra sin CO2, y esperamos que otros productos como la piña, el banano, quesos, leche, y otros, sean también neutralizados. Lo que no sabemos es el precio puedan tener estos productos, porque todavía no hay un mercado desarrollado, pero sí sabemos que puede pagar los costos. Para poder ser neutral se tienen que hacer grandes esfuerzos para bajar el consumo de energía, bajar el consumo de agua, bajar el consumo de agroquímicos, y si eso se logra, los precios darían una ventaja competitiva.
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